Enemigo mío

19 de Abril de 2024

Mauricio Gonzalez Lara

Enemigo mío

mauricio gonzalez lara

Disponible en Netflix, Best of Enemies, documental dirigido por Robert Gordon y Morgan Neville, analiza la amarga batalla entre dos intelectuales estadounidense con visiones políticas opuestas: Gore Vidal y William F. Buckley Jr. Ambos nacieron para enfrentarse: Vidal, demócrata e ilustrado, desdobló una sensibilidad mordaz a lo largo de una vasta obra intelectual que comprende ensayos y novelas, entre las que destacan Lincoln y Myra Breckinridge; Buckley, republicano y fundador de la revista National Review, fue quizá el intelectual conservador más popular de la Unión Americana durante buena parte del siglo XX. Vidal era antisistema y abiertamente homosexual; Buckley era católico y desparpajadamente tradicionalista. Los dos, sin embargo, compartían un desarrollado carisma mediático y una inteligencia desbordada y desbordante. En 1968 la cadena televisiva ABC contrató a Buckley y Vidal para amenizar con debates la cobertura de las elecciones presidenciales. Estados Unidos atravesaba una etapa volátil dibujada por los asesinatos de Bob Kennedy y Martin Luther King, las protestas contra Vietnam y la batalla por los derechos civiles. Buckley apoyaba la guerra y se oponía al espíritu reformista; Vidal, en cambio, defendía la libertad sexual, exigía el final de la guerra y promovía una mayor participación de las minorías. Buckley tenía el aspecto de un playboy gozoso y articulado; Vidal, en cambio, proyectaba hosquedad y autosuficiencia. Tras varios encontronazos, Vidal sacó de quicio a su enemigo en un debate al llamarlo criptonazi. Buckley reviró y lo llamó “maricón”, para luego amenazar con romperle la cara. Cuando Buckley murió en 2008, Vidal se enorgulleció de haberlo puesto en su lugar, como si los debates a los que se refería hubieran sido el día anterior y no hacía 40 años. En The Importance of Being Hated, texto publicado hace poco más de 10 años, el autor Chuck Klosterman establecía una diferencia entre la némesis y el archienemigo. La némesis –término que alude a la diosa de la justicia retributiva, la solidaridad y la venganza– es una persona que te agrada pese a lo mucho que la aborreces. Es más: es probable que antes de ser tu némesis esta persona fuera un compañero de farra o tu mejor amigo, pero tras una serie de discrepancias que probablemente terminaron en golpes, hoy vivan enemistados de manera irremediable. Tu némesis es demasiado similar a ti como para odiarlo realmente. El archienemigo, por otro lado, es un individuo tan opuesto a tu esencia que el escenario de tomarte una cerveza con él resulta impensable. No porque sea maligno, sino porque su misma existencia representa una ofensa para tu naturaleza. Las primeras dos temporadas de Billions, serie transmitida por Showtime, narra el enfrentamiento de dos hombres que parecen ser archienemigos: Chuck, un fiscal de distrito, y Axe, un inversionista sin escrúpulos. Las cosas dan un giro en la tercera temporada y ambos personajes pasan del odio a la empatía. La última vez que los vemos beben una copa de vino mientras planean la destrucción de sus adversarios. El verdadero archienemigo del huérfano Batman no es el Guasón, sino el adoptado Superman, el boy scout que representa la luminosidad ajena al hombre murciélago. Como han sugerido The Killing Joke, The Dark Knight y hasta The Lego Batman Movie, Batman y el Guasón son tan similares que casi podrían ser pareja. Buckley y Vidal eran genuinos enemigos. Su odio, no obstante, le inyectó dinamismo a la televisión estadounidense. Como señala el escritor español Javier Cercas, los amigos nos estimulan a veces, pero los enemigos nos estimulan siempre: “Quizá podamos prescindir a ratos de nuestros amigos, pero no podemos prescindir de nuestros enemigos, o por lo menos no hasta que ellos prescindan de nosotros”. Es importante saber escoger a los enemigos.