Protege tu cuello

25 de Abril de 2024

Protege tu cuello

cuello

Es muy importante que en tu rutina de cuidado de la piel, no olvides esta zona

Cuando la piel del cuello y la mandíbula (el famoso “jawline”) pierden firmeza y comienzan a caerse, se te nota la edad. Con el paso de los años, esa área se desdibuja y por más que te cuides la cara, el cuello y la quijada te delatan. Por ello, es muy importante que en tu rutina de cuidado de la piel, no olvides esta zona:

Cuello

La flacidez y las arrugas, en ocasiones, pueden deberse a una causa genética o a la falta de cuidado e hidratación. La piel del cuello es muy delgada, mucho más que la de la cara, produce menos elastina y colágeno por lo que tiende a ser menos firme y se arruga con más facilidad. Tiene menos glándulas sebáceas, lo que la hace más deshidratada y áspera, asimismo no tiene folículos pilosos, por lo que es más sensible y débil que el rostro y más si no recibe protección. Por todas estas razones el cuello presenta con los años flacidez, arrugas horizontales, manchas, piel áspera y en ocasiones, hasta un tono más opaco. ¿Qué hacer? Lo importante es no olvidar que tenemos cuello, que también necesita de cremas y sueros todos los días. Para cuello flácido y arrugado hay dos ingredientes excelentes: retinol y péptidos que ayudan a estimular la producción de colágeno en la piel y a reducir las líneas verticales del cuello.

Mandíbula (Jawline)

Es una zona que se desdibuja por la pérdida de firmeza. El triángulo de la belleza se invierte. Al unir el punto más alto de cada pómulo con el centro de la barbilla se forma un triángulo casi simétrico. Pero a partir de los 40 el triángulo se invierte porque la parte inferior de la cara se ensancha por la pérdida de colágeno y volumen. La pérdida de volumen se debe a una disminución de tejido graso y al desgaste óseo y. a partir de los 25 años se pierde la producción de colágeno en un 70 por ciento, pero es a partir de los 40 que se empieza a notar. El 80 por ciento del envejecimiento está condicionado por tu estilo de vida y no por tu genética, por ello, debemos cuidar nuestros hábitos, así como nuestra alimentación.