Morena con prisa

25 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Morena con prisa

luis m cruz

1.

AMLO será un presidente con prisa. El presidente electo pareciera tener claro que seis años son pocos para llevar a cabo el ambicioso programa de cambios, contenidos en el Proyecto de Nación 2018-2024. Sabe que el tiempo es ahora suyo y no parece querer desperdiciar un minuto en desmontar la estructura del neoliberalismo, al menos en sus partes más emblemáticas.

2.

Pero en el fondo pareciera estar ante una contradicción de términos, que es mantener instituciones neoliberales como la autonomía del Banco de México, el equilibrio presupuestal, la salud de las finanzas públicas, pocos impuestos o incluso reducirlos frente a las necesidades de restablecimiento del rol del Estado en diversos ámbitos conforme al principio constitucional de rectoría propio de la economía mixta, lo que hace pensar que la Revolución Morena hará cambiar las formas distribuyendo de mejor manera los resultados, pero manteniendo el fondo de la economía basada en el mercado.

3.

Es decir, el modelo de desarrollo estará centrado en el retorno del Estado interventor en la economía con un giro notable hacia la regulación y la distribución de la riqueza nacional mediante políticas públicas de incentivos o apoyos directos (subsidios) que es lo que caracteriza al lopezobradorismo. Duplicar las pensiones a adultos mayores, otorgar apoyos a los ninis y becas a los jóvenes estudiantes; la austeridad republicana y la reducción o eliminación de ciertos privilegios de las burocracias como los sueldos y compensaciones. en un caso, y seguros médicos de gastos mayores y fondos de retiro, en el segundo. Los ahorros generados, dicen, habrán de financiar el mayor gasto en subvenciones, por lo que podrá paliarse el mal, pero pudieran no necesariamente resolverlo. Las más de las veces el subsidio suele generar dependencia del mismo, en mucho menos ocasiones incentiva nuevas capacidades o destrezas para superar situaciones de minusvalía.

4.

El sostenimiento de políticas de mercado en un gobierno con sentido social fue teorizado en las conclusiones de la Comisión Trilateral que habrían de dar lugar al Consenso de Washington. Entonces, en los años 70, se propuso reorientar el rol del Estado hacia la compensación de los impactos sociales de la reforma estructural de la economía, que pasaba del excesivo peso del Estado hacia la competitividad y racionalidad del mercado como el nuevo asignador de recursos.

La corrupción, la simulación y la debilidad fiscal hicieron que en América Latina el modelo resultara frugal y acumulara rezagos que propiciarían la lacerante desigualdad y la concentración del ingreso en unos cuantos grandes emprendedores.

5.

El nuevo Proyecto de Nación plantea esencialmente la planeación centralizada para atender el gran tema de la distribución de la riqueza, mediante políticas públicas redistributivas, una nueva estructura del salario (incrementándolo, por supuesto) y un renovado pacto con los empresarios a la manera en que se hacía antes, posiblemente hasta rediseñando el pacto obrero-empresarial como antaño, pues el Estado por sí solo, no podría hacer esa Cuarta República que propone el presidente López Obrador. Es difícil pensar en una colisión entre el Estado y el mercado, pero resta por saber de qué manera la sociedad moderna, dinámica y demandante de hoy interactúa con una concepción del Estado que pretende abarcarlo todo. No parece ser un asunto de cuántas buenas ideas se podrían llevar a cabo, sino de qué manera los diferentes sectores de la sociedad se involucran en ello. No por mucho madrugar amanece más temprano.