Vigilantes es poco para cómo debemos estar en estos momentos cruciales para el futuro de México, uñas y dientes afiliados, oídos muy agudos
Se destrabó y hay luz verde en la Cámara de Diputados para la creación del sistema anticorrupción. Aunque falta el filtro en la Cámara de Senadores, supongamos que todo va como lo plantean sobre todo, los partidos de oposición al régimen de Peña Nieto.
El escenario sería de una posible trampa deseable u otra indeseable. Me explico, el caso de la trampa deseable sería la de que, acorralados, los partidos políticos y sus cabezas más visibles no tuvieron de otra más que atender el reclamo y repudio nacional y les han puesto la vara muy alta a los corruptos representantes de sus propios partidos.
Obligados por los escándalos de corrupción que abarcan a toda la clase política, podrían estarse llevando la soga al cuello; o bien, llevándose de encuentro a sus propios allegados (¿cómplices?), para lo que seguramente estarán preparando sendas explicaciones a modo de defensa o escondiendo la mugre debajo de la alfombra todavía que hay tiempo.
Hasta ahí, todo bien. Que la justicia pasa sobre todos y no quede un solo corrupto entre los que pretenden gobernar. Pero como el camino al infierno está lleno de buenas intenciones y sabedores del peligro por el que pasan ellos, sus familias, aliados, amigos y uno que otro entenado, podrían poner las cosas más difíciles.
Entonces la trampa podría estar obrando en favor suyo y en contra del resto: que el nombramiento de un fiscal a modo, el dejar palabras a interpretaciones muy abiertas y ambiguas, el establecer mecanismos complejos o hasta servirse con la artimaña de la caducidad de delitos, allane el camino para que todo siga igual.
Bien medido el ánimo social han de tener, dado que tan sólo una pequeña señal de que están dándonos atole con el dedo, las consecuencias ahora sí serían desastrosas para la nación, puesto que la corrupción pega a todos, sin importar ideología, militancia o estrato social.
Más les vale considerar las terribles repercusiones de presentar una burla ante los ciudadanos; una trampa, haría caer el castillo de naipes, de por sí tambaleante.
Vigilantes es poco para cómo debemos estar en estos momentos cruciales para el futuro de México, uñas y dientes afiliados, oídos muy agudos y los demás sentidos alerta.
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