https://youtu.be/-YcFgQd_OMw En un cementerio de la mexicana Ciudad Juárez, rodeado de paisajes desérticos, fueron inhumados 112 cadáveres que no fueron reclamados por familiares. Sin exequias y con un código de identificación junto al ataúd hecho de conglomerado de madera, los cuerpos fueron enterrados con la ayuda de maquinaria pesada en el cementerio de San Rafael -el más grande de la ciudad- bajo vigilancia de expertos en criminalística y peritos forenses enfundados en trajes blancos, guantes y cubre-bocas. Hallados en esa ciudad y su periferia, los cadáveres (81 hombres, 4 mujeres y 27 fetos) estuvieron en el Servicio Médico Forense (Semefo) local desde 2017.