Apocalypse Kong

24 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Apocalypse Kong

Alejandro Alemán Empecemos con lo bueno: Kong, La Isla Calavera es un espectáculo para la vista y los oídos. Hay sin duda algo de glorioso en esas imágenes de helicópteros surcando el atardecer para ser detenidos en seco, cual mosquitos, por un gigantesco King Kong. La cámara del artesano Larry Fong (Watchmen, Super 8, 300) no se limita simplemente a dejar que el CGI haga lo suyo sino que además busca encuadres inusuales para mostrar a la enorme bestia: aquella toma desde el interior de uno de los helicópteros donde lo único que se ve por las ventanas es el majestuoso animal, a punto de derribar la aeronave.

Las peleas con otros monstruos tampoco desmerecen, son efectos por computadora en su máximo esplendor. Nunca habíamos visto pelear a Kong de este modo, es casi como una tarde en las luchas, pero aquí el rival es un calamar gigante o una especie de reptil sin ojos bastante amenazante. Kong pega y pega duro.

Desgraciadamente la parte humana no está a nivel. Tom Hiddleston haciendo el personaje de un “rudo” explorador a lo Indiana Jones es tan creíble como un billete de $30 pesos, Brie Larson en el papel de fotógrafa (con una mini camarita milagrosa que aguanta toda la aventura) tampoco aporta demasiado. Quien se roba la película es John C. Reilly, en su papel de un viejo soldado que en la primera Guerra Mundial llegó por error a la isla y nunca más pudo salir. Su personaje será el encargado de advertirle a los demás del peligro que les espera, siempre con humor e ironía. Él y Kong son la razón por la que vale la pena comprar el boleto.

También está por ahí Samuel L. Jackson como el coronel ya vuelto loco que se toma las cosas personales y se obsesiona con matar al enorme chango. Su papel sirve como detonante de la faz más rara de esta cinta: el afanoso intento por volverla un homenaje a Apocalypse Now (Coppola, 1979), incluyendo napalm y helicópteros al atardecer.

A las malas actuaciones súmele los pésimos diálogos y los clichés ad nauseam de un guión escrito a seis manos que no logra ser nada más allá de una cinta genérica de aventuras donde el único personaje que importa es Kong mismo. Por mi que el gran chango se los coma a todos y nos vamos temprano, al fin que en el horizonte se ve venir Godzilla, y esa pelea no me la pierdo por nada.