En noviembre de este año termina el cuatrienio del doctor Enrique Graue como rector de la UNAM. Puede reelegirse por otro periodo, que es lo que ha sucedido con los dos anteriores rectores, con lo cual le dieron certidumbre y estabilidad a la UNAM. Aunque le hace ojitos a la reelección, Graue aún no dice nada… en público. Dicen los que saben que el presidente Andrés Manuel López Obrador le preguntó si buscaría la reelección, a lo cual don Enrique comenzó con evasivas. Basta, le dijo con amabilidad don Andrés, sí o no. Bueno, cuentan los que saben que respondió el rector, sí. López Obrador, según la misma narración, respiró y le dijo “qué bueno, me quitas un peso de encima”. Oséase, el presidente no quiere alteraciones en la UNAM ni que varios de sus más cercanos, que casi están inventariados en esa casa de estudios, tengan calenturas fuera de tiempo.