SCT y Conagua desatienden sugerencias del Ejército

18 de Abril de 2024

SCT y Conagua desatienden sugerencias del Ejército

Desde hace cuatro años, las dependencias federales cuentan con un estudio militar que revela las verdaderas causas de las inundaciones en Acapulco, durante 2013 y las medidas para impedir su repetición; sin embargo, no se han implementado

En 2013 el huracán Ingrid y la tormenta Manuel provocaron en Acapulco 111 muertes y daños a más de 11 mil bienes, entre casas y escuelas. La razón no fue el temporal extraordinario, la verdadera causa de las inundaciones fue la infraestructura turística del Acapulco Diamante, en especial el Viaducto Diamante y el conjunto de intereses privados de esa zona de gran turismo, que levantaron construcciones que funcionaron como diques artificiales en esa área de humedales. Esto concluye un estudio elaborado por el Sexto Batallón de Ingenieros de Combate (BIC), adscrito a la Novena Región Militar del Ejército, al que tuvo acceso ejecentral y que llevó a cabo una labor minuciosa de reconocimiento de los factores que causaron las anegaciones de ese año, lo que también provocó que unos 50 mil turistas quedaran varados en Acapulco, porque el aeropuerto quedó inhabilitado. El 15 de septiembre de 2013 se abatió sobre Acapulco un temporal extraordinario por su enorme caudal de agua, lo que provocó 10 mil 497 viviendas inundadas, 540 escuelas con afectaciones y daños materiales por más de 22 mil millones de pesos. A cinco años de la tragedia, no se llevaron a cabo alguna de las obras correctivas que sugieren los militares, por lo que el riesgo de que el puerto de Acapulco sufra de nuevo un embate similar es posible, afirmaron especialistas consultados por ejecentral. Según estas fuentes, la principal responsabilidad recae, por omisión, en la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), cuyos titulares son Roberto Ramírez de la Parra y Gerardo Ruiz Esparza, respectivamente. “Es inminente. Este año o el otro tendremos un huracán peligroso que podría afectar gravemente al puerto de Acapulco, donde las autoridades poco han hecho para proteger a la población”, sentenció Leonel Lozano Domínguez, un experto en cambio climático y sistemas de manejo de recursos naturales.

Acapulco Diamante vulnerable

Construido sobre un terraplén artificial de 1.5 a 2.0 metros sobre el nivel general del terreno, el estudio deja en claro que el Viaducto Diamante en realidad partió en dos la zona de escurrimientos ubicada entre las montañas del Parque Nacional El Veladero al norte y la laguna de Tres Palos al sur, quedando el Río de La Sabana como único canal de evacuación natural de las aguas de la cuenca. Elaborado en septiembre de 2014, un año después de los embates de los huracanes Ingrid y Manuel, el estudio de los ingenieros militares fue firmado por el coronel José Juan López Gutiérrez, y primero plantea una descripción de las características generales del área de humedales, a la que define como “una zona de desagüe natural, la cual evacuaba las aguas provenientes de la zona montañosa (Parque Nacional El Veladero)”. Sin embargo, por su condición actual, añade, el Viaducto Diamante -que conecta a la Autopista del Sol con esa zona hotelera de gran turismo- “forma un tapón al desagüe natural de esta región”. “La conformación de terraplenes para la construcción de la autopista (Viaducto Diamante) constituyen un bordo artificial que limita el desagüe que converge con la Laguna de Tres Palos, quedando el trazo de la autopista entre la cuenca de desagüe y la laguna. “El tamaño y la cantidad de las alcantarillas que se encuentran a la largo de esta autopista son insuficientes, encontrándose la mayoría azolvadas”, agrega el citado documento. Según la información, los ingenieros militares hicieron un reconocimiento de las instalaciones del Aeropuerto Internacional del Puerto de Acapulco, así como de la franja costera hasta la comunidad de Barra Vieja, un recorrido de 22 kilómetros. “Dentro del circuito perimetral se encuentran campos de golf, los cuales están por debajo del nivel de terreno natural, constituyendo un vaso captador de agua de toda la Zona Diamante, (…) situación creada por la falta de un buen sistema de desagüe no sólo para esta área sino para la que baja de la zona montañosa a través del Río de La Sabana”, detallan los militares. En ese sentido, continúa el informe, “la ubicación, forma y niveles alcanzados por la construcción de toda la infraestructura (hotelera) constituye un tope artificial para el desagüe de la cuenca natural de esta región”. Los ingenieros militares concluyen que el área del Acapulco Diamante -la llamada zona de gran turismo de Acapulco- se encuentra en la parte más baja y final de la cuenca, lo que la convierte prácticamente en la boca de desagüe, pero es también una barrera artificial para los escurrimientos naturales. Acapulco Diamante está ubicado en una posición central entre el mar, la Laguna de Tres Palos y el Río de La Sabana, observa el estudio, sugiriendo que ese desarrollo turístico del puerto está en una condición muy vulnerable. Por otra parte, establece que el Río de La Sabana, principal afluente de la cuenca hidrográfica, fue modificado en su cauce original eliminando el ramal que desembocaba en Puerto Marqués, con el fin de construir conjuntos habitacionales. De todo esto, los militares concluyen que el problema de toda la zona turística se encuentra en la falta de canales adecuados para el desagüe del agua pluvial, lo que tendría que estar complementado con una adecuada regulación de la bocabarra de la Laguna de Tres Palos. La propuesta final del Batallón de Ingenieros de Combate se centra en la apertura de tres canales de desagüe en el área de Acapulco Diamante, que inicien en el Boulevard de Las Naciones hasta alcanzar el mar, “para lo cual se requiere realizar un adecuado modelo hidráulico para simular el flujo del agua, considerando la topografía el área”. Para lograrlo, añade, “se requiere la participación de autoridades locales y particulares para darle cauce a esta solución, toda vez que tienen participación directa por la gran cantidad de infraestructura subterránea, pública y privada, que ya se encuentra establecida en el área”. En un diagrama, los militares exponen tres puntos para la construcción de los citados canales que evitarían, en el futuro, una nueva inundación en ese perímetro. A la fecha no se tiene conocimiento público de que la propuesta del BIC del Ejército haya sido tomada en cuenta por las autoridades federales, estatales o municipales. Ante la inminencia de ciclones tropicales, el puerto de Acapulco está condenado a repetir la tragedia causada en 2013 por los caudales de Ingrid y Manuel que dejaron daños cuantiosos y más de un centenar de muertos, advirtieron expertos consultados por esta casa editora. Ello, debido a que en los cinco años transcurridos desde el temporal de 2013, el gobierno de México omitió construir obras correctivas y de contención de caudales tanto en la periferia como en la Zona Diamante, donde se originaron las inundaciones que causaron inclusive que más de 50 mil turistas se quedaran varados en el puerto aquel año, lo que sin duda provocará una nueva tragedia que podría alcanzar a cientos o miles de familias, afirmaron los expertos. Según estas fuentes, la principal responsabilidad recae, por omisión, en la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), cuyos titulares son Roberto Ramírez de la Parra y Gerardo Ruiz Esparza, en forma respectiva. “Es inminente: este año o el otro tendremos un huracán peligroso que podría afectar gravemente al puerto de Acapulco, donde las autoridades poco han hecho para proteger a la población”, sentenció Leonel Lozano Domínguez, un experto en cambio climático y sistemas de manejo de recursos naturales. Lozano Domínguez se refirió así a la probable ocurrencia en cualquier momento de un fenómeno climático que podría devastar la cuenca hidrológica del Río de La Sabana-Laguna de Tres Palos, la misma zona que en 2013 originó las inundaciones en el área de confluencia del Acapulco Diamante, la zona de gran turismo de ese puerto. En ese sentido, en Acapulco es muy probable que se repita lo de Manuel e Ingrid, fenómenos que antes se daban con una ocurrencia de cinco a diez años, pero ahora se pueden presentar en menor tiempo; antes los medíamos con escalas menores, ahora se presentan hasta en grado 5, lo que significa que nos van a faltar escalas para medir este tipo de fenómenos, opinó el experto. Esto implica que estamos “en riesgo permanente” ante el impacto de un fenómeno meteorológico extremo, estableció el especialista, quien se dijo preocupado por la inminencia de un huracán peligroso en las costa del estado de Guerrero. Sin embargo, observó que esta grave problemática es también una ventana de oportunidad para que la nueva administración federal que entra en diciembre próximo, atienda las necesidades de un sector de población en condiciones de alto riesgo, con inversiones que protejan tanto la vida humana como los proyectos de inversión en la zona de gran turismo, mediante obras que mitiguen el impacto de un meteoro. Humberto Díaz Díaz, experto en desarrollo urbano, consideró que los problemas derivados de estos fenómenos tienen dos causas de origen: una, que los asentamientos humanos se establecieron en cauces pluviales y, en segundo término, que las autoridades han permitido el crecimiento anárquico y suministran servicios sin ninguna planeación. Después de ver el impacto de los ciclones en ciudades norteamericanas, estoy cada día más preocupado sobre la inminencia de un huracán peligroso, en particular porque Acapulco no es una ciudad resiliente, muy distante de las ciudades estadunidenses que tras el impacto de los meteoros el año pasado en pocos días reanudaron su vida normal, observó Díaz Díaz. Leonel Lozano Domínguez cuenta con maestría y doctorado en Sistemas de Manejo de Recursos Naturales cursados en la República Federal de Alemania. Fungió como representante en México de la fundación alemana Friedrich Ebert; ha sido delegado en los estados de Guerrero e Hidalgo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y, más recientemente, ha laborado como asesor en materia ambiental del gobierno del estado de Guerrero (2011-2017). En tanto, Humberto Díaz Díaz es arquitecto especialista en desarrollo urbano. Ha sido director de Desarrollo Urbano en el municipio de Acapulco en dos trienios, de 1984 a 1986 y de 1999 al 2002. Fue presidente del Colegio de Arquitectos de Guerrero de 2002 al 2004. Cuenta además con una especialidad en Consumo de Energía y Diseño Sustentable. Es, pues, uno de los profesionales del desarrollo que mejor conoce la infraestructura urbana de Acapulco. En entrevista, el especialista precisó que la problemática de sobrecarga urbana de Acapulco data por lo menos desde 1997, cuando el huracán Pauline devastó el puerto causando la muerte de 178 personas y otras 200 desaparecidas, además de cuantiosos daños materiales. En esa ocasión, cuenta, el gobierno de la república creó el fideicomiso 1981 por un monto de un mil 100 millones de pesos para reconstruir la devastada ciudad. Se hicieron muchos estudios técnicos tras lo cual vinieron las obras de infraestructura para evitar que dentro de la bahía de Acapulco volviera a ocurrir una destrucción tal en caso de un nuevo fenómeno hidrometeorológico, estudios que corrieron a cargo de la CNA -la actual Conagua-, con el compromiso de continuar una segunda etapa de estudios para el Valle de La Sabana, Renacimiento y la colonia Emiliano Zapata, precisó el urbanista. Sin embargo, dijo, esa segunda etapa de ordenamiento territorial jamás se llevó a cabo, hasta la fecha, omisión que fue la causa primaria de las inundaciones generadas por el temporal de septiembre de 2013.