Trump habla con la presidenta de Taiwan

24 de Abril de 2024

Trump habla con la presidenta de Taiwan

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"Seguimos firmemente comprometidos con nuestra política de 'una sola China'"

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Redacción ejecentral

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, habló conversó con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, el primer contacto a ese nivel desde que Washington rompiera sus relaciones diplomáticas con Taipéi en 1979.

El equipo de transición de Trump informó en un comunicado que el presidente electo había hablado por teléfono con la mandataria taiwanesa, una llamada en la que ella felicitó al magnate por su victoria y ambos “señalaron los estrechos vínculos económicos, políticos y de seguridad que existen entre Taiwán y Estados Unidos”.

La llamada entre Trump e Tsai obligó a la Casa Blanca a salir al paso para recordar que el único Gobierno chino al que reconoce Washington desde 1979 es el de Pekín.

“Seguimos firmemente comprometidos con nuestra política de ‘una sola China’”, afirmó en un comunicado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, Ned Price.

Ese pronunciamiento llegó después de que Pekín contactase con la Casa Blanca para pedir explicaciones sobre la comunicación con Taiwán.

Después de que estallase la polémica, el propio Trump quiso aclarar las circunstancias de la llamada con Tsai: “La presidenta de Taiwán me llamó para felicitarme por ganar la Presidencia. ¡Gracias!”.

“Es interesante cómo Estados Unidos vende millones de dólares a Taiwán en material militar, pero yo no debería aceptar una llamada de felicitación”, agregó Trump, a través de su cuenta de Twitter.

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El presidente electo se refirió así al contrato suscrito el año pasado por la Administración de Barack Obama por un valor de 1.830 millones de dólares y que incluyó dos fragatas, vehículos de asalto anfibio y misiles antitanque, entre otros equipos militares, para Taiwán, una venta que enfureció a Pekín.

El expresidente demócrata Jimmy Carter declaró formalmente a Pekín como el único Gobierno de China en 1979, lo cual terminó las relaciones diplomáticas formales de EE.UU. con Taiwán, donde Washington cerró su embajada al año siguiente.

Un truco de Taiwán

Según informa la agencia estatal de noticias Xinhua, el ministro de Exteriores, Wang Yi, aseguró que es solo «un pequeño truco de Taiwán» y «no cambiará el ?consenso sobre una sola China” en la comunidad global ni la política de Estados Unidos». A su juicio, «la política ?de una sola China? es la piedra angular del sano desarrollo de las relaciones con EE.UU. y esperamos que esta base no se vea obstaculizada ni dañada».

«Hay que tener en cuenta que sólo hay una China y Taiwán es una parte inalienable de China. El Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a China, esto es un hecho reconocido por la comunidad internacional», según el comunicado del Ministerio, firmado por el portavoz Geng Shuang.

Previamente, la Oficina de China para Asuntos de Taiwán había calificado de «acto mezquino» la llamada de la presidenta Tsai y ratificado su intención de oponerse «contra viento y marea» a cualquier iniciativa sobre la independencia de Taiwán. Un comentario repetido palabra por palabra por el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.

El Ministerio ha comunicado esta protesta a la «parte pertinente» del Departamento de Estado norteamericano y recuerda que el principio de la «China única» es la base política en las relaciones entre China y Estados Unidos.

Desde China se insta a las autoridades estadounideneses a que defiendan esta política y manejen con cuidado la «cuestión taiwanesa» para evitar «perturbaciones innecesarias en las relaciones».

Con dicha política «de uno sola China», Pekín obliga a que cualquier país con el que mantiene relaciones diplomáticas deje de reconocer a Taiwán, que tampoco está presente en otros organismos internacionales desde que su lugar en la ONU fuera ocupado por el continente en 1971. Para suplir esa falta de reconocimiento diplomático, Taiwán tiene repartidas por todo el mundo oficinas económicas y comerciales que actúan a modo de embajadas, acogiendo además en su capital representaciones de otros países bajo esa misma fórmula.

A pesar de esta práctica habitual, y de que los taiwaneses pueden viajar con su pasaporte por todo el mundo con menos necesidad de visados que los chinos, la charla telefónica entre Trump y Tsai Ing-wen ha causado cierto revuelo en los círculos diplomáticos porque nadie se atreve a contrariar al régimen de Pekín. Y menos en cuestiones tan sensibles como su reivindicación sobre Taiwán o su legitimidad territorial sobre el Tíbet.