Coto a la banca

25 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Coto a la banca

El sector financiero de nuestro país hasta ahora ha sido uno de los más protegidos por los distintos gobiernos y gracias a ello obtienen grandes utilidades, pues hacen lo que quieren con el manejo de los recursos de los cuentahabientes y, sobre todo, cobran comisiones bajo cualquier pretexto. La mejor demostración del gran negocio que significa la banca en México es que casi toda ella es extranjera y año con año presume los recursos que obtiene de los mexicanos.

En el sexenio pasado, en 2016, surgió la posibilidad de poner en orden a este sector gracias a la decisión que tomó la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), basada en una investigación que implicaba a varios bancos en prácticas monopólicas.

Según cuentan los medios, esto provocó una reacción del secretario de Hacienda en turno por no consultársele la decisión, quien incluso propuso el absurdo de coordinarse con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para realizar la investigación, asunto que, dicen, rechazó la presidenta de la Cofece, Alejandra Palacios.

Tres años después, el pasado 14 de octubre, la Cofece anunció mediante un comunicado de prensa que ha emplazado a varios bancos por su probable responsabilidad en la realización de prácticas monopólicas absolutas en el mercado de la intermediación de valores de deuda emitidos por el gobierno mexicano.

Estas prácticas, dice el comunicado, pueden ser manipulación de precios, restricción o limitación de la oferta o la demanda, división o segmentación de mercados, así como la concertación de posturas en licitaciones.

De conformidad con la Ley, de comprobarse la conducta ilícita serán sancionados con multas. Seguramente pasarán varios meses hasta que se llegue al final de esta indagatoria, pero es un avance frente a un sector que siempre se ha creído intocable.

Otra buena noticia es que en el Senado se están dando pasos para tener mayor control sobre las instituciones bancarias y, a pesar de que varios columnistas y comentaristas se han quejado, los senadores están promoviendo un primer paquete de reformas a diversas leyes para revisar las comisiones que cobran los bancos por sus servicios, siendo una de las fuentes principales de sus utilidades. Ya el año pasado hubo un intento de limitar algunos cobros, pero los cabilderos, de afuera del gobierno y algunos de dentro, lo impidieron. Esperemos que en esta ocasión haya mejores resultados.

Lo que parece que sí han logrado los senadores es poner un límite al absurdo atosigamiento al que nos tiene sometidos todos, absolutamente todos, los bancos a quienes tenemos una cuenta o tarjeta de cualquier tipo con ellos.

Todos los días y a todas horas, ya sea por teléfono con número privado para no ser identificados, por correo electrónico o por correo postal, recibimos oferta tras oferta para aumentar nuestra línea de crédito o darnos algún financiamiento para compra de coche, de casa o de lo que sea y se les ocurra.

Hacen estos ofrecimientos con una gran ligereza y el gobierno no hace absolutamente nada para limitarlos y para exigirles que no sean tan irresponsables haciendo tales ofertas, tomando en cuenta la situación económica que puede provocar un crecimiento de la cartera vencida o la imposibilidad de pagar las mensualidades.

Afortunadamente, el Senado de la República acaba de aprobar este mes una reforma para regular las llamadas que hacen estas denominadas instituciones “socialmente responsables” y ahora deberán identificarse, es decir, se elimina la posibilidad de hacer llamadas desde un número privado y solo podrán molestarnos de las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche y nunca en sábado, domingo o días de descanso obligatorio.

Un reconocimiento de millones de mexicanos al Senado por esta reforma y esperamos, si es el caso, que la multa a los bancos por su colusión sea de las más altas.