Ni una cartulina ni una manta, en apoyo o con alguna petición, se pudo presenciar en la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Tamazula, Durango. El mandatario visitó la parte noreste de la entidad para dar a conocer el avance de las obras de construcción de la carretera Tamazula-Canelas. En los eventos a los que acude el tabasqueño predominan las porras, los gritos de celebración, las peticiones, lonas en apoyo o en contra, en Tamazula no figuró ninguna de las anteriores. Fueron tres las ocasiones que se pudo escuchar un pequeño grupo de no más de 10 personas que unían sus voces a la frase “es un honor estar con Obrador” o “Andrés, Andrés, Tamazula te ama”, pero la multitud no siguió el júbilo.
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Los cerca de 30 grados, la deficiente organización o la espera, hicieron que los duranguenses no recibieran con euforia la primera visita de un presidente. Y es que, tan sólo el lado izquierdo de la cancha pública, donde se desarrolló el evento, contaba con vallas de seguridad, no así el lado derecho. Lo que sí había y en grandes cantidades era comida. En pequeños módulos, seis en total, grandes bandejas con frijoles y sopa fría, ollas llenas de barbacoa y decenas de kilos de tortillas, esperaban el final del discurso para ser consumidas. Con apoyo del gobierno local y de la población, Tamazula se organizó para brindar alimento a los cerca de cinco mil presentes a la visita de AMLO. Según contó a ejecentral Doña Laura, el dinero con el que se compraron los ingredientes para el banquete fue una parte de la presidencia municipal, encabezada por Héctor Manuel Castillo, y “lo demás con apoyo de la comunidad”. Aunque los presentes, algunos que vienen desde poblados alejados, no fueron efusivos con el mandatario, recibirán un platillo para recuperar energías e iniciar su camino de regreso. RB ES DE INTERÉS AMLO compromete hasta 500 mdp para carretera en Tamazula