Los padres, la tecnología y la influencia que tienen en la infancia

18 de Abril de 2024

Rebeca Pal

Los padres, la tecnología y la influencia que tienen en la infancia

REBECA PAL

Con el apoyo de la Psicóloga Raquel Paredes-Arroyo De Lara, quise profundizar en el tema del artículo pasado: la infancia.

Hay dos factores importantes que perjudican la infancia de un niño: la tecnología y la poca tolerancia de los padres. Antes los niños tenían más actividades y las mujeres se embarazaban más jóvenes y se quedaban en casa a cuidar de ellos. Hoy en día, ambos trabajan y cuando llegan a casa están agotados, así que la forma más fácil para distraer al niño, es por medio de la tecnología. Esa es una de las razones por las cuales la infancia ya no se disfruta como antes.

Los juegos estimulan la creatividad de los niños y es muy importante que se desarrolle porque es lo que ayuda a resolver los problemas. Eso se pierde antes de tiempo porque al tener acceso a las redes sociales, los niños ven lo que los adolescentes hacen y, por desgracia, un niño siempre va a querer ser como un adulto (es por eso que los imitan). Empiezan a ver lo que socialmente es aceptado y eso desprende el deseo de “yo también quiero crecer”, situación que es normal porque recordemos que a las niñas desde chicas las enseñan a jugar a ser mamás y los niños juegan a ser adultos, así que es normal que busquen querer ser como ellos. El problema es que en lugar de afrontarse con esa etapa poco a poco, empiezan a tener contacto desde las redes sociales a una corta edad, donde el artista que les gusta, muestra ciertos comportamientos y actitudes que buscan imitar. Hace unos años no podías seguir el día a día de las celebridades, te tenías que conformar con la información que te daban los medios de comunicación. Ahora puedes tener acceso, de forma cotidiana, a la vida que llevan. Es por eso que para los niños resulta más fácil imitarlos y esto tiene como consecuencia el que quieran adelantar etapas.

A los papás también les conviene tener hijos más independientes que dependientes. Un niño que todavía está viviendo su infancia ad hoc, es un niño que depende de los padres, necesita que estén al pendiente de él y de sus necesidades. Un niño que ya es capaz de sentarse solo para hacer la tarea porque sabe cómo conectarse a Internet y a las redes sociales, es un niño más independiente.

Se exponen a situaciones de riesgo que son normales en la etapa de la adolescencia; tenemos niños alcoholizándose a los diez años o niñas siendo mamás a los trece años, porque con poca información decidieron empezar a tener una vida sexual.

Al no permitir que la infancia se desarrolle, tenemos niños menos tolerantes al esfuerzo y al trabajo. Ya no tienen que empezar a resolver problemas tan sencillos como, si quiero quitarme el aburrimiento, ¿qué tengo que hacer para poder jugar este juego que se me ocurrió? Hay menos tolerancia a la frustración porque son niños que lo que quieren lo obtienen en el momento; si quieres una vida extra, picas un botón y por “x” la tienes. Ya no tienen que esperar para que sus vidas se activen y puedan volver a jugar. No se fomenta la creatividad (que es todo aquello que nos va a dar herramientas para poder resolver situaciones del índole que sea en la vida adulta). También se exponen a situaciones de riesgo: contacto con alcohol, drogas y una vida sexual en edades tempranas, entonces por lo tanto tenemos adictos y mamás más jóvenes.

Dicen que el futuro es de los jóvenes, pero para que el futuro sea el correcto, los jóvenes necesitan padres que les ayuden a forjarlo. Los niños son el reflejo de nuestra sociedad y, por lo tanto, de nosotros mismos. Invito a las personas que buscan ser padres, a planificar antes de traer una vida el mundo (no sólo económicamente, una buena planificación también incluye calidad de tiempo) y a los que ya son padres, les pido que pongan prioridades sobre la mesa. Un adulto problemático fue un niño desatendido.