Un famoso encuestador

18 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Un famoso encuestador

js zolliker

Formo parte de una élite, es verdad. Somos un grupo privilegiado, es cierto. Somos pocos en la punta de la pirámide de nuestro sector, lo admito. Funcionamos como cártel, ni para qué negarlo. Pero es la única forma de sobrevivir en estos tiempos, como encuestadores y consultores de los que cobran cientos de millones a los políticos, hay que aceptarlo simple y llanamente, también.

Lo importante aquí, es invertirle un buen rato a construirse una reputación. Y eso toma mucho tiempo y mucho dinero, o socios fundadores bien conocidos por haber sido políticos y mantener contacto con otros tantos, aún en funciones: legisladores locales federales (cuantos más senadores, mejor), ministros, subsecretarios y secretarios de estado. También ayuda, si conoces a empresarios millonarios, periodistas, líderes de opinión, influencers y académicos.

El chiste del juego, desde luego, es que vayamos varios en el mismo sentido. Si se fijan, esto es lo que ha sucedido en diversas elecciones en todo el mundo. Y seguirá sucediendo, porque para mantener empresas como las nuestras, tenemos que conciliar los intereses de muchos poderosos y de paso, ser una empresa rentable, pues de otra forma, ¿quién pagará por nuestros onerosos viajes al extranjero? ¿Por nuestras hermosas e imponentes oficinas? ¿Por mis escapadas con mi asistente a Cuernavaca?

Dicho de otra forma, nos reunimos varios colegas, aparentes competidores, y actuamos conforme a un mismo objetivo: realizar encuestas serias, secretas, y publicar encuestas manipuladas para inflar o desinflar a algún(os) partido(s) o candidato(s), según lo deseé nuestro mutuo cliente; el mejor postor del momento. ¡Serénense! No se sorprendan, que así funciona en el mundo entero.

¿No me creen? ¿A poco creyeron que las encuestas que salieron mal en el Brexit, fue por errores metodológicos? ¡Ja! ¡Ilusos! Las encuestadoras daban información confidencial, verídica, a los fondos de inversión millonarios, mientras al público le hacían creer que era poco probable que el Reino Unido abandonara a la Unión Europea. Entonces, aquellos fondos, hicieron millones especulando con la moneda y acciones con información privilegiada, sin generar pánico en los mercados ni en el público, al grado en que quien ganó (Niegel Farange, el representante de los Brexiters), llegó incluso a creer que serían vencidos y cantó su derrota antes de tiempo, para horas después, ser sorprendido con el triunfo indiscutible una vez que hubieron concluidos todas las contabilizaciones electorales.

Lo mejor de esto, es que podemos salirnos con la nuestra, gracias a tres causales. La primera es la arrolladora ignorancia de la mayoría de la población, que no tiene ni la más remota idea de cómo se hacen ni cómo funcionan las encuestas (muchas veces ni encuestamos a nadie, sólo le cambiamos algunos datos a algún colega). La segunda es que participamos varios en este movimiento y si bien nuestros resultados no son idénticos, sí son bastante parecidos. La tercera es la alimentación de las fantasías de triunfo, tanto de los candidatos, como de sus electores.

No es nada personal. Son solamente, negocios. Y en los negocios, siempre ganan los más avezados, los más relacionados, los más inteligentes. Y lo mismo está sucediendo en México. ¿Quién ha sido nuestro cliente? ¿Lo traicionamos? ¿A quién hemos desinflado? ¿A quién hemos inflado? ¡Jajajajajajaja! Eso lo sabrán hasta el domingo por la noche…