Lo que no dijeron PGJDF y Energía

25 de Abril de 2024

Lo que no dijeron PGJDF y Energía

cuajimalpa

Hubo fallas en el seguimiento del protocolo de personal de gasera, hospital y bomberos

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MÉXICO, D.F., 29ENERO2015.- Fotografías aéreas del hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, el cual se colapsó, luego de la explosión provocada por una pipa de gas que abastecía el lugar. FOTO: CUARTOSCURO.COM
Foto | Especial

Por MARÍA IDALIA GÓMEZ, GABRIELA RIVERA e ITZEL REYES Los protocolos de atención a emergencias por fugas de gas no se siguieron, tampoco los procedimientos de evacuación y control de la zona de riesgo, ni por los cuerpos de rescate y emergencia que llegaron primero al lugar y una parte del personal del propio hospital fallaron. El resultado de la suma de omisiones y descuidos fue que por la explosión, por lo menos 64% de las personas, que se encontraban en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa resultaron con algún tipo de daño y cinco personas muertas, además de daños que superan los 500 millones de pesos.

Y eso no es todo, la infraestructura del hospital carecía desde una salida de emergencia y, por lo menos, en el horario nocturno, no se practicaban los protocolos de atención a emergencias.

Cuatro especialistas certificados a nivel internacional y nacional que llegaron al lugar de la explosión ocurrida en el nosocomio el 29 de enero y permanecieron más de 15 horas revisando las estructuras o en tareas de rescate y remoción de escombros, detallaron a EJE CENTRAL lo que ocurrió en el lugar y qué procedimientos no se siguieron.

También testimonios de pacientes, familiares, vecinos y empleados del nosocomio realizados por este portal, corroboran las carencias y errores que se cometieron y que podrían haber evitado la explosión o quizá disminuido su impacto.

Los especialistas entrevistados, que pidieron no mencionar sus nombres, explicaron que los peritajes que lleva a cabo la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) deberán establecer, si son de fondo y completos, además de las causas de la explosión, si existió un mal manejo de la emergencia durante los primeros minutos, antes y después de la explosión.

Sin embargo, coincidieron los expertos certificados en Estados Unidos, cualquier resultado que arrojen los peritajes mostrará que se cometieron omisiones graves por la falta de entrenamiento del personal de rescate, del hospital y de las gaseras, por lo que se debe incrementar la supervisión de protocolos y procedimientos, y mejorar los espacios de seguridad, pues a pesar de ser un hospital pequeño los daños fueron muy altos.

A partir de una detallada reconstrucción sobre lo que ocurrió, antes y después de la explosión por la fuga de gas, donde oficialmente había 120 personas, aunque los empleados sostienen que eran menos, EJE CENTRAL presenta a continuación, lo que ocurrió ese día y cómo el Heroico Cuerpo de Bomberos, Protección Civil de Cuajimalpa, personal del hospital y de la gasera cometieron errores, lo mismo que un mal diseño del hospital y el incumplimiento de la Ley de Protección Civil para el Distrito Federal en la conformación de brigadas, su entrenamiento y la realización de prácticas y simulacros, que sumaron las falencias que que quizá habrían impedido la explosión o por lo menos su impacto, incluyendo el número de personas que resultaron muertas o heridas.

Al intentar cuestionar a las autoridades de salud del Distrito Federal o del hospital, oficialmente el Gobierno del Distrito Federal respondió que todo estaba sujeto a investigación, por lo que se esperaría los resultados que presente la PGJDF. En el caso de los Bomberos, aunque insistieron en su disposición de ser entrevistados, al momento de iniciar la entrevista su director, el primer superintendente Raúl Esquivel, pidió unos minutos para prepararse y después ya no fue posible contactarlo, bajo el argumento que estaba atendiendo un incendio en la Colonia Morelos.

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MÉXICO D.F., 31ENERO2015.- Policias y personal de protección civil continúan con la remoción de escombros del hospital infantil de Cuajimalpa tras la explosión de una pipa de gas que se registro hace dos días y que dejo como saldo tres personas sin vida y mas de 70 lesionados. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM / Saul Lopez
[su_heading size="25" align="left” margin="50"] 1. SIN PUERTA Y UNA TOMA EN MAL LUGAR [/su_heading]

El Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, dependiente de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, era de una sola planta, construido con acero, concreto aligerado y paneles W con cemento.

Ofrecía varios servicios, desde estimulación temprana, gineco-obstetricia, neonatología, urgencias obstétricas y pediátricas, interrupción legal del embarazo, laboratorio, rayos X y ultrasonidos. Aunque el mayor número de servicios, de acuerdo al testimonio de personal y pacientes, eran en torno a partos y consultas médicas, en especial a la población de Cuajimalpa, y con frecuencia recibía pacientes provenientes de otras delegaciones cercanas e incluso del estado de México.

[su_pullquote]Tenía 40 camas, 9 consultorios, y área de emergencias las 24 horas[/su_pullquote] El hospital se podía recorrer de punta a punta en menos de 10 minutos, a paso tranquilo. Cerca de la puerta principal se ubicaba la recepción y dos consultorios médicos, donde hacían la revisión previa al ingreso. De allí se extendía un pasillo, con una puerta pesada, donde se ubicaban las dos salas de recuperación, con 10 camillas cada una.

Una ex paciente del hospital, que prefirió el anonimato, relató que algunas veces se colocaban camillas en la recepción o el pasillo para que las mujeres, que aún no estaban en tiempo de dar a luz, esperaran la dilatación adecuada y entonces pudieran ingresar.

Los quirófanos y el área de urgencias estaban del otro lado del inmueble. Una vez que los pacientes salían del quirófano, eran ubicados en alguna de las salas de espera.

Si las mamás o los recién nacidos estaban bien, el bebé permanecía con su madre hasta que ambos eran dados de alta. Este punto fue uno de las más afectadas por la explosión y donde las mujeres resultaron con mayores heridas.

“No te dejaban moverte por el hospital. A los niños prematuros o con problemas de salud eran a los que ponían en estos cuneros de terapia intensiva”, explicó la ex paciente.

El inmueble tenía puntos débiles de seguridad. Los testimonios recabados por EJE CENTRALconfirman que no tenía salida alterna de emergencia, sólo contaba con el acceso principal y el área de urgencias, esta última hacía las veces de salida de emergencia para abandonar el inmueble en las prácticas anuales de evacuación.

Y es que hace dos años el nosocomio amplió sus instalaciones hacia el fondo del terreno, pero las autoridades no incluyeron, por lo menos, dos salidas de emergencias, que facilitaran su evacuación, violando todas las normas.

Es decir, el hospital era una ratonera. Y no sólo porque no había otra forma de escape, sino porque en la ruta de improvisada para la salir en una emergencia estaban los tanques de oxígeno que aceleran la combustión en un incendio y también estaba la toma de gas. Estos puntos de riesgo ya habían sido expuestas por los representantes sindicales, pero nunca tuvieron respuesta.

Al salir por área de urgencias se llegaba al estacionamiento y en ese punto estaba marcado el área seguro de reunión, pero es muy cerca de allí donde siempre se colocaba la pipa de gas para la recarga, algo que viola todo manual y normatividad de seguridad. Pero nuevamente las autoridades lo permitían.

Otro punto igual de grave era la ubicación de la toma para los tanques de gas que surtían a la cocina y baños, si bien contaba con una tubería externa que salía de los tanques y llegaba al área de acceso vehicular, el punto de conexión para su recarga se encontraba a muy poca distancia de la zona de neonatos, lo que también viola todas las normas de seguridad.

“Debió colocarse a más de 15 metros de distancia”, detalló uno de los especialistas que verificó esa falla.

Y es precisamente esa toma en donde estaba conectada la manguera que presentó la fuga y que provocó que el gas, formara una nube y entrara al inmueble, hasta topar con un punto de ignición, que generó la explosión. “La explosión fue de adentro hacia fuera, por el tiempo que duró la fuga, el gas se metió por todos lados hasta que encontró un punto de ignición y estalló, por eso el área con mayores daños fue la de neonatos”, precisó una de las fuentes.

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[su_heading size="25" align="left” margin="50"] 2. ¿EQUIPO INSUFICIENTE O EN MAL ESTADO Y FALTA DE ENTRENAMIENTO? [/su_heading]

La pipa de la empresa Gas Express Nieto, llegó al hospital alrededor de las 6:30 de la mañana del jueves y, como siempre, se estacionó en el área de acceso vehicular, a unos metros de la puerta de emergencias y del punto de reunión seguro en caso de emergencia.

De acuerdo con los distintos testimonios recabados, esta tarea es supervisada por al menos uno de los policías que resguarda esa área, para permitir el acceso de uno de los empleados a conectar la manguera y para mantener seguro el punto mientras se hace la recarga.

Cuando se abrió la llave y comenzó a fluir el gas por la manguera, la fuga de la pipa fue detectada por uno de los operadores del vehículo. La primera operación que debieron hacer los empleados fue cerrar las válvulas, pero inexplicablemente no pudieron hacerlo inmediatamente y mientras lo lograron usaban sábanas húmedas para poder traspasar la nube de gas que se formaba.

De acuerdo a los expertos, pasaron entre 18 y 22 minutos, por lo menos, hasta que las válvulas pudieron cerrarse –lo que lograron minutos antes de la explosión-, pero una pequeña fuga continuó y el gas que había escapado era demasiado.

Por las normas que emiten la secretarías de Energía y del Trabajo –quien emite los certificados y autorizaciones de los operadores de pipas de gas-, los empleados de Gas Express Nieto debían tener un entrenamiento en manejo de sustancias peligrosas y manejo de incendios, por ejemplo; además del equipo suficiente para poder cerrar y bloquear la válvula en menos de cinco minutos, al menos esa era la tarea que debía hacer o coordinar Carlos Chávez, chofer de la pipa.

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Los empleados llamaron a su empresa y a la central de emergencias, y se emitió la alarma a las autoridades. Los policías del hospital trataron de apoyar a los operadores de la gasera para lograr controlar la fuga, incluso les pasaron sábanas mojadas del hospital.

Los vecinos que percibieron el olor a gas, pidieron ayuda a los elementos de la Policía Bancaria Industrial (PBI), que se ubican en la zona, quienes pidieron por radio apoyo al Heroico Cuerpo de Bomberos y abrieron paso para la llegada de los grupos de rescate.

Para los especialistas consultados, la falta de destreza de los operadores para atención y manejo de la fuga, fue un punto clave y esencial para impedir la explosión.

“Si bien no hay duda que los operadores de la pipa trataron de resolver la situación y por eso siguen hospitalizados, se tiene que definir con precisión su responsabilidad y el de la empres, revisar a detalle cada permiso, cada curso de los empleados, la situación de la pipa, el equipo que portaba, la edad de los empleados y la condición de la toma de gas del hospital”, precisó uno de los entrevistados.

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MÉXICO D.F., 31ENERO2015.- Policias y personal de protección civil continúan con la remoción de escombros del hospital infantil de Cuajimalpa tras la explosión de una pipa de gas que se registro hace dos días y que dejo como saldo tres personas sin vida y mas de 70 lesionados. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM / © DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ/CUARTOS

[su_heading size="25" align="left” margin="50"] 3. HOSPITAL SIN ENTRENAMIENTO[/su_heading]

Por ley todos los edificios públicos y con mayor exigencia los hospitales, deben cumplir con distintos manuales y protocolos de protección y reacción, contar con por lo menos una brigada responsable y entrenada, capaz de reaccionar para las situaciones de riesgo llamar a las autoridades, evacuar el edificio, implementar y coordinar algunas medidas, como el uso de extintores y mangueras, por ejemplo.

De acuerdo a los procedimientos, coincidieron los especialistas consultados, un inmueble con el tamaño y características del hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, debió ser evacuado totalmente entre ocho y 10 minutos.

Se supone que médicos, enfermeras y personal de apoyo son capaces de esa reacción, porque están entrenados para atender una emergencia de manera “ordenada, precisa, rápida y sencilla”, como establecen los manuales.

Pero eso no ocurrió ese jueves 29 de enero en que prácticamente se derrumbó el 75% del Hospital de Cuajimalpa.

Los distintos testimonios de empleados y pacientes confirman que se generó desinformación, caos, la salida de las pocas personas fue desordenada, sin coordinación y menos dirección.

Sólo algunos médicos y enfermeras apoyaron a los pacientes y visitantes a salir del nosocomio, en esfuerzos individuales. En cambio, otros empleados salieron corriendo sin prestar ayuda y, los policías que podrían ordenar y coordinar la evacuación, estaban ocupados tratando de ayudar a sellar la fuga de gas, para lo cual no están entrenados.

Si la fuga estuvo activa, por lo menos, entre 18 y 22 minutos, y si el hospital debió estar entrenado para ser evacuado totalmente en cuando mucho 10 minutos, los especialistas sostienen que sí pudieron evitarse los heridos graves y las muertes de personas a consecuencia de la explosión, si se hubieran seguido los procedimientos que marca la Ley de Protección Civil y los manuales.

“Los testimonios muestran que nunca se activó el protocolo de evacuación, que la brigada o el grupo de protección civil responsable dentro del hospital no hizo su trabajo y que varios de los empleados del hospital huyeron y no ayudaron en la salida de pacientes y eso es lamentable”, sostuvo una de las personas certificadas internacionalmente y que estuvo en el lugar.

En el hospital los empleados reconocen que, en contadas ocasiones se hacían simulacros, pero nunca en el horario nocturno, sólo por la mañana y en contadas ocasiones por la tarde.

En el turno de la noche, de las 21:00 horas hasta las 8 de la mañana del día siguiente, que fue el que estaba en el hospital cuando ocurrió la explosión, las enfermeras y médicos aseguraron que no conocían siquiera al personal que integraba la brigada.

Sólo en las paredes del hospital había cartelones que indicaban qué hacer en caso de sismo o de incendio, coinciden, pero nunca recibieron una plática, mucho menos un curso sobre qué hacer y tampoco hicieron algún simulacro de evacuación, al menos en los últimos tres años.

Fue hasta después de la explosión que se enteraron que a quien llaman Toño, al parecer jefe de recursos humanos, formaba parte del Comité de Protección del hospital, y que “el tiempo de evacuación calculado para el hospital era de tres minutos, sin correr y sin perder la calma, según lo que habían referido los compañeros”, explicó uno de los empleados del nosocomio.

La paciente Cassandra Velázquez, madre de un bebé apenas 12 horas de nacido al momento de la explosión, al sentir el intenso olor a gas pidió al personal del hospital que estaba cerca que la sacaran de la sala de maternidad, pero no hicieron caso.

Cuando el edificio colapsó Cassandra protegió al menor con su cuerpo, ella resultó con golpes y cortadas en el rostro, porque una lámpara le cayó encima, como pudo salió de entre los escombros con el bebé en brazos, ensangrentada, descalza y vistiendo únicamente la bata de hospital.

“No hay ningún protocolo para evacuar nada, no hay ni puertas de emergencia, no se vale,(...) pero es pánico, usted no ha vivido una cosa de esas, es pánico, es miedo a la muerte, que hace usted, correr, huir, a los compañeros no les puede avisar qué protocolo va a haber aquí", reconoció el día de la explosión Agustín Herrera, médico anestesiólogo del Hospital Materno Infantil.

Y añadió: “yo no vi nada, yo me escapé, me salí corriendo, era pánico, usted no puede estar así, a ver qué pasa, se sale y ¿qué? A correr, primero su vida, y mi compañero Jorge Tinoco que está en Rubén Leñero, muy amoroso al trabajo, ayudó y todo eso, por eso está todo quemado”.

En realidad la falta de activación de los procedimientos de evacuación de manera instantánea, como ordenan los manuales, pudo ser determinante para impedir que fueran más de 70 los heridos y cinco personas muertas, de ellas dos bebés. Y esto lo muestra la reconstrucción que logró hacer EJE CENTRAL a partir del personal de nosocomio de los pacientes:

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MÉXICO D.F., 31ENERO2015.- Policias y personal de protección civil continúan con la remoción de escombros del hospital infantil de Cuajimalpa tras la explosión de una pipa de gas que se registro hace dos días y que dejo como saldo tres personas sin vida y mas de 70 lesionados. FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ /CUARTOSCURO.COM / Saul Lopez

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Poco antes de las siete de la mañana el jefe de recursos humanos, a quien identifican como Toño, pasó a la puerta donde estaba el servicio de neonatos y les pidió que desalojaran el área, hasta ese momento se enteraron que Toño formaba parte del Comité de Protección Civil del Hospital.

“Le pregunté que por qué, si iba a temblar o estaba temblando y dijo no, es que hay una fuga de gas. Después se fue, vi que pasaba por los pasillos con Juanita Zacarías, la jefa de servicio”, recordó la enfermera Ivonne Lugo. Aracely y Guadalupe –las otras dos enfermeras del área de neonatos-, intentaban coordinarse para sacar a los ocho bebés que estaban en sus cuneros, porque no iban a dejarlos allí mientras ellas abandonaban el inmueble.

En eso estaban cuando regresó Juana Zacarías para decirles que la fuga se había controlado y no debían salir “para nada”. Entre el mensaje de Toño y la nueva instrucción pasaron cuando mucho 10 minutos. Después sobrevino la explosión. Las enfermeras de esa área, incluyendo Ivonne, Aracely y Guadalupe, quedaron bajo los escombros, junto a los cuneros.

[/su_divider] Aunque también existen los testimonios que dan cuenta que al menos unos 16 empleados del hospital no abandonaron a los pacientes y, por el contrario, los ayudaron y hasta los salvaron, lo que incluso los llevó a la muerte o permanecer varios días en el hospital.

Las enfermeras Ana Lilia Gutiérrez Ledesma y Mónica Orta, a quienes les costó la vida cumplir con su trabajo y proteger a los bebés, lo mismo que otros 14 empleados del nosocomio, entre enfermeras, médicos y policías, quienes sufrieron heridas por brindar apoyo.

Aunque hasta el momento se desconoce exactamente el número de pacientes que esos empleados lograron salvar, porque en el hospital sólo había 8 bebés en cuneros, uno más en terapia intensiva con quien se quedó Ana Lilia Gutiérrez, y 18 mamás que horas antes habían dado a luz a sus bebés y estaban con ellas.

Los esfuerzos de esos 14 empleados, coinciden los especialistas, fueron heroicos, pero individuales, no coordinados, y por tanto limitados, porque no se activó un protocolo.

De acuerdo a las normas vigentes en el Distrito Federal, la directora del nosocomio o quien estaba en su lugar debió crear distintas brigadas para atención a emergencias y ordenar la práctica, de manera constante, de simulacros de evacuación de las instalaciones y atención de emergencias de distinto tipo, por ejemplo, fugas de gas, radioactivas o sustancias peligrosas, incendios, amenazas de bomba, para que tuvieran la capacidad de desalojarlo en máximo 10 minutos, de acuerdo a los estándares de respuesta, incluyendo las zonas de terapia intensiva y cirugía.

[su_pullquote] Las brigadas tienen por objetivo mitigar y reducir las consecuencias de cualquier emergencia, realizando evacuaciones y repliegues seguros y oportunos [/su_pullquote] “Los protocolos especifican responsabilidades y métodos, que permiten proteger la vida de las personas y no actuar por instintos sino de forma coordinada y eficiente”, comentó uno de los especialistas en seguridad de infraestructuras. [su_divider size="16" margin="75"] Al menos 11 trabajadores del hospital resultaron heridos: · Ana Lilia Gutiérrez Ledesma, enfermera que la encontraron entre los escombros al parcer protegiendo a un bebé · Mónica Orta, se quedó cuidando a un bebé que estaba en terapia intensiva, tenía 80% de su cuerpo quemado y murió · Jorge Tinoco, es camillero y tenía 97% del cuerpo quemado por ayudar a otras personas a salir. Murió · Reina Casas, rescató algunos bebés, tiene golpes en el cuerpo · Rafael Cruz, personal administrativo, tuvo heridas de primer grado al sacar a dos mamás · Liborio Pérez, policía que trató de ayudar a apagar la fuga, presenta quemaduras, su estado es grave · Vicente Martínez, trabajador del hospital, estaba parado muy cerca de la pipa cuando explotó · Juana Zacarías, en estado grave con 70% del cuerpo quemado y traumatismo craneoencefálico · Ivonne Lugo, enfermera con heridas · Araceli Reyes, enfermera con heridas · Guadalupe García, enfermera con heridas · Guadalupe Castañeda, enfermera con heridas · Perla Quebrada Herrera, enfermera con heridas · Mayra Alejandra Sánchez, enfermera con heridas · María del Carmen Castro Cabrera, enfermera con heridas · Armida Morales, enfermera con heridas · Ana Llely Basilio, enfermera con heridas

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[su_heading size="25" align="left” margin="50"] 4. LOS BOMBEROS INCUMPLIERON EL PROTOCOLO [/su_heading]

La emergencia fue atendida a tiempo por la policía, Bomberos y Protección Civil de Cuajimalpa. Al menos los reportes oficiales establecen que fueron, en ese orden, los primeros cuerpos de emergencia y rescate en llegar al hospital antes de la explosión. Sin embargo, sólo llegaron al lugar y no siguieron los protocolos. [su_divider size="16" margin="75"] De acuerdo a los testimonios y primeros datos oficiales, los bomberos llegaron entre seis y siete minutos antes de la explosión, descendieron de su vehículo, ingresaron y, oficialmente, “no pudieron impedir la explosión”.

Pero en realidad lo que hicieron fue no actuar siguiendo los procedimientos en los que se supone están entrenados y a los que estaban obligados: - Debieron portar su uniforme reglamentario, porque las fotografías, videos y hasta las heridas que presentan los dos bomberos aún hospitalizados, pone en evidencia que no lo tenían. - Sabiendo que era una fuga de gas, aunque no supieran la magnitud, pero por el lugar del que se trataba, un hospital, era de alto riesgo. Debieron descender de su unidad, la 0059, hacer un tendido de mangueras ya cargadas de agua, para lanzarla hacia la fuga formando una cortina de agua, creando así un chorro de protección, para disipar poco a poco la nube de gas que ya se había formado y así tratar de impedir la explosión o, al menos, aminorar su impacto. No lo hicieron. - En el camión viajan siete bomberos. Cuando llegan a un lugar, el mando superior está obligado a evaluar en segundos lo que ocurre, ordenar el procedimiento y ejercer el comando de la emergencia, que significa que coordinará todos los esfuerzos, incluyendo, en este caso, la evacuación del hospital y de las zonas aledañas que puedan estar en el círculo de riesgo. Pero no lo hicieron. - Debieron bajar de la unida con su kit para cerrar las válvulas, para que una vez que se encontraran en condiciones, las pudieran sellar. No lo hicieron. - La fuga era muy grande, por eso mientras se llevaba a cabo la colocación en un punto seguro a las personas del hospital, los bomberos debieron ordenar la ventilación del hospital, para minimizar el impacto de la explosión y continuar lanzando agua en chorro por protección y seguridad. No lo hicieron. - Al hospital llegó, cuando aún no ocurría la explosión, una segunda unidad, un tanque con 10 mil litros de agua y dos bomberos más, que debieron sumarse a las tareas de apoyo para generar la cortina de agua y abatir la nube de gas que se había formado. No lo hicieron.

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“Tenían un camión bomba con un tanque de agua de 4,500 litros, una bomba centrífuga de 750 galones por minuto, más de 20 tramos de manguera de 15 metros cada uno, tenían suficiente material para minimizar la explosión.

“En tres o cinco minutos tenían que haber hecho el tendido de manguera, la evacuación y el taponamiento de la fuga”, detalló un experto certificado como bombero en Estados Unidos.

Pero los bomberos ni siquiera llegaron al lugar portando su pantalón, chaquetón, monja, casco y guantes, sólo los dos primeros, lo cual ya es una falta y tuvo consecuencias: Guillermo Santana Castillo y José Guadalupe Montero Tapia, ambos el segundos oficiales bomberos, tienen quemaduras en manos y el segundo también en cara, lo que confirma que no portaban su equipo completo.

La justificación oficial para no haber realizado las operaciones que indican los protocolos, es que llegaron al lugar y cinco minutos después ocurrió la explosión. Sin embargo, de acuerdo a informes recabados por EJE CENTRAL fueron más de siete minutos los que tuvieron para actuar “los bomberos entrenados saben que cada minuto es una vida y puede cambiarse el rumbo de una emergencia”, precisó uno de los expertos.

Pero es que al parecer los bomberos de la Ciudad de México están poco preparados, de acuerdo a una consulta a través de la Ley de Acceso a la Información, el Cuerpo de Bomberos oficialmente reconoció que sólo les ofrece a sus elementos un curso de seis horas para atender fugas de gas.

“En Estados Unidos se iniciaría una investigación interna o externa, para definir si por la actuación de los bomberos se incurrió en negligencia por el mal manejo de la emergencia, acá eso no ocurrirá y el cuerpo de bomberos seguirá siendo deficiente”, precisó uno de los especialistas certificados por la Asociación Nacional de Protección contra el Fuego (NFPA, por sus siglas en inglés).

[su_heading size="25" align="left” margin="50"] 5. MECHA LARGA [/su_heading]

Después de la explosión, las válvulas de la pipa se fundieron por el calor, lo que obliga a implementar otro procedimiento. Inexplicablemente los bomberos dejaron encendido el fuego, que quedó en el vehículo de Gas Express Nieto, casi 10 horas, hasta cerca de las seis de la tarde, mientras supuestamente enfriaban el tanque tirando litros de agua, pues en esa maniobra usaron de tres a cinco pipas de agua.

De acuerdo a los especialistas el procedimiento fue inadecuado, además de que exponía o dificultaba las tareas de rescate. El procedimiento que debieron realizar los bomberos era enfriar el tanque de la pipa, cortar las válvulas y taponearlas, luego apagar el fuego y retirar el vehículo.

“El fuego se controla y se apaga, se taponea la válvula y listo. Todas las horas que estuvo encendido el fuego de la pipa fue puro show, para un poco justificar la presencia de los bomberos, que no hicieron otra cosa, lamentablemente muchas autoridades civiles desconocen los procedimientos”, precisó el bombero certificado NFPA.

[su_heading size="25" align="left” margin="50"] 6. AMBULANCIAS PECERO DE CUAJIMALPA [/su_heading]

Después de la explosión, las primeras ambulancias disponibles que llegaron al lugar fueron las de Protección Civil de Cuajimalpa, que siendo el primer cuerpo de emergencia en el punto de emergencia, debieron implementar el método que se conoce como triage, que permite en segundos la selección y clasificación de los pacientes a partir de las prioridades de atención.

De acuerdo a los manuales de atención a emergencias, este procedimiento es vital para impedir que empeore la situación de los heridos por la falta de una atención oportuna, para eso sea dirigido al hospital donde cuenten con los recursos necesarios para atenderlo.

De acuerdo a los testimonios recabados por EJE CENTRAL, el personal de Protección Civil de Cuajimalpa decidió que fueran enviados los primeros pacientes al hospital ABC.

“La descoordinación y falta de conocimiento de las áreas de protección civil fue evidente, porque deben contar con un mapa de recursos de emergencia de la Ciudad, para saber a dónde deben dirigir a los heridos, dependiendo de las especialidades y recursos que existan en cada hospital”, precisó uno de los especialistas en emergencias.

Pero los especialistas que llegaron en los primeros momentos fueron testigos de algo peor. Los funcionarios de protección civil de Cuajimalpa no clasificaron a los heridos ni evaluaron su condición, por lo que “prácticamente subieron a todos los que cupieron” en las ambulancias, como peceros”, sin pensar si esa forma de traslado podría dañar más a alguno de los pacientes y si todos debían ir al mismo nosocomio.

“Es sorprendente que algo así hubiera ocurrido en un hospital, porque el personal de protección civil de la delegación no lo hizo de mala fe, es porque no están entrenados y porque no contaron con el apoyo del personal del propio hospital, que no fue víctima de alguna lesión, tampoco estaba entrenado para apoyar después de explosión”, añadió la fuente experta.

Esta acción retrasó las operaciones del comando de incidentes, porque no se supo ni el nombre, ni el número de personas ni a qué hospitales fueron enviados los lesionados, al menos durante las dos primeras horas.

Aunque esto se solucionó en cuanto comenzó a funcionar el puesto de mando, que dirigió el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera alrededor de las 10 de la mañana, y comenzaron a coordinarse las acciones de las distintas instituciones.

“No fue un mal tiempo de respuesta las dos horas y media en que se logró instalar el puesto de mando, esto muestra que ya hay avances”, comentó uno de los entrevistados.

Sin embargo, hubo un aspecto que no se solucionó tan fácil, al tardar en saber cuántas personas habían sido enviadas y calcular cuántas estaban dentro del hospital al momento de la explosión, pues no se sabía cuántas personas podían estar entre los escombros.

“No había dimensión de la emergencia hasta al menos las 12 del día. Por eso es tan importante la instalación del triage, porque define las acciones que tomas para atender una emergencia”, explicó otro de los especialistas.

Después de hacer el recuento de personas, verificar todos los datos y cuando los perros entrenados de la UNAM, Marina, Policía Federal y Bomberos habían hecho la búsqueda cuatro, hasta a las 14:00 horas se sabía que no había personas atrapadas entre los escombros, pero se hizo la remoción de escombros con todo cuidado para evitar cualquier sorpresa.

Al lugar llegó la Marina con un cuerpo especial para atención a fugas radioactivas, con equiposgeiger, que es la única dependencia que en toda la ciudad posee este grupo, la cual verificó los niveles radioactivos del lugar para poder continuar con la búsqueda y remoción de escombros.

El apoyo federal, en mucho se logró activar tan rápido y prácticamente antes de que supiera de la dimensión el Gobierno capitalino, porque al lugar llegó casi de inmediato Ricardo de la Cruz, director de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, lo que facilitó que, además de Marina, el Ejército y la Policía Federal apoyaran con grupos Brec, que son especializados en búsqueda y rescate en estructuras colapsadas, a los que se sumaron el ERUM, Cruz Roja y Bomberos; en total nueve células trabajaron en el hospital colapsado.

Sólo el área de Protección Civil de Cuajimalpa continuó trabajando por su parte coordinando a voluntarios y no se integró al puesto de mando. “Los errores que se cometieron fueron muchos antes y después de la explosión y no sabemos si cambiaron el curso de la emergencia, eso lo deberán establecer los peritajes. Pero todos esos errores fueron por la falta de entrenamiento y debemos atenderlo, para tener la capacidad de atender emergencias mayores, porque tuvimos suerte que fueran en un hospital pequeño, en un horario en el que aún no había tantos pacientes y visitantes.

“Aunque se comenzaron a ver cosas positivas, como el funcionamiento del puesto de mando y nuevamente la solidaridad de los ciudadanos fue muy amplia, hacen falta cuerpos de emergencia y rescate más preparados y equipados para las necesidades de esta ciudad. Esta fue una advertencia”, sostuvo uno de los especialistas.