Puros incentivos...cero correctivos

20 de Abril de 2024

Ricardo Eguia

Puros incentivos...cero correctivos

RICARDO EGUIA

A pesar del voto anémico resultado del abstencionismo que sin lugar a dudas es a su vez símbolo del contundente rechazo popular, los partidos políticos en cínico ritualismo se han aprobado un enorme catálogo de prerrogativas excesivas y un cúmulo de incentivos sin contrapesos, pero al propio tiempo sin soltar ni una astilla del enorme hueso del erario del cual se cuelgan, en una dialéctica atávica se han opuesto, han rechazado los correctivos elementales para rectificar sus excesos y sus desmanes que la sociedad desde hace tiempo les señala y ha propuesto para hacer realidad la modernidad y la autenticidad democrática, hoy solo un remedo envilecido...

Se aprobaron en su excluyente beneficio y en total divorcio con la población mayoritaria todo tipo de prerrogativas y multimillonarias canongías que no se fundamentan en el número de votos válidos que obtienen en cada elección, sino en el simple aumento de credencializados en el padrón más deseosos de tener una identificación, que de votar nunca.

Asimismo se aprobaron un centralista, asaz costoso y barroco sistema electoral, con un “INE” inane, amorfo y leyes que resultan una auténtica coladera por donde van y vienen la tenebra, la desideologización, los maridajes contranatura, los impunes excesos en los gastos electorales, la nula rendición de cuentas, la politiquería de baja estofa, la farsa de las campañas spoteras, el reciclado de los mismos especímenes de un puesto a otro y en el culmen del cinismo hasta la reelección de los plurinominales que al no ser electos entrañan una aberración legal y salvo muy honrosas excepciones son lacayos de las cúpulas partidistas que al ejercer férrea hegemonía sectarista mantienen secuestrado a este país obligándole a transitar de lo malo a lo peor.

De la arenga engañosa y en ficción absoluta pasaron al mutis y sin rubor alguno fingir demencia ante la promesa fallida de reducir los plurinominales en la Cámara de Diputados y eliminarlos del Senado pues se contraponen, no se cohonestan con el “pacto federal” al no representar a los Estados sino a las mismas cúpulas partidistas aislacionistas...

Los partidos divorciados de la sociedad, carentes de credibilidad, incapaces de ofrecer alternativas coherentes a la sociedad, parapetados en la ética del egoísmo y en el arte de la mentira políticase opusieron a los correctivos y de manera encarnizada a la revocación de mandato, al referéndum, a la iniciativa ciudadana, a la democracia interna, a las candidaturas independientes que finalmente y muy a su pesar salieron con fórceps pero las complicaron con tal exceso de requisitos como para reducirlas a nada a pesar de saber que esas candidaturas nacen de una clara matriz democratizadora.

Las candidaturas independientes son válvula para evitar la explosión social y la fórmula para canalizar el hartazgo de la población contra los partidos y la clase política insensible... son la divisa para empoderar a los ciudadanos y generar alternativas legítimas contra la partidocracia empeñada en cerrarles los espacios de participación y de auténtica democracia representativa.

Se juega con fuego por la tozudez de los partidos que no solo se cierran a sus militancias exiguas evitando la oxigenación de sus cuadros, sino que tal como si fuera derecho divino se empecinan con esa maldita jaqueca que les hace suponer a las élites pueden usar a perpetuidad el poder político excluyente y para violar las leyes, enriquecerse a la mala y burlarse de la población a la que se quiere hacer creer que no hay de otra más que soportar sus abusos, excesos y arrogancia... ¡cuán equivocados están, la situación para ellos llega a los limites de lo insostenible y por su frenética insolencia lamentablemente esperan días más feos para este país! “Apartamiento crónico de la realidad, los partidos viven en una burbuja...en un mundo aparte para así dejar de entender y de atender la enorme disparidad cuando unos pocos privilegiados se apoderan de la riqueza y saquean al país, incurren en excesos, lujos, derroches de un lado y de otro un penar, hambre y miserias de 60 millones de personas; apeñuzcamiento en transporte público desvencijado y caro, salarios de miseria; informalidad que rebasa el 60% de la población económicamente activa, sin accesos a un pésimo sistema de salud y de educación atrasada; con un sistema de procuración e impartición de justicia profundamente corruptos; un mediocre desarrollo económico nacional; inseguridad, delincuencia desbordada e impune y violación constante de los derechos humanos” (El Universal) y grave retroceso la pretensión de aprobar una Ley reglamentaria del artículo 29 Constitucional para facultar la suspensión de garantías, decretar el “Estado de excepción” y haber legislado para autorizar al Ejército para catear domicilios de civiles y obligar a la población civil a comparecer ante las autoridades castrenses, como reflujos de una clase política con tendencias dictatoriales y que de agriarles la garganta y el aliento la infame y amarga realidad se empecinan en soplarlo al “mal humor social” por la corrupción que cabalga a todo galope por el país como el Leviatán o Atila que por donde pasaba no volvía a crecer la hierba...

Ya lo decía el portavoz del Departamento de Estado de los EE.UU.Jhon Kirby “es imposible no interpretarlo (informe de GIEI) como una acusación a un sistema de Justicia notoriamente corrupto y brutal en México” y en su visita reciente a México el Vicepresidente Joe Biden expresó su crítica al decir “que le preocupa la ineficacia jurídica en México y que trabajaría estrechamente con el gobierno y la sociedad civil mexicana para promover el Estado de derecho, la transparencia, la anticorrupción y la rendición de cuentas en cada nivel de la sociedad”.

También y sin ambages la Directora gerente de la “OCDE” Gabriela Ramos expresó: “La corrupción es el cáncer de México”.

Por ende México ante los crudos señalamientos del exterior no puede refugiarse en el aislamiento provinciano y tratar de esconderse tras el discurso triunfalista y/o negacionista pues ya no se puede embaucar a una sociedad que ya despertó.

Si ya de suyo es lamentable que los ideales se hayan reducido a lo económico, si el éxito intelectual es el principio del fracaso, si la buena fama pública es el comienzo de las críticas malintencionadas, si solo el circo mediático es el único referente para las élites y los partidos políticos, si a la sociedad mexicana se le han apagado las hogueras de las ilusiones y se le cancelan sus potencialidades para salir de la funesta mediocridad y se esparce la sensación de total inseguridad por el lumpen delincuencial y la criminalidad de la oligarquía sería un craso error darse por vencido... ¡debemos sacudirnos la molicie, la pereza, el miedo o el abandono para irrumpir colectivamente en la vida nacional y coadyuvar con coraje y decisión a reconstruir esta nación diezmada por partidos, partidillos y partidejos!

La causa política honesta es un reto de la población, no de los partidos que en su pánico por el rechazo popular que ellos se ganaron a pulso dan coletazos con ese compulsivo reformismo de leyes deformantes se han convertido en simples bazares sin ideología y para el intercambio de favores, de canongías de impunidades recíprocas tapándose unos a otros se resisten a un período extraordinario de sesiones para aprobar las 7 leyes del “Sistema Nacional Anticorrupción”.

Lo dicho aquí... el verdadero desafío hoy es el frontal e implacable combate a la corrupción más allá del sainete legislativo y de la parodia parlamentaria en su estancamiento secular estructural cuando de combatir la corrupción de la que el Legislativo es parte y por ello sus cínicas reticencias y trastadas.

¡Ante retos extraordinarios y un Congreso ordinario el país se desgaja!

Interregno inútil en el Congreso que no entiende que esas leyes son inaplazables para reconstruir al país y no destruirlo cuando se aprestan a dinamitarlo todo con leyes reglamentarias anticorrupción leves, lenes e inanes...

Por ello debemos acudir a las urnas para anular masivamente los votos y evitar se repartan las migajas del 30% que acude a votar ingenuamente... Hoy cuando el “Sistema Nacional Anticorrupción” es una adivinanza legislativa envuelta en un misterio dentro de un enigma grotesco, procede anulemos el voto!

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