Mis ojos lloran por ti

25 de Abril de 2024

Rebeca Pal

Mis ojos lloran por ti

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Los ojos son dos lentes que filtran, enfocan y tamizan la luz en su paso hasta que llega a nuestra retina. Llegada ahí, las ondas de luz chocan con unas células llamadas conos y bastones, que están encargados de recoger la información para transmitirla al cerebro. ¿Qué pasa cuando miramos una pantalla? Otra parte de nuestros ojos, llamada cristalino, utiliza un músculo llamado músculo ciliar, para formar un lente convergente que nos permite ver de forma nítida las imágenes que vemos en cualquier pantalla. El problema El ojo en reposo está enfocado para ver de lejos, pero cuando estamos enfrente de una pantalla, el ojo, con ayuda del músculo ciliar, tiene que hacer un gran esfuerzo por un tiempo prolongado para poder enfocar correctamente. El esfuerzo puede producir astenopia (consecuencia del esfuerzo continuado del ojo para enforcar de manera nítida) o fatiga del ojo. La acomodación del ojo, no funciona del todo bien por el esfuerzo prolongado que hace para enfocar. A esto le añadimos otro problema, al estar el ojo enfocado en algo fijo durante mucho tiempo, disminuye el parpadeo, provocando sequedad. Este trastorno es muy parecido a la prescbicia (vista cansada). Los problemas ocasionados por el abuso del uso de dispositivos digitales, es la combinación de ambos procesos: el esfuerzo continuo y la sequedad del ojo. El exceso, ¿por qué es dañino? Hay estudios que confirman que los niños pasan de cinco a siete horas expuestos a la luz de los dispositivos digitales, y los adultos lo hacen de nueve hasta doce horas. Las pantallas LED emiten una luz con elevada proporción de longitud de onda corta, es decir, emiten un tipo de radiación que se caracteriza por ser intensa y causar daños a los ojos. Se ha comprobado que la luz LED daña las células de la retina cuando no se utiliza una protección. Experimentaron con ratones para evaluar los efectos negativos sobre la vista. Los dividieron en dos grupos, uno con filtros protectores y el otro sin. Ambos estuvieron expuestos a la luz LED de la pantalla de una tablet, por 16 horas diarias durante tres meses. El resultado fue que el grupo que no tuvo protección, mostró una reducción importante del número de células de la retina. El grupo que estuvo expuesto con el filtro, no mostró alteraciones. Otro estudio analizó la emisión de luz y calculó la energía que penetra en el ojo, según el tipo de dispositivo, teniendo en cuenta las distancias a las que se usan: celular 25-30 cm, tablets 30-40 cm y computadoras 45-50 cm. Los investigadores señalaron que estar expuestos a esta luz por periodos largos puede provocar afecciones oculares: degeneración macular (trastorno ocular que destruye la visión central), visión borrosa y sequedad en los ojos. Conclusión Cuidar la distancia. Mientas más cerca estemos de la pantalla, mayor será el esfuerzo que tienen que hacer el ojo para enfocar. Cuanto más lejos, menos radicación y calor recibiremos. La iluminación ambiental es primordial. Si la luz ambiental es la correcta, la pupila no se dilata en exceso y el músculo ciliar no se esfuerza de sobre manera para acomodar el ojo. Mirar la pantalla en un cuarto oscuro no es recomendable para la higiene visual. Es importante saber que nuestros ojos están diseñados para recibir de forma indirecta la luz, y no de forma directa como sucede con las pantallas. Hacer descansos de 5 a 45 minutos es fundamental, y recordar que tenemos que parpadear de 15 a 20 veces por minuto. El brillo de la pantalla no debe estar ni muy bajo ni muy alto, hay que ajustarlo de acuerdo a la luz natural que tengamos. Si es de día sube el brillo de la pantalla, si es de noche o estás en un cuarto oscuro baja el brillo. Así el ojo no se fatigará por el esfuerzo. Lo mejor que podemos hacer por nuestros ojos es cuidarlos con una buena higiene visual.