Liberalismo vs. populismo

19 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Liberalismo vs. populismo

LUIS M CRUZ

1. La Convención Bancaria realizada en Acapulco dedicó su tema central a analizar la confrontación entre el populismo y el liberalismo, que parece estarse dando en todo el mundo con un retorno del primero sobre el segundo, al menos por el momento.

Definitivamente, la era del liberalismo ha dejado saldos insolutos; de un lado, ha propiciado la globalización y el crecimiento sin precedentes en las últimas décadas, cuando hemos vivido sucesivas revoluciones tecnológicas y del conocimiento, pero también ha generado profundos rezagos sociales y una pésima distribución de los beneficios, dejando un mundo dividido, nación tras nación, entre ganadores y perdedores, entre los “pocos que tienen mucho” y los “muchos que tienen poco”.

2. Países como el nuestro reflejan que ha habido crecimiento, pero no desarrollo. Ciertamente, tras 23 años de TLCAN y apertura, la economía es hoy cuatro veces más grande y el PIB ha crecido sostenidamente, pero como contraparte, la población situada en pobreza se ha incrementado en gran proporción, llegando a ser casi el 60% del total en nuestros días. Ello, sin dejar de señalar la prevalencia de un norte más desarrollado, con un centro y sur-sureste con mayores rezagos. Existe además, un archipiélago de unas 180 ciudades medias y 11 macrourbes, en las que se concentra el 75% de la población, frente a un 25% situada en el campo.

A su vez, el campo se divide también entre el agro próspero, responsable de una economía agrícola exportadora hasta por 30 mil millones de dólares, factura mayor a la petrolera y turística juntas, y un campo depauperado, pobrísimo, en donde se ubican los municipios con mayor marginación del país (en Oaxaca, Puebla, Veracruz, Guerrero y Chiapas, por ejemplo).

3. En 1982, William Riker publicó su célebre lilbro Liberalism against Populism, en el que, con base en los criterios de elección racional, distinguió dos tipos de democracia: la de base roussoniana o populista, y la de base madisoniana o liberal. Siento entonces el momento de auge del liberalismo, cuando arrancó la tercera ola de democratización en el mundo, la argumentación poseía sólidas bases, vinculando estrechamente el crecimiento con la democracia, planteando entonces una confrontación entre la democracia (o libertad de elegir) y la elección social (o creencia en la existencia de una “voluntad general” que suple dicha libertad).

Entonces, fue claro que quien tuviera la capacidad o el poder suficiente para manipular la agenda, podía alcanzar mejores resultados en un contexto de apertura y competencia democrática.

4. Lo que está aconteciendo ahora, más de 30 años después, es que con los saldos existentes tras el agotamiento de las promesas liberales, ese fenómeno de manipulación de la agenda ha pasado de la promesa de bienestar, a la catálisis del malestar social, es decir, de restauración del viejo orden, sea nativista o colectivista, en donde se postulan líderes providenciales capaces de interpretar o encarnar la “voluntad general”.

Definitivamente, para enfrentar este desafío, el liberalismo requiere cambiar para persistir en la ruta y lograr que el crecimiento se traduzca en desarrollo y cumpla la promesa de mayor bienestar; o de lo contrario, la derrota ante el populismo será una cuestión certera. En México, el populismo de izquierda podría ser “imparable” de persistir las actuales condiciones, dice Antonio Solá, el mítico artífice de las “campañas negras”. 5. En ese marco, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, señaló que no obstante las adversidades, México mantiene el crecimiento y que lo peor podría ya estar pasando. Como diría Riker, quizá los resultados lleguen a tiempo para influir en los electores y acotar la manipulación populista de la agenda. Pentagrama es un espacio de opinión y estudio de la realidad, en el que se analizan, con enfoque prospectivo, los hechos de la política y del acontecer legislativo.