VIDEO | Así viajan mujeres de yihadistas en Siria

8 de Mayo de 2024

VIDEO | Así viajan mujeres de yihadistas en Siria

Armas, alhajas de oro y leche en polvo: las mujeres que abandonan el último reducto yihadista en Siria llevan consigo un equipaje inusual

Armas, ordenadores portátiles, monedas de oro y leche en polvo: las mujeres que abandonan el último reducto yihadista en Siria llevan consigo un equipaje inusual. https://www.youtube.com/watch?v=t13HgRPtzkA&feature=youtu.be Las mujeres llegan en grupos al puesto de control instalado por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) a 20 kilómetros del último reducto del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la aldea de Baghuz, cerca de la frontera con Irak. Cubiertas de pies a cabeza, esas mujeres esconden armas bajos sus ropas o en sus bolsas, entre los escasos juguetes de sus hijos”, dijo Nawal Kobani, de 18 años y combatiente de las FDS. “Los hombres en general no llevan nada, esas cosas solamente las encontramos en (poder de) las mujeres”, señaló a la AFP en un puesto de control de las FDS. El lunes, las FDS evacuaron 46 camiones llenos de gente del último bastión donde resisten los yihadistas del “califato”. Las FDS afirman que buscan retirar a los civiles de las áreas controladas por el EI antes de la avanzada final contra los yihadistas. - ‘Ni fotos ni memorias'- El último grupo de evacuados en llegar al puesto de control de las FDS al atardecer del lunes, con el polvo cubriéndolo todo después del viaje desde Baghuz. Vestidas con ropas negras u oscuras, un grupo de mujeres se reúne en un círculo en el piso rocoso y árido, esperando que les ofrezcan algo de comida. Con una pequeña bolsa en sus manos, un niño deambula por el puesto de control en busca de su madre, Wardah. Más atrás, una mujer atiende a su hijo, otra prepara una botella de leche para su bebé recién nacido, y una tercera apenas está sentada inmóvil en el piso, mirando silenciosamente al vacío. Abeer Mohamad, una refugiada siria de 35 años, nacida en la provincia de Alepo, abre una pequeña bolsa y retira una sucia caja de plástico que contiene algo de leche en polvo. “No traje nada conmigo excepto algunas ropas y algo de leche para el más pequeño”, dice, sentada en el piso del desierto junto a sus tres hijos. “Pero tampoco dejamos nada, en realidad”, dice, con su rostro cubierto enteramente por un velo. Es precisamente el uso generalizado de los velos negros que torna difícil diferenciar a una mujer de otra en el campamento. Otra mujer siria, que pidió no ser identificada, dijo que no cargaba “ni fotos ni memorias ni nada. No traemos nada más que algunas ropas”. - “Se han rendido” - Unas 50.000 personas -en su mayoría mujeres y niños- han salido de la zona de Baghuz desde inicios de diciembre, de acuerdo con la oenegé con sede en Londres Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Los primeros grupos en llegar cargaban grandes valijas al salir del reducto del EI, y muchas de las mujeres lucían varios brazaletes de oro en los brazos. Pero, los últimos grupos en llegar no cargan más que pequeñas bolsas. Umm Mohamad, de 45 años y también de Alepo, está sentada junto a un par de muletas. Ella resultó herida hace seis meses cuando una granada estalló junto a su casa, en Al Shaafa, uno de los bastiones de los yihadistas recuperados por las FDS. “Hoy, cargamos las ropas que pudimos reunir y las trajimos con nosotros”, dijo. En tanto, los hombres permanecen en silencio. Al contrario que las mujeres, que lanzan incontables preguntas al llegar al puesto de las FDS o gritan pidiendo comida, los hombres esperan silenciosamente en filas, o se sientan calladamente en el piso. Estos hombres no hablan entre ellos ni hacen preguntas. “Es imposible para los hombres hacer cualquier pregunta. Ellos ya se han rendido”, dijo Mazlum, un combatiente de las FDS de 29 años.

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