Carta abierta a López Obrador

20 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Carta abierta a López Obrador

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Señor López Obrador:

Mi nombre es Ramona Mora de Flores, o ese era, pues ya no sé si seguir usando el apellido de mi marido. Verá, soy viuda del teniente Enrique Flores Solorio, asesinado a sangre fría y por la espalda, en la entrada de su humilde casa, por un comando armado del crimen organizado. Sí, de esos que han matado más de 100 mil personas en los últimos años y a quien usted pretende ofrecer una amnistía para lograr la paz.

Yo, Ramona Mora, también tengo un hijo que está desaparecido y que llevo años buscando en fosas clandestinas. He escarbado con mis propias manos, señor López. No sólo con picos y palas, sino hasta con las uñas. A mi hijo lo levantó el mismo cártel que después asesinó a su padre porque querían que les diera información que no tenía, a cambio de devolvernos a nuestro único heredero.

Se lo digo con toda claridad: yo estaba segura que iba a votar por usted. Pero no lo haré ahora. Por que “ofrecer perdón, pero no olvido” no le corresponde a usted. ¿Quién chingados se cree para erigirse como el que perdona en nombre nuestro y del Estado a criminales que han matado y desaparecido a cientos de miles de personas? ¿Le han hecho algo a su familia? Con razón dicen algunos que se cree un mesías.

¿Va usted a perdonar también a los asesinos seriales?, ¿a los asaltantes que matan en Periférico? Porque esos a los que les promete el perdón a cambio de la paz son gente que vive de matar indiscriminadamente a hombres, mujeres, ancianos y niños, sin miramientos. Son psicópatas y sociópatas que nunca podrán ser entes normales y productivos de nuestra sociedad.

¿Usted cree que un individuo que ha matado a machetazos a un muchacho de 15 años y luego lo ha disuelto en diésel en un tambo puede después ponerse a trabajar como un simple vigilante de fábrica? ¿Cree usted que quien ha masacrado pueblos enteros podrá trabajar después de distribuidor de papitas fritas?

Y todavía salen sus fieles fanáticos a defenderlo, que porque usted al menos es el único que se ha planteado otra solución. Qué corta memoria. Se olvidan que Calderón y Peña, de quienes no soy nada afecta, fueron a la ONU a pedir un cambio de perspectiva en el combate al narcotráfico. Se olvidan que el hilo negro no necesita ser inventado. ¿De verdad cree que un niño que es halcón de un cártel y que gana dos mil pesos a la semana por vagar y hacer llamadas, se va a meter a estudiar en una de sus escuelas gratuitas para convertirse en un asalariado auxiliar contable?

No, señor López Obrador, la violencia no se combate haciendo treguas con delincuentes y asesinos. Se combate con un Estado de derecho, con un poder Judicial fuerte e independiente, y con un sinfín de variables que usted ni considera. Así como la corrupción no la pudo acabar con su puro ejemplo cuando Bejarano, Ímaz, Gustavo Ponce y otros, así tampoco se puede acabar con la violencia sentándose a comer con los que te gobiernan encima de la autoridad legal a quien dominan con plata o plomo.

¿O es todo esto sólo un mensaje para invitar a los cárteles a que lo apoyen y financien para llegar a la Presidencia? ¿Se trata de obtener el poder cueste lo que cueste? Porque en Colombia se intentó desde épocas de Escobar, y esas medidas sólo trajeron más muerte. ¿Y sabe lo peor? Que usted está dándonos una patada en la espalda a todos los familiares, víctimas, militares, federales, municipales, rescatistas y hasta médicos honrados, que a diario se juegan la vida por salvarnos o protegernos…