La felicidad en un huerto

16 de Abril de 2024

Ana Saldaña

La felicidad en un huerto

ana saldaña

El tener un huerto en casa, por más pequeño que sea, además de impactar positivamente tu salud al proveerte de alimentos nutritivos, puede también beneficiar en general en tu bienestar. No importa si solo son un par de macetas en un balcón o una ventana, estoy convencida que el convivir con la naturaleza, puede traer alegría a tu vida.

Existen un sin fin de estudios sobre esta temática. Justo en el 2017 Masashi Soga, Kevin J. Gaston y Yichi Yamura, realizaron un metanálisis de los estudios más importantes publicados y encontraron que existe un impacto positivo en la salud al hacer jardinería, incluyendo la reducción de síntomas de depresión y ansiedad, estrés, masa corporal, así como una mejor calidad de vida, mayores niveles de actividad física y buenas funciones cognitivas.

Sin embargo, tal vez para mí, más allá de lo beneficios en la salud a largo plazo, es el impacto inmediato que recibes al conectarte con la naturaleza y encontrar un refugio en donde tomar aire. Ahora una de las prácticas meditativas más en boga, conocida como “mindfullness”, que por cierto no tiene una buena traducción al español, pero que versa sobre aprender a prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación es ideal para los que cuidan su espacio verde.

Estoy convencida que al conectar con la tierra, la vegetación y la fauna, estás cultivando una mente saludable y por ende encontrando mecanismos para que te sientas más calmado. Pensando en cosas que recomendaría hacer la próxima vez que vayas a sembrar algo, tengo 5 sugerencias para ti:

  • Busca un espacio en tu día en donde puedas desconectarte. Apaga tu celular y concéntrate en disfrutar del espacio que te rodea.
  • Disfruta la jardinería con todos tus sentidos. Siente la tierra. Observa a tu alrededor e identifica los cambios en las temporadas, si están floreando tus plantas o si ya tienen frutos. Al regar escucha como cae el agua y ten conciencia de los ruidos que te rodean, desde los más urbanos a los delicados cantos de los pájaros. Toca las plantas pasando tus dedos por las hojas sintiendo las diferentes texturas. Percibe los aromas tanto de las hojas, como de las flores, sobre todo si tienes hierbas aromáticas en tu huerto. Y porqué no, si sabes que son comestibles, prueba e identifica los distintos sabores.
  • Respira profundo. Toma tu tiempo, inhala, exhala mientras usas tus sentidos.
  • Aprende a convivir con la naturaleza que te rodea, incluidas las abejas, que verás normalmente no hacen nada y son divertidas de observar. Además, ellas están haciendo gran parte del trabajo para asegurarte que tus plantas rindan frutos.
  • Y finalmente sonríe. Si estás afuera, siente el sol en tu espalda. Agradece estos momentos de paz y tranquilidad.

Si sigues estos pasos, verás que inmediatamente te sentirás mejor. Como dice Alice Sebold, “me gusta la jardinería- siempre me encuentro a mi misma cuando necesito perderme de mi misma”.

Espero que tengas un buen día y recuerda; ¡hay que buscar el sabor de la vida!