Las opiniones que leemos en la prensa sobre las Administradoras de Fondos para el Retiro, las conocidas Afores, vienen por oleadas, de pronto durante varios días hay comentarios y al rato cesan y pocos saben qué está pasando.
Pero creo que el problema principal existente en este sistema pensionario es que los dueños del dinero no son tomados en cuenta para nada; y esto es muy grave, porque muchos de los que tienen su dinero son empresas privadas dedicadas al lucro y no al apoyo a los cotizantes.
En octubre pasado y a raíz de la cuarta Convención Nacional de las Afores, inició una discusión, que todavía no termina, sobre dos temas centrales: el asunto de la edad de retiro y las aportaciones de los trabajadores. Y hubo opiniones de uno y otro lado, en muchos casos ideologizadas, más que producto de análisis serios.
Todo lo anterior ha provocado una gran confusión entre los supuestos beneficiarios de las Afores. En la citada Convención, el secretario de Hacienda y Crédito Público mencionó que el tema del incremento de las aportaciones de los trabajadores necesitaba el consenso de ellos y dejó de lado lo de la edad de jubilación. El Presidente de la República ha sido categórico en ambas propuestas negando cualquier modificación en esos temas.
El Senado de la República hizo reformas a la ley de las Afore en apoyo a los trabajadores para simplificar las opciones de recuperación de su dinero y aprobó la sustitución de las Sociedades de Inversión Especializadas para el Retiro (Siefores) por Fondos de Inversión Especializados para el Retiro (Fiefores), que supuestamente serán más beneficiosos para el trabajador, creando además la figura de “asesores independientes”, que participarán en los comités de inversión y riesgo de las Afores.
Incluso una de las mejores propuestas, a cargo de la senadora y gran maestra Ifigenia Martínez, planteó una adición a la ley, la cual se aprobó, en el sentido de que “las administradoras deberán informar a los trabajadores de la transformación de las sociedades de inversión y tendrán el derecho de elegir el Fondo de Inversión“.
Esto es muy importante, porque hasta ahora el manejo del dinero ha estado a cargo del gobierno federal, a través de la Comisión Nacional de Ahorro para el Retiro (Consar), y del sector privado, mediante el organismo que agrupa a las Afores, llamado Amafore, del que por cierto quien era su presidente ahora despacha en la Secretaría de Hacienda encargado de las pensiones, lo cual pareciera un conflicto de intereses.
Lo que ha ocurrido en todos estos años desde que están las Afores ha sido una depredación a los recursos de los trabajadores por la vía de las comisiones exageradas que cobran y que los diferentes gobiernos han permitido, incluyendo el actual, e inversiones cuyas decisiones han sido tomadas por un pequeño grupo en cada Afore. Y así, tenemos días que los trabajadores pierden cientos de millones de pesos y otros que ganan también cientos de millones de pesos.
Ya que estamos hablando de los recursos para las jubilaciones de los trabajadores y que todo apunta que la primera generación apenas subsistirá con lo que obtengan de su Afore, ¿no sería conveniente que el gobierno obligara a estos banqueros a informar claramente en dónde están invertidos sus recursos y qué rendimiento esperan obtener? Y cuando digo claramente, pienso en que lo hagan de una manera sencilla y no como hasta ahora, que a todos nos tienen medio confundidos; si no, veamos cuántos acrónimos he usado para el tema: Afores, Siefores, Fiefores, Amafore, Consar y los que faltan.
No se vale tanta opacidad por parte de los que manejan los recursos de la jubilación de los mexicanos. Este gobierno, que ha declarado que no utilizará los fondos de jubilación en sus proyectos, debería exigir a los privados que fueran más explícitos y cautos en las inversiones que administran y que no son suyas.