Horror y recursos

20 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Horror y recursos

Indignación y estupor es lo que creo todos hemos sentido con la noticia de los cientos de muertos embolsados y apilados dentro de tráileres. Noticia que, por cierto, ha recorrido el mundo, afectando la imagen del país más de lo que hasta ahora lo ha hecho la llamada guerra contra el narco. La solución dada hasta el momento por el gobernador ha sido de lo más sencilla: la renuncia, primero, del responsable del servicio forense, quien por cierto sufre en carne propia la realidad con el secuestro de una hija y, posteriormente, el cese del fiscal encargado. Las culpas se empiezan a repartir, incluso entre los parientes de las víctimas por no haber presionado para identificar los cuerpos o por el desdén en hacerlo. Todavía no se sabe en qué vaya a terminar este hecho horroroso de nuestra historia actual. Semana a semana nos encontramos con la aparición de fosas clandestinas en diversas partes del país y, lo que es peor, esto ya no representa sorpresa para nadie. Mi intención en esta colaboración es llamar la atención sobre una de las causas principales de que nuestras procuradurías, servicios forenses, etcétera, estén rebasadas, no sólo por la corrupción y los miles de muertos que anualmente hay en México. Hay un tema que poco se ha abordado y creo que es fundamental: ha habido un abandono por parte de las autoridades gubernamentales de todos los niveles, fundamentalmente de las hacendarias, en proporcionar los recursos suficientes para que las personas dedicadas a las labores de procuración de justicia cuenten con los elementos mínimos suficientes para realizar su trabajo. Leemos que casi todos, por no decir todos, los servicios médico forenses están fuera de posibilidades de hacer bien su trabajo, pues no tienen los recursos financieros, el personal suficiente, ni las condiciones de infraestructura para llevar a cabo su labor diaria. A pesar de que se informa de cantidades millonarias para estas áreas, la verdad es que no reciben el apoyo necesario para tan delicada labor y considero que quienes deciden, desde un escritorio, cuánto apoyo han recibir, por supuesto tomando en cuenta el sacrosanto déficit para que no rebasemos los parámetros comprometidos con los organismos internacionales, son corresponsables directos del desastre. Y al igual que en muchos otros sectores de la vida nacional, los recursos no están alcanzando para proporcionar los mínimos necesarios, léase salud, alimentación, etc. Es por esto que la próxima administración pública tiene una grave responsabilidad para dar un cambio en el presupuesto y para conseguir más recursos, porque con todo y lo que se ahorren por austeridad y corrupción no va alcanzar, sobre todo tomando en cuenta los nuevos programas que ha anunciado. Por ello, es poco entendible que el próximo gobierno no se proponga algún aumento de impuestos, es más, contrario a esto se pretende bajarlos en las fronteras. Por lo que hemos visto y leído hasta ahora, a los empresarios no se les piensa tocar ni con el pétalo de una rosa, incluso se les va apoyar financiando trabajadores pagados por el gobierno. Todas las medidas tomadas en favor de sector privado harán que la desigualdad crezca más en nuestro país, lo cual es un insulto para millones de mexicanos. La mejor forma de allegarse los recursos para gobernar en favor de los que menos tienen es mediante la vía impositiva y que los que más tienen paguen más. Si no se hace una verdadera reforma fiscal lo único que va a ocurrir es que las áreas de procuración de justicia, entre otras, continúen igual y se busquen chivos expiatorios, cuando los verdaderos responsables del desastre están en sus escritorios. ¿Cuántos muertos más debemos de tener para que haya una política integral en el tema?