Estoy cansado de las campañas electorales, de lo invasivas que son. Y un poco atemorizado por cómo hay quienes no tienen capacidad autocrítica y defienden a sus candidatos aún cuando se equivocan. Así que venga un poco de humor irreverente:
Creo en un solo partido,
Morena todopoderoso,
creador de ricos y pobres,
de todas las conspiraciones visibles e invisibles.
Creo en un solo Señor López Obrador,
hijo único de Fidel,
nacido del gobierno del Distrito Federal antes de la elección:
Morena de Morena, AMLO de AMLO,
izquierda retrógrada de izquierda retrógrada,
engendrada, no creada,
de la misma naturaleza del PRI,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres tomó Reforma
y por obra de la lucha de la democracia,
se encarnó en el Zócalo y dio muchos discursos,
y por nuestra causa tomó el Congreso
en tiempos de Vicente Fox.
Padeció y fue declarado perdedor de la elección,
y al tercer día montó campamentos en el Centro.
Y subió al estrado. Y está sentado en una silla falsa de la Presidencia.
Y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a salinistas y foxistas,
y como el DictarHugo Chávez, su reino no tendrá fin.
Creo en los ladrones de los que se rodea, señores y desperdiciadores de vida política,
que proceden del partido y de AMLO,
que con él, Fernández Noroña y Ebrard,
reciben una misma adoración y gloria,
y que habló como profeta.
Creo en Morena,
que es una, santa, antidemocrática y totalitaria institución.
Confieso que no reconozco al INE
para que no vayamos a perder nosotros.
Espero la resurrección milagrosa de votos
y la vida del México futuro.
Amén.
*Este artículo es una actualización del original publicado en el 2006.