Feminicidio

24 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Feminicidio

js zolliker

Soy Sirenia y me acaban de asesinar. Soy Linda y me acaba de violar mi esposo. Soy Tamara y me acaban de atacar en la calle. Soy María y me acaba de agredir mi tío por promover el voto. Soy Bárbara y me acaba de violentar mi pareja por no obedecerle. Soy Malala y me dispararon en la cara por querer ir a la escuela. Soy Jyoti y me acaban de echar ácido en la cara porque quise dejar a mi pareja que todo el tiempo creía que me vestía de forma muy atrevida. Todo lo estoy reviviendo como si estuviera yo, desde fuera de mi cuerpo. No puedo creer el dolor, el sufrimiento, lo que estoy pasando justo en este momento en que te lo cuento. Pienso en mis seres queridos, en mis hijos, mis padres, de pronto pierdo la conciencia. Yo soy como cualquier mujer y soy una clara víctima de un crimen de género.

Muchos de ustedes, hombres, no lo comprenden porque no lo han vivido desde niños. Muchas de ustedes, mujeres, hasta lo justifican porque han sido educadas en esa cultura que nos hace sentirnos inferiores. Hasta religiosamente, valemos menos. O somos un vientre para reproducir o somos la figura del pecado o somos tan impuras que no debemos tocar a un hombre religioso cuando estamos menstruando.

Lo que no saben, lo que no comprenden, lo que no han siquiera intentado es ponerse en nuestros zapatos. Miren a su alrededor, muchas de nosotras, desde niñas, mientras conocíamos los helados y a las muñecas y a los columpios y a los dulces, hemos tenido que aprender a convivir/soportar/sobrellevar/tolerar/semipermitir y coexistir, con arranques de ira/golpes/abusos/insultos/injurias/ofensas/agravios/humillaciones y ultrajes, por el simple hecho de ser mujeres.

Sí, el género, desde hace milenios, lo define todo. Si naciste con un trozo de carne colgante entre las piernas, la sociedad ha dictaminado que eres un ser más valioso que los otros, porque según los libros religiosos, por ese pedazo de tejido, tuyos serán las tierras, las frutas y las bestias. Y muchos así nos consideran: bestias. Seres inferiores. Incapaces de pensar/estudiar/votar/trabajar/manejar un auto y hasta sentir placer sexual. Y cuidado con esto último, porque en muchos lugares te puede costar la castración o la vida.

Así que no importa si eres comerciante de Tepito/comentarista de deportes/gerente de empresa/pobre o rico/expareja/empleado o cliente, tienes que comprender algo: la violencia de género es ABSOLUTAMENTE diferente a la violencia común. Cada vez que menosprecian crímenes de odio de género y lo llaman homicidio común/asesinato/crimen pasional, nos están poniendo en la madre porque minimizan el crimen más grave que está sucediendo en México y el mundo: ése donde se considera que uno de los géneros —el que sea— es inferior al otro y debe ser sometido, humillado y cosificado.

El feminicidio DEBE HACER RUIDO y detenerse en nuestra cultura porque es un crimen que busca perpetuar patrones de subordinación, debilidad, femineidad y hasta porque ven al feminismo como rebeldía. Por ser mujeres nos asesinan/violan/golpean/disparan/nos tiran ácido en la cara. Todo por querernos alejar de la violencia/gritos/golpes/divorciarnos/trabajar/votar/opinar/estudiar/sonreír en la calle. Yo me llamo Sirenia/Linda/Tamara/María/Bárbara/Malala/Jyoti y creo que estoy a punto de morir. “Esto te pasa por coqueta/puta/pinche-vieja-pendeja/por no tener huevos”, me dijeron. Se me escurre la vida entre las manos, entre la sangre que me sale a borbotones o la carne y el tejido que se me derrama a pedazos con un dolor indescriptible. Cuéntame, ¿cómo se llama tu madre/hija/tía/novia/amiga/hermana? Dime, ¿sigues pensando que es injusto denunciar a los feminicidios como un crimen de odio de género?