Narcos: México, Diego Luna es el jefe de jefes

19 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Narcos: México, Diego Luna es el jefe de jefes

Una voz en off nos advierte: lo que estamos a punto de ver no es una historia con final feliz, de hecho es una historia de la cual conocemos el inicio, pero que a 30 años de vivirla y con medio millón de muertes en el camino, aún no sabemos cómo acabará.

Se trata de Narcos: México la nueva serie de Netflix que, luego del éxito de dos primeras temporadas sobre la historia de Pablo Escobar Gaviria y su reino del terror en Colombia, ahora se ocupará de México y la llamada “guerra contra el narco”, enfocándose en el imperio edificado por el Jefe de Jefes, Miguel Ángel Félix Gallardo.

México, 1985. Gallardo (un convincente Diego Luna) es un hombre con un plan: unir a todos los productores de mariguana en una sola organización, reduciendo así la violencia y aumentando las ganancias. La era de los cárteles había nacido y aquel hombre larguirucho, amable y calculador —cuya carrera comenzó como humilde policía de Sinaloa— se convertiría rápidamente en uno de los más grandes narcotraficantes en la historia de México.

Ante la ausencia de una figura tan mítica como la de Pablo Escobar y ante la falta de una presencia magnética como la de Wagner Moura en la interpretación, el productor José Padilha (Tropa de Elite, Narcos) opta por reunir a algunos de los actores más reconocidos del cine mexicano actual: Tenoch Huerta, Joaquín Cosío, Andrés Almeida, Tessa Ia, Teresa Ruiz, José María Yazpik y, por supuesto, Diego Luna.

El resultado es un muy balanceado ensamble donde todos brillan mediante una trama que, sin sutileza y sin descaro, abreva grandes relatos de crimen como The Godfather (Coppola, 1972), Goodfellas (Scorsese, 1990), The Untouchables (De Palma, 1987) y claro, Scarface (De Palma, 1983).

Pero a pesar del despliegue de talento nacional no debe olvidarse que esto es una producción norteamericana. El héroe de esta historia es Enrique Kiki Camarena (interpretado con gran solvencia por Michael Peña), el famoso agente de la DEA que aquí se muestra como un policía íntegro e incorruptible (“celoso de su deber”, diría El Comanche) en contraste con la policía y gobierno mexicanos retratados en su perenne incapacidad e infinita corrupción.

Narcos: México supera a la serie original gracias a su despliegue de talento bien dirigido en la crónica de un macabro ajedrez donde el rey no lo será por mucho tiempo y donde hasta el más mínimo peón (aquel chofer al que todos apodan Chapo) el día de mañana puede convertirse en el nuevo Jefe de Jefes.