Redacción EJE CENTRAL

Miguel Ángel Jiménez Blanco supo hace menos de un año que lo iban a matar. Había tres razones para ello, y todas ligadas al crimen organizado. Por un lado, descubrió la penetración de esos grupos entre algunos de los líderes de la organización social a la que pertenecía, la UPOEG. Pensaba exhibirlos. En segundo lugar, se enfrentó con otra organización, la FUSDEG, a la que acusaba de trabajar para narcotraficantes y lo amenazaron. Y para cerrar el círculo de enemigos tenía a criminales y autoridades acechándolo por estar coordinando la búsqueda de fosas donde podrían haber sido arrojados los cuerpos de los 43 normalistas desparecidos en Iguala.

El asesinato se consumó el sábado pasado y las autoridades que investigan han obtenido pruebas que dirigen las investigaciones hacia la primera hipótesis que se planteó el propio Miguel Ángel, la penetración de organizaciones criminales en la Unión de Pueblos y Organizaciones de Estado de Guerrero (UPOEG) y su descomposición interna.

Esta fractura en los objetivos de la UPOEG, nacida como un mecanismo integral de protección y desarrollo comunitario, fue identificada en un video testimonial por el propio Jiménez Blanco -coordinador de la Policia Ciudadana-, en algunos de sus líderes, los comandantes Ernesto Gallardo Grande, coordinador general de las autodefensas; el comandante Neftalí Villagómez Herrera; Isidro Pineda y Melquiades Urióstegui Pineda. De esta descomposición, sostiene Jimenez Blanco, informó a Bruno Plácido Valerio, fundador y líder moral de la organización.

El video, con una duración de 45 minutos y 17 segundos, que fue enviado a EJE CENTRAL y que se verificó no tiene cortes y sí fue grabado el 9 de septiembre del año pasado, aparece Miguel Ángel Jiménez, y frente a la cámara señala a quien considera podrían ser los más interesados en eliminarlo y los motivos, por lo que tras su muerte, se convierte en un documento probatorio que podría integrarse a las investigaciones.

Son los últimos 15 minutos del video en los que responsabiliza a mandos de la UPOEG, porque había sido testigo de crímenes y robos en los que habían participado, por lo que les advirtió que ya no lo hicieran, de lo contrario los denunciaría.

“Si yo llegara a morir, porque el Comandante Ernesto (Gallardo Grande) si es de peligro, o sea no soy el único que conoce eso. Un compañero en Marquelia, me decía, Migue, sabes que creo que al final quien nos va a venir matando es Neto (Ernesto Gallardo), porque sabemos de su capacidad”.

“La persona más afectada si esto llegara a salir a la luz pública es él (Ernesto Gallado) la persona más involucrada. Finalmente a él, le llega todo, porque sus grupos de Fuerzas Especiales, son las que han causado los asesinatos y las que han hecho lo que han querido”, advierte Miguel Ángel Jiménez frente a la cámara.

Del coordinador general de las autodefensas, Ernesto Gallardo Grande, asegura que posee vehículos, armas y dinero. En el video sostiene que otro de sus victimarios podría ser: Neftalí Villagómez Herrera, mando de la UPOEG. De ambos líderes del movimiento comunitario en Guerrero conocía sus negocios con el crimen organizado.

- "-¿Quién más te quiere matar?”, se escucha que alguien le pregunta.

“Ahorita en lo personal, tenemos el grupo de la gente de Isidro Pineda, Melquiades Urióstegui Pineda, son los gestores de todo este rollo”.

“Avalado por el sistema que tenemos en Xaltianguis de la Policía Comunitaria, por (Bruno) Plácido que es él que está distribuyendo, desde mucho antes, la goma (de opio). Tengo antecedentes de unos detenidos que eran los que se la vendían”, narra ante la cámara de video. Ante las cámaras recuerda cómo en una ocasión uno de los detenidos le dijo que los propios comunitarios y los mandos de la Policía Comunitaria, se burlaban de él: “no comandante a usted lo hacen pendejo, usted tiene adentro a la gente que se han dedicado a hacer todo esto”.

El video-denuncia, que fue grabado para dejar su testimonio si algo le ocurría, y se conociera cómo líderes de la Policia Ciudadana están vinculados con el crimen organizado y bajo el cobijo de la organización le han servido para eliminar rivales y obtener ganancias económicas y joyas. De todo esto, tenía conocimiento el fundador de la UPOEG y promotor comunitario, Bruno Plácido Valerio.

“A ver Bruno, qué onda con ustedes cabrón, ustedes también se dedican a esta madre a andar matando gente, están secuestrando gente, están robando las casa, están golpeando qué onda ¿este es el trabajo de la comunitaria?”.

“A ver aclárame –le dice a Bruno Plácido–, si tú estás avalando esta madre, voy a ser tu enemigo”, le recrimino, Jiménez Blanco.

De confirmarse que Plácido Valerio fue informado por Miguel Ángel sobre los actos criminales cometidos por algunos líderes, no hizo nada para limpiar a la UPOEG.

La descomposición de la UPOEG sería un tema central en la agenda política y de seguridad de Guerrero, porque es la agrupación que forma parte integral de las estructuras comunitarias, con mayor reconocimiento y respaldo por la efectividad de su trabajo al detener a delincuentes, y con presencia en 40 municipios de La Montaña, Costa Chica y región Centro de Guerrero; es decir, tiene células armadas en casi la mitad del territorio de Guerrero.

LAS OTRAS RAZONES

EJE CENTRAL conversó con distintos funcionarios e integrantes de organizaciones ubicadas en Guerrero, que coincidieron en que en las investigaciones sobre el crimen de Miguel Ángel Jiménez, también se revisa su labor como coordinador de la búsqueda de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, porque ese trabajo lo continuaba llevando a cabo hasta la fecha, junto con un grupo reducido de voluntarios.

Seguía todas las pistas confiables que le llegaban, así descubrió y exhibió decenas de fosas de las que la Procuraduría General de la República (PGR) aún no da resultados sobre quiénes son los restos de las más de 30 personas allí encontradas, enterradas clandestinamente, y los motivos de su crimen, posiblemente cometidos todos por grupos de la delincuencia organizada, que busca tener el control de la siembra y trasiego de drogas a través del estado.

Y fue también en esa búsqueda que inició desde octubre, en Iguala y sus alrededores, la que le permitió recorrer pueblos y rancherías en donde pudo documentar, a partir de testimonios directos de pobladores, los vínculos de las organizaciones criminales y autoridades y organizaciones.

El asesinato de Juárez Blanco fue planificado, directo, cometido por dos tiradores entrenados, por sus disparos certeros, y contaron con el apoyo de por lo menos dos personas más, que conocían la zona y lograron huir sin dejar rastro aparente.

Tanto la Procuraduría General de Justicia de Guerrero como la (PGR) mantienen abiertos expedientes contra líderes del Frente Unido para el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), documentos que se revisan actualmente en el caso de la primera dependencia, por las denuncias públicas que hizo Miguel Ángel Juárez contra esa organización, en las que aseguró que servían al crimen organizado, lo que le generó una amenaza directa.

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