Miles de personas acudieron este domingo al centro de Budapest para manifestarse contra los planes del Gobierno de Hungría de introducir un nuevo impuesto que grave el uso de internet con un tarifa de 50 céntimos de euro por cada gigabyte de datos consumidos. El gabinete de Viktor Orbán anunció el pasado miércoles esta nueva tasa, que fue inmediatamente rechazada por asociaciones de usuarios, proveedores y hasta el propio partido del Gobierno, el conservador Fidesz.
En la manifestación de hoy, a la que han acudido unas 10.000 personas según la emisora privada “ATV”, uno de los organizadores, Balázs Gulyás, aseguró que se trata de una “oscura propuesta” que “aisla a Hungría del resto del mundo y que podría causar la pérdida de miles de puestos de trabajo”.
El proyecto prevé que este nuevo impuesto entre en vigor en 2015 y recaude unos 60 millones de euros al año. La mayor empresa de telecomunicaciones del país, Magyar Telekom, ha denunciado que este nuevo impuesto se ha presentado sin ninguna consulta previa con el sector.
Ante la avalancha de críticas, el partido del Gobierno, el conservador Fidesz, ha propuesto modificar la ley estableciendo un máximo de 2,2 euros mensuales para los usuarios particulares y de 16 para las empresas. El grupo de trabajo sobre comunicaciones de este partido ha pedido incluso la retirada total del proyecto. Se espera que la propuesta de ley sea debatida en el Parlamento la semana que viene.
