“Recuperé la dignidad, espero mi regreso”

19 de Abril de 2024

“Recuperé la dignidad, espero mi regreso”

Rosa Pérez es un símbolo de la defensa de los derechos políticos de las mujeres indígenas

Captura de pantalla 2016-09-21 a las 9.07.02 p.m.

Elva Narcía

San Cristóbal de las Casas, Chiapas.— El cumplimiento del mandato constitucional de paridad de género político-electoral en el estado de Chiapas, el cual se puso a prueba por primera vez en los comicios celebrados en julio de 2015, se ha convertido en un campo de batalla y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ha sido la arena pública de esa guerra sin cuartel.

En poco más de un año, a partir del 8 de agosto de 2015, la Sala Superior del TEPJF ha emitido al menos cuatro sentencias históricas, las cuales han transformado dramáticamente el panorama político de Chiapas.

La más reciente tuvo lugar el 1 de septiembre del 2016, cuando la Sala Superior ordenó la reincorporación de María Gloria Sánchez Gómez como alcaldesa del municipio indígena tseltal de Oxchuc, quien en un marco de violencia social solicitó licencia indefinida el 4 de febrero de este año, licencia que por decreto del Congreso del Estado de Chiapas, fue calificada como renuncia.

Poco antes, el 17 de agosto, los magistrados y la magistrada del TEPJF emitieron otro fallo histórico y ordenaron la reinstalación de Rosa Pérez Pérez, la primera mujer indígena en ser electa como presidenta municipal de San Pedro Chenalhó, quien, en un marco de violencia institucional y de violencia política por razón de género, fue obligada a solicitar licencia indefinida el 25 de mayo del presente año.

El cumplimiento de esas sentencias presenta para el Gobierno del Estado un gran desafío, pues tanto Oxchuc como Chenalhó son municipios complejos de añejas conflictividades, en donde los cacicazgos han controlado la política local.

Símbolo de la mujer indígena

Rosa se ha transformado en símbolo de la defensa de los derechos políticos de las indígenas. La batalla legal que emprendió el pasado 6 de junio para su restitución en el cargo como presidenta municipal de San Pedro Chenalhó, del cual fue obligada a separarse el 25 de mayo tras el secuestro de dos legisladores, es emblemática.

¿Te obligaron a pedir licencia?

Me obligaron, yo no quería renunciar, me descuidaron, no me dieron protección, se las pedí desde el mes de abril, cuando mis oponentes comenzaron a bloquear carreteras, a tomar edificios públicos, a robar gasolina. Mediante oficios solicité apoyo a las autoridades y nunca tuve respuesta, al contrario, veía que esos canijos seguían sueltos hasta que se llevaron retenidos a los diputados.

Iniciar una acción legal fue muy valiente, ¿tenías fe en que podrías ganar?

—Salí a pedir justicia porque estábamos indignados, porque fue un grupito movido por intereses económicos el que inició la desestabilización. Y yo dije: “no me voy a dejar, voy a caminar por la legalidad”. Yo no confiaba en que iba a ganar, soy una mujer indígena y no conozco mucha gente en altos niveles que me puedan acompañar, que me puedan ayudar, pero finalmente ganamos, por eso hoy confío mucho en la justicia, porque muchos municipios indígenas se van a la violencia y no todo es con violencia”.

¿Cómo ha vivido Rosa Pérez esta lucha por la defensa de sus derechos políticos?

—Fueron momentos muy angustiantes, sin duda lo más fuerte que vivimos fue el procedimiento legal.

¿Cómo te sientes? ¿Cómo describirías tu estado de ánimo?

—Un poco más tranquila.

¿Hay condiciones para que regreses a la cabecera municipal de Chenalhó?

—En este momento sería mentirte si te dijera que voy a regresar mañana o pasado. Yo tengo mucha fe y considero que en unos dos meses las cosas estarán tranquilas. Tengo mucha fe en que podré comenzar a operar mis obras desde San Cristóbal y después trasladarme a Chenalhó.

“Muchas de las personas que estaban en mi contra ahora están conmigo, han regresado a pedirme perdón, me traen guajolotes o pollos o refrescos y están esperando a que yo regrese, por eso he pedido mi regreso. Si yo lo viera muy difícil no estaría necia en regresar, porque primero está mi vida, pero veo que hay condiciones de regresar por eso pido mi retorno a Chenallhó, por dignidad quiero terminar mi periodo de gobierno”.

Rosa es originaria del poblado de Yabteklum, que en tsotsil y significa Pueblo Viejo. Huérfana de padre y madre desde los doce años, se ocupó de la educación y el cuidado de sus hermanos. A esa edad viajó a San Cristóbal de las Casas y ahí aprendió el español y, cuando lo aprendió, se hizo traductora.

El 14 de abril de 2012 la invitan al cumpleaños del gobernador, Manuel Velasco Coello. Esa vez, Rosa tuvo la oportunidad de acercarse al mandatario y solicitarle la oportunidad de contender en los comicios municipales en representación del Partido Verde.

“Yo llevé el Partido Verde a Chenalhó en 2012 y quedé en segundo lugar porque no hubo tiempo suficiente para preparar las estructuras. Ya no quise el Partido Revolucionario Institucional (PRI) porque había muchos intereses de personas que se habían dedicado a chingar al pueblo, no se preocupan para el beneficio del pueblo, sino por sus propios intereses”.

Manuel Velasco asumió la gubernatura el 8 de diciembre, ese mismo año invitó a Rosa Pérez a formar parte de su gabinete. El 2 enero de 2013 fue nombrada como directora del Centro de Justicia para las Mujeres (CEJUM). Algunos grupos feministas han cuestionado su actuar cuando estuvo en ese cargo.

Su triunfo

Después de dos años y cuatro meses al frente del CEJUM, Rosa Pérez renunció para buscar nuevamente por el PVEM la Presidencia Municipal de Chenalhó y esta vez llegó para ganar. Obtuvo la victoria con 8 mil 332 votos, contra 7 mil 12 de su contrincante del PRI, Santos Gómez Velasco. Pero sus rivales políticos, los mismos que se hicieron presentes en 2012 —entre ellos un grupo de constructores y empresarios y un exalcalde priista de nombre Martín Cruz Aguilar— le impusieron a Rosa en su equipo de campaña a Miguel Santiz Álvarez, quien al asumir el cargo, exigió un sueldo de 130 mil pesos y manejar 57 millones de la cuenta pública municipal.

Haberse negado a las exigencias del síndico le costó a Rosa Pérez enfrentar uno de los retos más grandes que ha tenido en su vida profesional. ¿Qué esperas del gobierno?

—Su apoyo, que me acuerpen, que empiecen a llamar a la gente, que hagan un acuerdo político.

¿Crees que se deben girar órdenes de aprehensión?

—Yo creo que es la mejor manera, pero es cuestión de voluntad, si no hay voluntad se complica todo.

¿Qué te ha prometido el gobernador?

—Mi seguridad.

¿Te sientes segura?

—Sí, gracias a Dios

El síndico en algún momento te acusó de incumplimiento de promesas de campaña. ¿Qué promesas?

—Su visión es muy cerrada, con toda honestidad, nunca hice una promesa más allá de lo que pudiera cumplir, porque tengo mucho miedo de engañar a mi gente, mucha gente me confió ser su presidenta municipal y no voy a quedar como una mentirosa, es importante dejar abierta la oportunidad a otras mujeres

¿Qué sentimientos te causa el síndico?

—Es tristeza, le falta madurez política, uno tiene que mantenerse firme, lo que él tiene es debilidad política, por eso le abrió camino a los dinosaurios.

¿Hay riesgo en Chenalhó de un derramamiento de sangre?

—Con toda la honestidad, a eso no vamos a llegar, eso no se va a dar, es cuestión de voluntad, que se opere bien.

¿Qué significa para Rosa Pérez haberse convertido en un símbolo de la lucha de las mujeres indígenas por la defensa de sus derechos? Es una gran responsabilidad, un gran compromiso. ¿Cómo lo asumes?

—Muy contenta, varias mujeres indígenas de Chiapas me han marcado y mandado mensajes, a veces cuando paso momentos difíciles me mandan lemas muy bonitos. Es un compromiso de invitarlas también, es cuestión de no rendirse, de agarrarse con mucha fuerza y encaminarlo por el bien y por la justicia y que sí se puede.

¿Cómo quieres ser recordada?

—Lo que me dicen en el pueblo (Yabteklum) es que cuando muera habrá una estatua mía en el pueblo como mujer indígenas luchadora y que en mi tumba van a narrar una historia de luchal.

“Ya no quise al PRI porque había muchos intereses de personas que se habían dedicado a chingar al pueblo, no se preocupan para el beneficio del pueblo, sino por sus propios intereses”.

—Rosa Pérez Pérez

La ejecución de las sentencias

No es un reto menor para las autoridades del estado de Chiapas la ejecución de las sentencias del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para la reinstalación de las presidentas municipales Rosa Pérez y María Gloria Sánchez, de Chenalhó y Oxchuc.

El TEPJF vincula a la Secretaría General de Gobierno y al Congreso estatal para que “se creen los cauces para sensibilizar a las partes en conflicto”.

En un comunicado oficial, el secretario de Gobierno, Juan Carlos Gómez Aranda, indicó que han pedido a los líderes políticos de ambos municipios prudencia y no caer en provocaciones, a fin de evitar la confrontación.

“Se implementaron medidas preventivas y cautelares con carácter permanente, para resguardar el orden social, respetando los derechos humanos de los habitantes”.

Aranda destacó que es prioridad para el gobierno del estado fortalecer la paz social y trabajar “por una reconciliación duradera”. Una visita a Chenalhó. Este municipio fue escenario en 1997 de la llamada “matanza de Acteal”, en la cual 45 personas perdieron la vida tras una incursión de un grupo paramilitar a una iglesia cristiana.

Elva Narcía

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS.- Chenalhó se encuentra ubicado a unos 37 kilómetros de San Cristóbal de las Casas. Una nueva carretera que cruza por el municipio de San Juan Chamula acortó las distancias entre la ciudad colonial y ese municipio indígena tsotsil.

Según la curia diocesana de San Cristóbal de las Casas, desde 1997, hay ahí “rencores y divisiones no superados y existen armas sin control”.

Captura de pantalla 2016-09-21 a las 9.07.26 p.m.

Curvas pronunciadas, niebla y montañas conducen a ese poblado que se ubica a mil 332 metros sobre el nivel del mar y en el cual habitan 37 mil 111 personas, según lo anuncia el letrero que da la bienvenida al lugar.

Para llegar a Chenalhó se pasa muy cerca de la casa del alcalde de San Juan Chamula, Domingo López González, quien fue asesinado el pasado 23 de julio, día en el que unas dos mil personas reclamaban pagos y obra pública. La vivienda se encuentra resguardada por elementos de seguridad.

Tras cruzar San Juan Chamula y Mitontic, ya de camino al centro de Chenalhó, se pasa por un río y también por el Centro Artesanal, un edificio moderno de color marrón y techo de tejas, muy parecido al de San Andrés Larráinzar, municipio vecino de los Altos de Chiapas.

La turbulencia política provocada por la restitución de la presidenta municipal, Rosa Pérez, no se percibe en San Pedro Chenalhó. Las calles están calmas y semivacías. En la cabecera municipal no hay presencia visible de las fuerzas de seguridad, a pesar de las medidas precautorias y cautelares solicitadas por la Comisión de Derechos Humanos.

Las fuerzas federales intentaron instalarse en el lugar pero los pobladores lo impidieron, eso es lo que se cuenta en San Pedro Chenalhó.

Dos semanas después de la sentencia del TEPJF, la cual ordena la inmediata restitución de Rosa Pérez al cargo de presidenta municipal, sigue operando en el cabildo Miguel Santiz Álvarez, quien recibió la investidura de manos del propio presidente del Congreso de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar.

Violencia física y psicológica

Con una mayor participación de las mujeres en el ámbito político-electoral también ha ido en aumento la violencia física y psicológica, desapariciones, ataques con armas de fuego e incluso asesinatos a funcionarias, candidatas, pre-candidatas, dirigentes de partido, coordinadoras y coordinadores de campaña, colaboradores y colaboradoras de candidatas.

Dicha definición se desprende de la convención de Belén do Pará, de la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer y de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.