Voz y voto contra Trump

20 de Abril de 2024

Sergio Muñoz Bata

Voz y voto contra Trump

Los insultos de Trump a las comunidades minoritarias generan marchas de protesta al tiempo que aceleran los procesos de ciudadanización y empadronamiento de millones de latinos que este año renuevan su motivación para votar en su contra

El Circo Trump ha llegado a California con sus gorras rojas, sus insultos, sus mentiras, sus exageraciones, su desesperante abuso del adjetivo y sus mensajes de odio, y por lo pronto, la comunidad latina del estado ha empezado a responder a sus provocaciones con protestas callejeras. El ejercicio de desagravio final vendrá en la elección general de noviembre si es que los republicanos escogen a Trump como su abanderado.

La semana pasada en Costa Mesa, una ciudad al sur de Los Angeles, hubo una enorme protesta de personas de origen mexicano contra Trump y no faltó el despliegue de banderas de México. Desafortunadamente, cuando la policía dio la orden de disolver la manifestación hubo algunos actos vandálicos que de inmediato fueron condenados por muchos de los manifestantes que protestaban en paz y por el liderazgo Latino. Al día siguiente, cerca de San Francisco, la protesta fue tan grande que el candidato se vio obligado a tomar un atajo por entre las vías rápidas de la carretera para poder llegar a su destino. Este domingo, los desfiles por el día del trabajo, se convirtieron en marchas anti-Trump

“Estas protestas”, me dice el Dr. Adrián Pantoja, analista de Latino Decisions, una organización dedicada al análisis de temas latinos, “son manifestaciones políticas espontáneas de una comunidad ofendida por la virulenta retórica de Trump,” En efecto, en la protesta en Costa Mesa no hubo líderes Latinos identificables y según los reportes de prensa los manifestantes llegaron a la demostración utilizando las redes sociales y sus teléfonos móviles. Como era de esperarse, no faltaron comentaristas de televisión que fruncieron el ceño por el despliegue de las banderas y lo interpretaron como muestra de desapego a Estados Unidos.

“Es posible que las banderas tengan un efecto polarizador y revitalizante tanto para los críticos de Trump como para sus simpatizantes,” me dice Antonio González, presidente del Southwest Voter Registration Education Project, “pero dudo mucho que vayan a influir en el animo de los votantes del estado o de la nación.” Algo semejante piensa el analista Pantoja, “todo depende de la narrativa que le adjudiques a la bandera aunque nunca debería interpretarse como una actitud anti-norteamericana porque no lo es. Es un símbolo de identidad étnica en respuesta a los insultos de Trump.”

La historia confirma sus afirmaciones pues esta no es la primera vez que la comunidad de origen mexicano responde a un agravio ondeando la bandera de México. Sucedió en 1994, durante las protestas contra la proposición 187, que denegaba el acceso a la educación pública a los niños indocumentados, y luego durante las marchas de protesta por un proyecto de ley de inmigración que pretendía clasificar como delincuentes a los indocumentados.

En ambas ocasiones se dijo que la bandera tendría enormes consecuencias negativas pero no sucedió así. Por el contrario, la proposición 187 fue la tumba del partido republicano en California y, me recuerda González, “los millones de manifestantes latinos en las marchas de 2006 descarrilaron el proyecto de ley racista y anti-inmigrante, del congresista Jim Sensenbrenner.”

De hecho, estas fueron las batallas que aceleraron la ciudadanización, empadronamiento y voto de millones de latinos que este año renuevan su motivación para impedir mediante el voto que Trump gane la presidencia. “En California,” me dice Pantoja, “el voto latino es aproximadamente un cuarto del electorado, y en10 estados de la nación representa más o menos ese 10% del voto que será definitivo en la elección general.” Además, reitera Pantoja “el 79% de los Latinos tienen una opinión desfavorable de Trump, mientras que en estados clave como Florida, Nevada y Colorado, 61% de los votantes tienen una opinión favorable de Hillary Clinton.”

Mientras llega la hora de la verdad en las urnas, las protestas seguirán su curso y las muestras de ingenio de la comunidad seguirán mostrándose en pancartas como estas, “Soviéticos pro-Trump: a nosotros también nos gusta construir muros”; “el pelo de Trump es tan falso como sus promesas”; Mi favorita, sin embargo es la de una jovencita que escribió, “al diablo con la marihuana, legalicen a mi mamá”.