Hace unos días leí lo comentado por el científico Stephen Hawking, y me preocupé: “Estamos en el momento más peligroso del planeta”. Pidió a la humanidad que trabaje en conjunto para poder combatir el cambio climático y salvar nuestro hogar, la Tierra. El periódico, The Guardian, publicó un análisis que el científico escribió sobre la situación tan delicada que tenemos que afrontar y resolver, sobre el cambio climático, la producción de alimentos, la sobrepoblación, la extinción de las especies, las epidemias y la acidificación de los mares que me dejó muy mortificada.
“Tenemos la tecnología para destruir el planeta en el que vivimos, pero no tenemos la habilidad para escaparnos de él… quizá en unos cientos de años podremos establecer colonias humanas entre las estrellas, pero por ahora sólo tenemos un planeta y tenemos que trabajar juntos para protegerlo”, señaló el astrofísico.
El autor del bestseller, Breve historia del tiempo, dijo que tiene fe en la humanidad: “Si queremos tener una oportunidad, los líderes mundiales necesitan saber que han fallado y que les han fallado a muchos”.
Tengo claro que quienes tienen el poder de hacer grandes cambios, son los políticos y las grandes empresas nacionales e internacionales. Son ellos los responsables de la mayoría de los daños que ya nos están cobrando factura. Pero también creo que está en nosotros poner el granito de arena, que en conjunto, puede hacer una diferencia.
Ahora que viene Navidad y los regalos, optemos por poner nuestro granito de arena con envolturas que no sean dañinas para el medio ambiente. Evitemos el unicel, que es terrible para el planeta. Es un poliestireno en espuma que contamina desde su fabricación. Los agentes químicos utilizados en su elaboración, generan gases clorofluorocarbonados (CFC´S) que destruyen la capa de ozono. Ya después de fabricados, al usarlos en el horno de microondas, liberan dioxinas que son altamente carcinógenos y mutagénicos. Si el unicel se quema, genera gases de ácido cianhídrico que es muy venenoso.
Evitemos también el uso de los popotes. El 95% de los popotes hechos en México, no son reciclables y cada uno tarda, por lo menos, 100 años en degradarse porque están hecho de plástico. Una persona utilizará a lo largo de su vida 38 mil. El impacto a nivel mundial es brutal, estamos hablando de que se utilizan 500 millones de popotes diarios. Si seguimos a este ritmo, se espera que para el 2050 haya más plástico en el mar que peces.
En México se producen 8 millones de toneladas de envases, de los cuales 16% son de plástico y 2% de unicel (160 000 toneladas). Esto no puede seguir pasando sin ser advertido…
Mostremos empatía con nuestro planeta. No son las nuevas generaciones las que harán los cambios, la responsabilidad es personal. Tenemos que ser personas de consciencia. Recordemos que este planeta nos vio nacer y tendría que ser él mismo quien nos vea morir y no nosotros quienes lo veamos marchitar.