“Soy marxista y creyente”: Circe Camacho

25 de Abril de 2024

“Soy marxista y creyente”: Circe Camacho

Es una de las diputadas más jóvenes de la capital y forma parte de una generación que impone un nuevo ritmo a la política

osantillan@ejecentral.com

En su infancia, Circe Camacho siempre se ubicó en el punto intermedio entre obedecer a su madre y vivir al borde de la travesura. Le gustaban los juegos “rudos” y como testigos sordos quedaron las marcas en sus rodillas, junto con el recuerdo de cómo Teresa, su madre, enfermera de profesión, le curaba las heridas.

›Su nombre dibuja un tanto su actitud ante la vida. Lo eligió su padre del libro La Odisea y se trata de aquella hechicera que convertía a los hombres en marranos, y que se enamora de Ulises. Así, a sus 28 años, le gusta bailar salsa, bachata y merengue; se define como marxista, pero creyente; le gusta Netflix y ve películas de terror para relajarse. Ella es hoy una de las diputadas locales más jóvenes y ganó ese lugar por Xochimilco; además, coordina el Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo y es secretaria de la Comisión de Reconstrucción.

¿Cuál es el recuerdo más hermoso de tu infancia?

—Mis recuerdos más bellos tienen que ver con mi padre trayéndome a museos acá en el Centro Histórico o a caminar. O me acuerdo que cuando mi mamá me mandaba a bajar la ropa, siempre encontraba catarinas que me fascinaban. Era tremenda, una niña muy activa que siempre andaba en patines, en bicicleta, jugando futbol, raspada y el contraste con mi madre que le encantaba vestirme con vestiditos, así superbonitos, y terminaban todos enlodados.

¿Y qué decía tu mamá?

—Recuerdo que una ocasión en la que me caí, me raspé las rodillas y se me ocurrió no decirle. Y se me infectó, se me hizo una bola de pus tremenda. Cuando la vio mi mamá, híjole, me lavó con una gasa hasta que sangró.

¿Y con quién te juntabas?

—Con mis sobrinos. Soy la nieta más chica, pero voy muy a la par con los sobrinos, los tres eran niños. Entonces para jugar con ellos necesitas ser más canija. Por ejemplo, hay una zona en Xochimilco que es Santa Cecilia, zona cerril y esa calle era empedrada. Pues ellos se bajaban en bicicleta y yo pensé: por qué en bicicleta, porque no mejor en patineta. Claramente terminé con muchos golpes.

Naciste en 1990 y ese año se privatizó Telmex. ¿Qué opinas de ello?

—Telmex fue un grave error. Las consecuencias de eso nos tiene en un país donde tenemos a uno de los hombres más ricos y una pobreza bastante amplia.

https://youtu.be/E6nS_eiBzp8

Ese mismo año se unificó Alemania y desapareció la RDA...

—Ahí nos tocas un punto sensible a todos los que nos declaramos marxistas. No tiene que ver nada más con un país y su unificación, sino la caída de todo un proyecto que le permitió a generaciones poder tener una perspectiva de un mundo justo y mejor.

Y si pudieras viajar al pasado, ¿cuál de estos dos sucesos modificarías?

—La venta de Telmex.

Los domingos por la noche qué prefieres ver: La Maroma Estelar o Netflix.

—Netflix

¿Y qué te gusta ver en Netflix?

—Me gustan las series o películas de terror, suspenso o policiacas. El otro día me decía mi novio: “Está muy tonta la película que estás viendo”.

Y le respondí: “Ese es el punto. No quiero pensar, quiero sólo observar y que fluya esa película absurda en mi ser y me permita dormir”. Es demasiado complejo lo que hago, lo que pienso, mi cotidianidad para que además todo el tiempo esté consumiendo cosas que me hagan pensar. Tengo derecho a sólo relajarme.

Una vez al mes tratas de ir a bailar. ¿Qué canciones te empujan a tomar la pista?

—No necesita haber una canción en específico. Mientras me pongan salsa, bachata, merengue, cualquier género caribeño, yo seguro me voy a parar a bailar. Amo bailar. Adoro bailar porque me desconecta de la realidad y me dedico a sentir y a sacar el estrés y la carga emocional que me genera el trabajo político.

Si te dicen: Circe es la mezcla de estos tres personajes, ¿cuáles son esos tres personajes que te compondrían?

—Yo creo que sería una mezcla de Rosa Luxemburgo, Evita Perón y Manuela.

¿Qué te une y que te distingue de ellas?

—Rosa Luxemburgo, profundamente marxista, radical. Evita Perón viene de una historia de un contexto económico que no fue el mejor. Salió adelante y luchó constantemente y fuera de que haya sido esposa de Perón, ella termina siendo una gran líder para Argentina a la que no le temblaba la mano. Si era necesario tomar las armas, ella, a diferencia de Perón, no lo hubiera pensado dos veces con tal de defender a su pueblo. Y Manuela es todo un personaje que ayuda, genera y desata que Simón Bolívar fuera el gran líder de la Patria Grande.

¿En qué ficción o mito cree Circe Camacho?

—Sería incorrecto decir que puede ser un mito o no, pero yo soy creyente. Esa era una de las contradicciones que el dirigente de Grupo Democrático Revolucionario me criticaba constantemente, que era marxista y creyente.

¿Entonces crees en un Paraíso?

—Creo que hay un creador que ha sido responsable de este mundo. No necesariamente de la cotidianidad, no necesariamente de las condiciones en que vivimos, pero sí un ser supremo que pudo crear todo esto.

¿Y por qué tus padres decidieron llamarte Circe?

—Mi papá leía bastante. Es de la mitología griega, de La Odisea, de la hechicera que convertía a los hombres en marranos y prácticamente es quien se enamora de Odiseo/Ulises y a quien termina abandonando en la isla.

¿A qué político convertirías en cerdo?

—No, los políticos solitos se convierten en cerdos con sus prácticas. Al final del día esperamos romper con las viejas prácticas de los políticos.

¿De qué colores son los políticos que ya son cerdos?

—No quisiera aludir a todos, pero desde mi formación y perspectiva, siempre los de la derecha se han caracterizado por malas prácticas. Aunque reconozco que hay políticos dentro de esas bancadas que han demostrado tener algún tipo de compromiso con ciertos sectores de la población.