Carlos Rojas Gutiérrez, exsecretario general del PRI, cuestiona la trayectoria del líder nacional del tricolor, partido al que renunció, luego de 38 años de militancia y denuncia el “fraude (electoral) descomunal” que se cometió en Coahuila.
“¿Quién es Enrique Ochoa?”, pregunta con ironía Carlos Rojas Gutiérrez, el exsecretario general del PRI, cuando se le plantea si la llegada del actual dirigente del tricolor, hace casi un año, fue uno de los motivos por los cuales decidió abandonar las filas del partido y sumarse a la causa de los candidatos independientes.
“No tenía noticias de que Enrique Ochoa existiera como militante del PRI, nunca lo vi en el partido, nunca lo vi cuidando una casilla, nunca lo vi acompañar una lucha social, participando en ninguna asamblea, por eso te pregunto quién es él, yo no sabía quién era cuando llegó”, afirma el exsecretario de Desarrollo Social y artífice del programa Solidaridad en tiempos de Carlos Salinas de Gortari.
Carlos Rojas renunció a su militancia priista el pasado 31 de mayo, después de 38 años de vida política en el tricolor. En una carta dirigida a sus amigos y en la que explica las razones de su retiro, el exsenador lamenta la demolición del PRI como “un partido con principios, con compromisos con la gente, con trabajo político, con el desarrollo y diseño de instituciones y programas públicos para servirle a los mexicanos”.
Afirma que “ese PRI que ya no existe, lo secuestraron dirigentes inventados, sin trayectoria política, desconocidos y manipulados por la tecnocracia que hoy manda en el país y por los gobernadores a quienes el presidente (Enrique) Peña les entregó las decisiones políticas en sus estados, así haya sido por desconocimiento, ingenuidad o complicidad”.
Entrevistado por ejecentral, Rojas Gutiérrez también atribuyó su salida del PRI a esa “nueva generación de gobernadores que ha dejado muy mal parado al partido, a sus dirigencias y a todos los que toman decisiones en el gobierno federal, pues son candidatos que se convierten en monstruos depredadores de los recursos públicos; eso es lamentable para cualquier fuerza política”.
Antes de oficializar su salida del tricolor, Carlos Rojas apoyó abiertamente la candidatura independiente de Javier Guerrero a la gubernatura de Coahuila, lo que representó un desafío al partido que gobierna la entidad y a la nominación de Miguel Ángel Riquelme como abanderado del Revolucionario Institucional.
Dijo que ese acto de rebeldía se debió a que le cerraron las puertas del PRI “por intereses mezquinos, sin explicaciones ni análisis político ni diálogo o trato profesional, sin consideraciones por su trayectoria ni respeto a su persona”, por lo que decidió sumarse a Guerrero.
›Sobre la viabilidad de los candidatos independientes, Rojas Gutiérrez dijo que tienen un “enorme futuro” en la política mexicana, aunque es necesaria una reestructuración del sistema político-electoral, pues éste fue diseñado con base en los intereses de los partidos políticos y, así como está, obstaculiza las posibilidades de los ciudadanos.
Sobre las elecciones en Coahuila, donde los aspirantes del PAN, Guillermo Anaya, y del PRI, Miguel Ángel Riquelme, se encuentran en empate técnico, Rojas Gutiérrez dijo que en el estado “se perpetró un fraude descomunal por parte del gobierno de Rubén Moreira, de sus empleados del Instituto Estatal Electoral y la omisión completa del Instituto Nacional Electoral”.
Detalló que se incendiaron casillas, se robaron urnas y se contabilizaron boletas en sedes alternas, pero “el INE prefirió estar ausente, permitió trapacerías que violentan la voluntad de los ciudadanos”.
El número dos del partido en tiempos de Ernesto Zedillo, cuando Mariano Palacio Alcocer era el dirigente nacional del PRI, dijo que esta situación no cambiará mientras los consejeros electorales, tanto los federales como los estatales, sigan correspondiendo a cuotas partidarias.
Respecto al millonario presupuesto que absorben los partidos políticos, Rojas Gutiérrez sostuvo que “el país tiene tantas necesidades, hay tantos pobres y tanta escasez que los gastos de los partidos resultan una inmoralidad, un desperdicio de recursos”.
Militancia. Carlos Rojas fue miembro del PRI por 38 años.