Cualquiera menos yo

19 de Abril de 2024

Rebeca Pal

Cualquiera menos yo

El gran problema de hoy en día: La sociedad, el Trastorno de la Personalidad y los influencers.

La psicóloga Consuelo Sandoval comenta: “Tienen un buen físico, van a la moda y tienen una buena posición económica, aparentemente, sin esfuerzo. Esto hace que sus seguidores aspiren a ello. El problema viene si su ídolo tiene conductas negativas porque los adolescentes reconocen estas conductas como normales y acaban reproduciéndolas (…) lo que más se imita es la ropa, las expresiones a la hora de hablar y el físico.”

La necesidad de parecerse a otra persona pasa a ser peligroso cuando la vida se pone en riesgo. Muchos “imitadores” se han sometido a varias cirugías estéticas para lograr el aspecto físico de sus íconos de belleza. El problema es que nunca es suficiente por muchas operaciones que se realicen. Anastasia Reskoss y Quentin Dehar, han pasado 15 veces por el quirófano y han pagado 300 mil dólares para parecerse a Barbie y Ken. “Son filias y fobias que se ven reflejadas en comportamientos poco habituales por los protagonistas”.

¿Por qué? Porque mientras sigan viendo las diferencias, la obsesión por parecerse a esa persona será mayor. El sujeto que imita generalmente sufre de problemas de inseguridad y de personalidad. Centra los miedos y carencias en convertirse en la persona que considera superior.

Las obsesiones son ideas que inundan la mente y provocan ansiedad. Estos pensamientos invaden la conciencia, imponiéndose ante la voluntad de quien intenta resistirse, suprimiéndolos o ignorándolos. Las compulsiones son comportamientos o pensamientos que se repiten y que, por momentos, disminuyen la ansiedad. Son conductas que se ejercen para prevenir un suceso que se teme o para provocarlo. La acción se realiza compulsivamente y quien lo sufre, a pesar de resistirse, con el tiempo termina cediendo. La persona sabe que la conducta puede ser absurda y no placentera, pero reconoce que le ayuda a disminuir la ansiedad. Las obsesiones y compulsiones producen malestar e interfieren en la vida.

Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad

Quienes padecen este trastorno son personas excesivamente preocupadas por acatar reglas, tener todo en orden o el control de todo; se les dificulta expresar emociones; son perseverantes y obsesivos con los detalles; perfeccionistas con ellos mismos y con los demás pero, al mismo tiempo, dubitativos.

No nos engañemos, aunque algunos rasgos parezcan cualidades que favorecen la eficacia laboral, los estudios y la vida en pareja, no es así. La obsesividad afecta la eficiencia en el trabajo, la alteración de los hábitos genera ansiedad y hasta agresividad, las relaciones interpersonales se vuelven complicadas por la frialdad afectiva y las manías y, aunque sean exitosos profesionalmente, nunca se sienten satisfechos. Les cuesta mucho trabajo sentir placer porque la obsesividad afecta hasta el tiempo de ocio. La psiquiatría clásica señala que si las características de la personalidad producen sufrimiento, estamos ante una neurosis.

A juicio profesional, estos son los criterios:

  1. Preocupación por los detalles, normas, orden, organización, horarios.
  2. La diferencia con los narcisistas es que ellos sí quedan satisfechos con sus logros, los perfeccionistas no.
  3. Dedicación excesiva al trabajo.
  4. Escrupulosidad e inflexibilidad ante temas de ética y moral.
  5. Incapacidad para deshacerse de objetos inútiles y sin valor sentimental.
  6. Resistencia a delegar responsabilidades a otros, a no ser que se sometan a hacer las cosas a su manera.
  7. Estilo avaro en gastos propios y ajenos, “hay que cuidar el dinero por si tenemos una emergencia”.
  8. Rigidez e ira contenida cuando se le lleva la contraria.

Ahora entienden por qué tenemos que cuidar lo que pasa por nuestros ojos. Y tú ¿a qué influencer sigues?