Preocupa a Citigroup nuevas refinerías de AMLO y baja a salarios a burocracia

19 de Abril de 2024

Preocupa a Citigroup nuevas refinerías de AMLO y baja a salarios a burocracia

El grupo financiero señala que uno de los retos de la siguiente administración es la reactivar la inversión y el apoyo a las negociaciones del TLCAN

Citigroup, uno de los mayores grupos financieros del mundo, resaltó algunos elementos positivos del próximo presidente Andrés Manuel López Obrador como el apoyo a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, y la validación de los contratos de exploración petroleros existentes, sin embargo, alertó sobre su preocupación por la construcción de nuevas refinerías y su política de austeridad en los sueldos y salarios de la burocracia mexicana.

Estamos preocupados por la viabilidad de las refinerías, ya que insistimos en que, desde el punto de vista técnico y financiero, construir una nueva capacidad de refinación no es una buena idea”, señala Citigroup en el reporte “Examen de la situación económica de México”, elaborado por sus estrategas económicos y bursátiles, para sus clientes-inversionistas.

Uno de los estandartes de campaña del presidente electo, fue la promesa de construir refinerías en el país, adicionales a las seis que ya operan, para reducir los precios de las gasolinas en México. Después de la victoria de López Obrador en las elecciones del 1 de julio, el hoy presidente electo dijo a los medios de comunicación que en su gobierno podría construir dos refinerías de mediana capacidad o una “grande” para edificarla en su natal estado Tabasco. En el puerto petrolero de Dos Bocas. Algunos expertos han señalado que una planta para procesar o refinar petróleo crudo para producir petrolíferos tendrá un costo de entre 6,000 y 10,000 millones de dólares. Su edificación requeriría de al menos tres años. El financiamiento de ese proyecto es una de las principales preocupaciones de Citigroup, como de otros grupos económicos. El interés de la próxima administración de construir refinerías y modernizar las ya existentes, así como sus ambiciosos programas sociales están en la mira de los especialistas para financiarlos sin endeudamiento ni la creación de nuevos impuestos.

Es en la política fiscal donde reside el enigma principal. Para lograr un aumento significativo en el gasto social y de infraestructura sin nuevos impuestos ni deuda, se necesita una importante reestructuración del gasto público”, señala Citigroup.

Un de las soluciones que ha comentado el mandatario electo es racionalizar el gasto federal a través de la Política de Austeridad Republicana que contempla el despido de 70% del personal de confianza de la administración pública federal, con lo cual se podrían cancelar unas 400 plazas laborales. Además del despido, también recortará los sueldos a los funcionarios que cobren un millón de pesos al mes y eliminará las pólizas de seguros de gastos médicos mayores (SGMM), entre otras medidas.

Es una buena idea, lo que nos preocupa es la magnitud involucrada”, advierte el grupo financiero estadounidense.

“Nuestra principal preocupación radica en los esfuerzos por racionalizar la nómina del sector público: un enfoque de arriba hacia abajo podría convertir un proceso disruptivo muy necesario en una exageración, lo que provocaría una desaceleración innecesaria en la actividad del gobierno”, dice el reporte. La paralización del gobierno, han comentado algunos especialistas es por el hecho que el personal de base (sindicalizado y excluido del despido masivo) en algunos casos por sus estatutos están impedidos a realizar funciones del personal de confianza. Además de sus preocupaciones, Citigroup dice que uno de los retos de la siguiente administración es la reactivar la inversión y el apoyo a las negociaciones del TLCAN “debería ayudar a disipar una importante fuente de incertidumbre que mantiene a raya a los espíritus de los animales (termino keynesiano para referirse a la confianza del consumidor)”. También, señala que, en la política energética, la validación de los contratos de exploración y producción existentes también podría eliminar otra fuente de incertidumbre y que el futuro de los nuevos proyectos “downstream” (refinación de petróleo) es menos optimista, pero aún tenemos que esperar una definición más clara del equipo AMLO”, puntualizó.