Sorpresivo e inusitado

25 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Sorpresivo e inusitado

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Como bien dice el desplegado de la UNAM refiriéndose al Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2019, que presentó el Secretario de Hacienda y Crédito Público el pasado sábado, ha sido de manera sorpresiva e inusitada el recorte que se hace a la institución más importante en materia de educación superior en el país, misma que, al igual que el resto de universidades, aparece con propuestas de reducción de subsidios para el año que viene. Se podría decir coloquialmente que el gobierno aplicó el tradicional sabadazo de otras épocas. Las instituciones de educación superior han estado desarrollando sus actividades con estrecheces mayores o menores; por ejemplo, todos hemos leído el terrible caso de las 10 universidades estatales que no tienen para pagar salarios ni aguinaldo de los trabajadores y académicos en este mes de diciembre y, si bien es cierto que es responsabilidad del gobierno anterior, el actual debe hacer frente a esta situación. Lo peor es que lo está haciendo de la misma forma que las autoridades anteriores, con desprecio. Desde el año 2000, es decir, desde que empezó este siglo, la UNAM ha tenido cada año presupuestos mayores en función de los resultados que obtiene y dada la calidad de sus profesores e investigadores. De la misma manera, cada año incrementa la matrícula en la medida de sus posibilidades y durante éste obtuvo decenas de premios nacionales e internacionales en todas sus áreas. Con el nuevo gobierno, todo el Sistema Público de Educación Superior esperaba que las condiciones y presupuestos mejorarían, tomando en cuenta las diversas declaraciones del entonces candidato y ahora Presidente. En una reunión con todos los rectores se comprometió a otorgar por lo menos el mismo presupuesto del año en curso, más la inflación. En dicha reunión estaban presentes los actuales secretario de Educación Pública y subsecretarios de Educación Media Superior y de Educación Superior. Algo parecido expresó cuando se le presentó el documento de ciencia y tecnología en otra reunión en el Palacio de Minería, delante de la que es hoy directora del CONACYT. Es decir, hay testigos de calidad que escucharon las palabras del Presidente. Con estos antecedentes, resulta pues inconcebible lo realizado por las nuevas autoridades hacendarias, quienes, o no le hacen caso al Presidente, o demuestran un desconocimiento supino de la educación, la ciencia y la tecnología, lo cual es muy grave porque estos sectores son la base para poder obtener un crecimiento económico con independencia y mayor al pírrico que una vez más se proyecta para el próximo año. Es también lamentable la intervención del secretario de Hacienda en la Cámara de Diputados el lunes pasado en donde dijo, en referencia a las Universidades, cosas que no son verdad e incluso dio la impresión que desconocía el presupuesto que había enviado, como bien se lo hicieron notar algunos diputados. Qué bueno que se van a abrir 100 universidades en nuestro país; qué mal que al parecer para hacerlo se afectará a todo el Sistema Público de Educación Superior, sin importarles que será imposible incrementar la matrícula en las universidades con este presupuesto que proponen y tampoco con el objetivo que está planteando el Secretario de Educación en materia de cobertura. ¿Cómo se va a lograr sin recursos adicionales? Esa es la pregunta que muchos nos hacemos. La esperanza del sector universitario está en la Cámara de Diputados, concretamente en la Comisión de Presupuesto, para que corrijan la propuesta y que por lo menos no se afecten más de lo que ya están a las universidades públicas, tanto federales como estatales. Esperamos que independientemente del partido en que militan, pongan por encima uno de los bienes más preciados de cualquier nación, la educación pública.