Reflexiones para una Navidad feliz

23 de Abril de 2024

Ana Saldaña

Reflexiones para una Navidad feliz

ana saldana

Estamos en cuenta regresiva para festejar la Navidad. Mientras más grande sea la familia, más compleja resulta la logística. El anfitrión, seguramente trabajará más, antes y después de la Navidad. Sin embargo, el ser anfitrión también puede resultar en un gran placer: el abrir las puertas de tu casa, regalar a tus seres queridos momentos especiales rodeados de risas y amor, es algo que no tiene precio. Sin embargo, por más esfuerzo que haga el anfitrión, también dependerá de los invitados que tan feliz resulte la Navidad.

Por lo mismo, te comparto mis 10 puntos para garantizar una Feliz Navidad entre familia.

Se el invitado perfecto. Se puntual. Nunca llegues con las manos vacías y agradece al anfitrión su hospitalidad con un detalle. Si te han pedido que cooperes con un platillo para la cena, prepáralo en tu casa y llévalo listo para calentar. Si ves que aún hay trabajo por hacer en la cocina, ofrécete a ayudar.

Olvídate del roperazo. Trata de evitar reciclar regalos y si lo vas a hacer, hazlo con cautela. ¿Estas seguro que no te lo dio algún familiar? ¿Está en buenas condiciones? Y bueno, si aun después de responder a estas preguntas lo quieres hacer, yo te haría una más: ¿por qué si tu no quieres ese regalo, crees que le gustará a tu familiar?

Modérate. Come, bebe y disfruta el festejo sin perder el estilo. Si hay viejas rencillas o resentimientos, trata de evitar comentarlos en la mesa. No hay nada como resolver los problemas en privado, sin incomodar a toda la familia.

Agradece. Envuélvete del espíritu Navideño. Reacciona con gusto sin importar el regalo que te den. Recuerda que alguien pensó en ti. Agradece la hospitalidad del anfitrión y si la pasas bien mándale un mensaje el día siguiente agradeciendo su hospitalidad. Pero sobre todo, agradece lo afortunado que eres de poder compartir este día especial, con tus seres queridos.

Disfruta a tu familia y olvida el celular. Deja el teléfono celular en tu bolsillo y nunca lo pongas sobre la mesa. Evita responder los mensajes de tus amigos hasta que estés ya en casa. Apágalo y dedícale el tiempo a tus familiares con los que compartes la mesa. Es una gran oportunidad para convivir y dedicarle el cien porciento del tiempo a tu familia. Recuerda, ¡es solo un día del año!

Llénate de buen ánimo. Ármate de una sonrisa, se optimista y transmite sentimientos positivos. Como decía el novelista inglés William M. Thackeray, “el buen humor es el mejor traje que puede lucirse en sociedad”.

Está dispuesto a cambiar las tradiciones como anfitrión. No siempre todas las tradiciones son buenas. Si todos los años ya es tradición que te encargues de toda la cena, tal vez es momento de moderar tus expectativas sobre lo que debes hacer. Si necesitas ayuda, pídela. Si necesitas que los invitados cooperen, no tiene nada de malo pedir que lo hagan, ya sea con trabajo o con dinero. Como dice el refrán popular, el que no habla, dios no lo escucha.

Piensa en los niños. Dependiendo de las edades, trata de previamente preparar actividades para los pequeños que garanticen su buen humor y que sean conducentes para que disfruten de la fiesta. No hay nada más aburrido para un chico que estar sentado por horas en una cena eterna o tener que esperar demasiado tiempo para recibir los regalos.

Practica la tolerancia. Al menos de que en tu familia todos compartan la misma opinión, evita temas que podrían generar controversia. Dicen que es recomendable no hablar de política o de religión. Yo soy de la opinión que más allá de la temática, es mejor no enfrascarte en discusiones eternas que incomodarán a todos los invitados. No te enganches y se tolerante.

Ayuda antes de irte. Antes de irte, da un vistazo a tu alrededor y ve si hay alguna manera en que puedas ayudar al anfitrión. Tal vez entre todos los invitados antes de irse pueden llevar las copas a la cocina o cargar los platos que se quedaron en la mesa. El anfitrión te lo agradecerá, pero sobre todo, quedará a invitarte otra vez. Como dice el popular refrán: “te reciben según te presentas; te despiden según te comportas”

Espero que tengas unas felices fiestas, que arranques el 2018 lleno de ánimo, pero sobre todo, que sea un año lleno de bendiciones y salud para ti y para tus seres queridos. Nos leemos en enero y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!