¿Imaginan una empresa así?

24 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

¿Imaginan una empresa así?

ZOLLIKER

Por fin y después de mucho insistirle telefónicamente, el Director General de la empresa productora de pan, accedió a recibirlo en una reunión en sus oficinas de Ébano, número 1940. Con evidente molestia, después de una larga antesala, la secretaria del jefe lo hizo pasar a su despacho.

— Godinez, qué gusto verlo. ¿Cómo está la familia? ¿Bien? A usted lo veo como que ha perdido peso, ¿eh? — le saludó. —Dígame —continuó sin esperar respuesta a su salutación—, ¿qué demonios es tan importante que no podía decírmelo por teléfono? —Gracias licenciado por recibirme, el asunto es grave… —¿De qué me habla, Godinez? —Pues mire, señor Director, haciendo números y revisando las cuentas, nos estamos dando cuenta que no tendremos dinero para pagar nuestra materia prima para producir el pan que necesitamos para el último mes del año.

—Ay, Godinez, para eso faltan unos meses.

—Sí, licenciado, pero si no tomamos medidas inmediatas, podría repercutir en los resultados de todo el año. Usted sabe que es cuando más producimos y vendemos. Afectaríamos a los más de cinco mil empleados que tenemos. Imagine que no podrán cobrar sus aguinaldos, ni ustedes los directivos sus bonos.

Entonces le cambió el semblante al Director General, quien indicó por interfono a su secretaria, que llamara a don Pepe, el contador general de la empresa.

—A ver don Pepe, siéntese. Aquí, Godinez, me está haciendo notar una situación delicada, pues aparentemente no tendremos los recursos suficientes para comprar la materia prima con la que hacemos nuestra mayor producción de pan, que como bien sabe es diciembre y enero hasta pasados los días de rosca de reyes. ¿A qué se debe esta contingencia?

—Verá, señor licenciado —y don Pepe se reacomoda en la silla —efectivamente no tenemos recursos suficientes para hacer frente a todos los gastos de la empresa, por lo que hemos decidido aplazar apenas unos días, la compra de la materia prima.

—Eso es terrible —interrumpió Godinez— unas cuantas horas serían fatales para la planta y el personal, mucho menos pensar en algunos días. ¡Tendremos a las fábricas completamente paralizadas! ¡Se trata de aquello con lo que producimos!

—Tranquilo, Godinez —le advirtió el Director General—, aquí estamos para ver qué hacemos, no se nos exalte. A ver, don Pepe, ¿porqué han decidido recortar la compra del material?

—Pues tuvimos que elegir entre el menor de los males, señor Director. Era dejar de pagar nóminas, o retrasar unos días el pedido. Los desfalcos cometidos por los directores regionales en las oficinas foráneas de Chihuahua, Veracruz y demás plazas, nos han dejado sin liquidez…

—¡Pero van a paralizar la fábrica! —volvió a reclamar Godinez— ¿No hay otra solución?

—Pidan un préstamo —ordenó el Director General.

—Desgraciadamente no podemos —respondió don Pepe—, como recordará, estamos endeudados hasta el 50% de nuestros ingresos del año entrante.

—De nuevo —respondió Godinez molesto—, todo empeorará si detienen la producción unos días.

—No queda de otra. —le espetó don Pepe, el contador.

—¿No? Bien, pues díganme qué le van a decir ustedes a los obreros y empleados, al público y compradores.

—¿Que la materia prima nos la robó en la carretera el crimen organizado y que tendremos que esperar a que se cobre el seguro para reponerla? —contestó rápidamente el Director General y su excusa fue recibida con una amplia y cómplice sonrisa de parte de don Pepe.

—Esto no puede ser, licenciado. Es un error garrafal. Imagine a los accionistas, a los analistas, a…

—Pues ahí se ponen de acuerdo y resuelvan ustedes dos, que para eso les pago —sentenció el Director General mientras se levantaba de su lugar ante la mirada atónita de Godinez—. Yo hace mucho no tomo vacaciones y voy de salida. Regreso después de la primera semana de enero. Ahí les encargo el changarro.

Palabras clave: materia prima es gasolina. Fábrica es país y, y bueno, ya me entienden.