Estamos muy lejos

25 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Estamos muy lejos

js zolliker

Soy mujer. Y antes de que me felicites, te quiero recordar algo: este es un día de conmemoración, no de celebración. Así que, por favor, no me ofendas regalándome una rosa, una tarjeta melosa o unos globos brillantes, ya seas compañero de trabajo, hijo de una amiga, galán, pretendiente, político o restaurantero.

Estamos todavía muy lejos de celebrar nada. Muy, muy lejos.

Antes, de hecho, se llamaba el “Día de la Mujer Trabajadora”, porque sirve para recordarle al mundo que seguimos de pie en la lucha de igualdad de derechos y oportunidades.

Hoy en día pocas empresas, pocos gobiernos, pocas entidades, pocos clubes, inclusive, tienen no sólo la misma cantidad de mujeres y de hombres, sino que a las mujeres nos pagan bastante menos en comparación con un hombre, y por el mismo trabajo realizado. Estamos aún muy lejos.

Entonces hoy, entiéndanlo por favor, no celebramos nada, sino que nos acordamos de que estamos reclamando nuestro derecho a la igualdad en la sociedad, en los estudios y hasta en el desarrollo íntegro de la mujer como ser humano.

¿Cuántos hombres conocen que llevan a sus hijos a la escuela, vayan a trabajar y ganen menos que sus compañeros por su corte de pelo, sean acosados sexualmente por sus jefes, regresen a casa, limpien lo que puedan, preparen comida y cena? ¿Lo ven? Estamos aún muy lejos.

Lázaro Cárdenas nos prohibió el voto en 1940 porque consideraba que éramos idiotas y elegiríamos al candidato más guapo (que era de oposición). Hoy, 78 años después (mi abuela tiene más años) aún hay estados de la República donde por “usos y costumbres” es más penado robar ganado que matar a golpes a una mujer que no quiere tener relaciones con un esposo que le impusieron, que llega ahogado de borracho, apestando a sexo, después de haberse desaparecido dos semanas en la feria. Estamos aún muy lejos porque, literalmente o te dejas violar o te madrean y te repudian en público.

Y luego de esas violaciones maritales, legalmente permitidas en tantos lugares, vienen nuevos embarazos que las mujeres no quieren llevar a término, porque no hay con qué alimentar a esos niños y sale —luego, luego— el dedo acusador de curas y gente que se siente moralmente superior, llamándolas asesinas por querer decidir sobre su cuerpo. ¿No te parece que estamos aún muy lejos?

Hoy, en pleno siglo XXI, todavía se juzga a la mujer por cómo se viste. Las mismas mujeres las criticamos y hasta justificamos que les hagan daño porque “se lo buscaron”, por “provocadoras” y por sandeces similares.

Y sí, también es cierto, nuestras peores enemigas en este movimiento son las mujeres que acusan con falsedad, ya sea por conflictivas o por buscar atención y no respetan tampoco, el principio de presunción de inocencia, lo que demuestra que estamos aún muy lejos.

En fin, tenemos que tomar el asunto con la seriedad que nos merecemos. Ahora es el momento. Las mujeres, debemos acceder a puestos de poder, a gobernar, a tener condiciones jurídicas y sociales, obligaciones y derechos, igualitarias. El día de la mujer no ha sido planeado como el día de las madres.

No se confundan y, por favor, no lo promuevas con regalos que terminan minimizando la razón de ser del 8 de marzo, el día en que le gritamos al mundo que seguimos en pie de lucha y que nadie ni nada nos va a detener. Porque estamos aún muy lejos.