¿Dónde está el consumo?

18 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

¿Dónde está el consumo?

Uno de los temas que mayores comentarios y contradicciones han generado durante el primer año de la actual administración es el referido a los datos, en particular los económicos. La impresionante cantidad de ellos que aparecen todos los días, ya sea en las conferencias matutinas, en los dichos, aunque escasos, de los secretarios de Estado, en documentos publicados por un lado y por el otro de instancias como el Banco de México, el Inegi, el INAI, banqueros privados y empresarios, más los de académicos dedicados a estos temas han hecho que sea un verdadero berenjenal saber la verdad.

Según lo mencionado por el Presidente el pasado domingo, ya la mitad de los hogares mexicanos reciben al menos un programa asistencial y en el caso de los pueblos indígenas el 95% de ellos. Las cifras verdaderamente son impresionantes: nada más consideremos que 10 millones de estudiantes de todos los niveles reciben un apoyo, desde los de educación media superior pública, que lo reciben todos, absolutamente todos; los 300 mil más que están en la educación superior pública, los 930 mil de “jóvenes construyendo el futuro” o los apoyos directos para la siembra del campo donde, según la información, lo han recibido más de dos millones de ejidatarios.

En paralelo a estas cifras están las que indican que el crecimiento económico de este año será nulo respecto a 2018, los ingresos petroleros, tributarios y el IVA han caído y el subejercicio del gasto público asciende a más de 150 mil millones de pesos respecto de lo programado.

Tenemos, pues, dos caras de lo que ocurre en nuestro país que de alguna forma hay que considerar para tener el panorama completo y saber dónde nos encontramos.

Ahora bien, el incremento del salario mínimo ha sido extraordinario, situándose en general en 17% y 100% en la frontera, cifras nunca vistas en los últimos años, lo cual es excelente. Partiendo del supuesto de que las cifras mencionadas son todas reales, la gran pregunta es qué ha ocurrido con todo ese dinero que han recibido millones de mexicanos, el cual no se ha expresado en las cifras del consumo nacional. Es una verdadera paradoja económica que es necesario que el gobierno nos aclare.

Además, si es cierto que existe una mejor distribución de la riqueza, ¿por qué hasta hoy dicho impacto no ha sido posible evidenciarlo estadísticamente? ¿Por qué, si efectivamente se ha distribuido ese dinero, no se ve reflejado en el consumo de la población?

Por otro lado, decir que se ha mejorado la distribución del ingreso no es del todo correcto ya que tan sólo ha sido una mayor transferencia de los recursos públicos hacia los más pobres, lo cual no tiene nada de malo y además cumple con uno de los objetivos principales de la actual administración pública. Pero… siempre hay un pero: lo anterior no significa que los que tienen mayores recursos, la llamada burguesía, hayan perdido ingresos.

Esto se debe a que hasta ahora la tan esperada reforma fiscal no ha ocurrido; sigue siendo el mismo esquema fiscal de los gobiernos anteriores. Entonces, la mejora en la distribución del ingreso es un deseo, no una realidad.

Además, según las cifras oficiales, el empleo ha crecido poco y lo peor es que los salarios de quienes están entrando al trabajo lo están haciendo con salarios inferiores a los esperados; el Coneval ha mencionado que el ingreso laboral se encuentra por debajo del nivel de 2008 y si no ha perdido mayor poder adquisitivo es gracias a la baja inflación de los últimos tres años.

Es urgente y necesario hacer una recapitulación de los datos que nos permita saber en dónde estamos parados, más allá de los deseos. Esta será la única forma de conocer en dónde está reflejada esa cuantiosa cantidad de recursos que no se ha manifestado en los datos de consumo y de crecimiento económico.