El silencio no es opción

19 de Abril de 2024

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

El silencio no es opción

He pensado mucho en el poema de Niemöller, muchas veces atribuido a Bertold Brecht:

“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata, Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista, Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío, Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar”.

Seis periodistas asesinados en cinco meses: Javier Valdez, Maximino Rodríguez, Cecilio Pineda, Ricardo Monlui, Miroslava Breach y Filiberto Álvarez. Van 39 asesinatos en 53 meses de esta administración. ¿Cuántos gobiernos democráticos podrían seguir tranquilamente en el poder después de éstos números?

Y no son sólo periodistas los silenciados: defensores de los derechos humanos, servidores públicos, sacerdotes, líderes comunitarios, padres y madres que buscan a sus hijos desaparecidos. La estrategia criminal, con corresponsabilidad de autoridades por colusión u omisión, es sistemática: todo aquel que abra la boca ante el horror, que asuma el uso de la voz para denunciar la impunidad, que pretenda organizarse para resistir frente a la espiral de violencia, es una víctima potencial.

El objetivo es que no quede nadie que pueda protestar, ninguno que tenga el valor de levantar la voz ante la sinrazón.

El Presidente publicó una serie de tuits condenando el asesinato de Javier Valdez, en los que enviaba condolencias a “familiares y compañeros” y reiteraba su “compromiso con la libertad de expresión y prensa, fundamentales para nuestra democracia”. Forma por demás extraña de responder a la gravedad de la situación. Primero porque en lo que va del año había usado su cuenta para enviar condolencias ante la muerte de empresarios, artistas, políticos o conocidos personales, nunca por el asesinato de periodistas o activistas. Posiblemente les preocupa que esta gota derrame nuevamente el vaso de la indignación, con más seguridad les angustia que la reacción del periodismo mexicano contribuya al voto de repudio en las elecciones.

Segundo, porque si bien las condolencias representan un gesto de solidaridad ante el dolor de las víctimas, lo que se espera del Jefe de Estado mexicano es una respuesta institucional efectiva frente a la impunidad generalizada que ha retroalimentado y multiplicado la violencia, la inseguridad, la corrupción, la violación a derechos humanos y los asesinatos de periodistas y activistas.

Tercero, porque “reiterar” el compromiso con las libertades de expresión y prensa no es sino una frase hueca de un gobierno incapaz de definir una estrategia coherente ante la crisis de seguridad que enfrenta el país, pasmado ante la evidencia brutal de 39 periodistas asesinados en 53 meses e indolente la impunidad y la corrupción.

Nos jugamos demasiado en los próximos meses. La viabilidad de nuestras instituciones democráticas y la posibilidad de frenar una escalada de violencia que no hace sino crecer día a día. Más que nunca llegó el momento de exigir a autoridades federales, estatales y municipales, a los legisladores y los partidos políticos, que asuman un compromiso real, con objetivos relevantes, ante la crisis de seguridad, violencia e impunidad que enfrentamos. Acciones públicas medibles, verificables, reportables y auditables en forma independiente. El silencio no es una opción. @ja_leclercq Profesor de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, UDLAP.