GABRIELA RIVERA | @gAbS_07 En los últimos seis años, las autoridades capitalinas y federales detuvieron a 17 narcomenudistas en las instalaciones o inmediaciones de Ciudad Universitaria, aunque la UNAM tiene identificados a 46 personas dedicadas a esta actividad.
Las autoridades universitarias, que encabeza el rector, Enrique Graue Wiechers, aseguran que están atacando el problema de la venta de drogas en los distintos puntos del campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en los próximos meses darán a conocer el plan de seguridad dentro de la institución.
Sin embargo, la presencia de narcomenudistas y la defensa de éstos por parte de grupos “autónomos y organizados” generan otro tipo de violencia dentro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que van desde los cierres de unidades escolares hasta la quema de vehículos en los circuitos viales.
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A primeras horas de este jueves, un grupo de encapuchados tomó las instalaciones de la Facultad de Filosofía y Letras e incendió un vehículo de seguridad en protesta por la detención de Jorge Emilio Esquivel Muñoz, acusado de narcomenudeo.
De acuerdo con mensajes publicados en redes sociales, Esquivel Muñoz pertenece al colectivo OkupaChe, que viven en el auditorio Justo Sierra de dicha facultad, por lo que sus compañeros decidieron manifestarse para exigir su liberación.
Pero esta no es la primera vez que se desatan hechos violentos por el tema de narcomenudeo dentro de la universidad.
En febrero de 2013, un grupo de presuntos ex estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan causaron disturbios dentro del plantel —prendieron fuego a las instalaciones y golpearon a los guardias de seguridad— y dos meses después tomaron la Torre de Rectoría en CU.
José Luis Ramírez Alcántara, El Chompiras, y su novia, Irene Pérez Villegas, junto con otros tres jóvenes, fueron expulsados del colegio por los hechos violentos. Previo a su salida, profesores y alumnos del CCH los vincularon con los narcomenudistas que operan dentro del plantel.
Un tercer hecho violento por este tema ocurrió afuera de la Facultad de Filosofía y Letras en 2009. Ricardo Eduardo Valderrama de la Rosa fue asesinado el 2 de junio de ese año en el pasillo que conecta la escuela con la Biblioteca Central; León Tagore Ponce Jiménez, alias “El Patraña”, le disparó porque Valderrama le ganó a unos clientes a los que les vendería mariguana.
A raíz de estos hechos y las denuncias en medios de comunicación sobre el narcomenudeo en CU, las autoridades de la UNAM aseguran que se tienen identificados a 46 personas dedicadas a esta actividad y existen seis averiguaciones previas.
De igual manera, afirman que todas las personas involucradas en estos hechos no pertenecen a la comunidad universitaria y ya se presentaron las denuncias correspondientes ante las Procuradurías General de la República (PGR) y la General de Justicia de la Ciudad de México.
UNAM PREPARA PLAN DE SEGURIDAD
En los últimos años, tanto el rector José Narro Robles como Enrique Graue Wiechers, aseguraron que están trabajando para combatir la venta de drogas, sobre todo en los puntos calificados como rojos: la Facultad de Filosofía y Letras, la de Ciencias Políticas y Sociales y la zona del frontón, atrás de la Facultad de Ingeniería.
Durante el proceso de elección del nuevo rector, en noviembre pasado, Graue Wiechers reconoció que tiene un problema de seguridad y un cuerpo de vigilancia que requiere actualización constante.
Por ello, a su llegada a la rectoría, el médico creó que la Secretaría de Servicios a la Comunidad y nombró al ex abogado universitario, César Astudillo, como el titular de esta área.
Después de su nombramiento, ese mes, Astudillo anunció que realizarían una encuesta entre alumnos, profesores y trabajadores para conocer los principales problemas en la institución y elaborar el Plan de Seguridad en los próximos seis meses, mismos que se vencen en mayo.
En tanto, Fernando Castañeda Sabido, director de la Facultad de Ciencias Políticas, dice que el problema de narcomenudeo se terminó en esta escuela, considerado un foco rojo en el campus.
En entrevista con EJE CENTRAL, asegura que durante 2015 liberaron los espacios del jardín digital, la rampa de entrada, así como el espacio atrás del edificio B y F, donde se ubicaban los vendedores de drogas y los jóvenes se juntaban para fumar.
Sin embargo, reconoce que estas personas no salieron de Ciudad Universitaria y ahora se reúnen en el área conocida como Los Bigotes, justo en la entrada del metro CU, donde siguen operando y de donde no los han podido retirar.