Xaltianguis, la amenaza organizada

20 de Abril de 2024

Xaltianguis, la amenaza organizada

En las últimas dos semanas la población reforzó su seguridad ante el riesgo de que el grupo criminal Los Dumbos detonen más autos bomba para controlar la zona; la FGR y el Ejército investigan estos ataques

Habían pasado sólo unas horas desde que se detonó el auto bomba, cuando los criminales comenzaron a mandar mensajes a las autoridades comunitarias de Xaltianguis, Acapulco, en Guerrero. “Tenemos más” y los harán estallar dentro del pueblo.

Aquel vehículo no logró matar a alguien, pero sí logró dar un aviso a la comunidad de Xaltianguis —ubicada sobre la carretera México-Acapulco, a 39 kilómetros del puerto— donde desde 2013, el grupo de Los Rojos y luego Los Dumbos han desatado una ola de secuestros, extorsiones y homicidios, para tratar de controlar la venta de drogas, lo que ha provocado un ambiente de miedo y zozobra entre los habitantes del municipio donde viven unas 25 mil personas.

Estos mensajes han sido considerados una amenaza para la comunidad y pretenden impedir que la comunidad siga organizada para defenderse ante la acometida criminal, afirmó para ejecentral Ernesto Gallardo Grande, comandante regional del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC).

Una bomba real

Organización. En la cancha municipal de Xaltianguis, los pobladores acuden a la asamblea en la que escucharon el informe sobre el ataque ocurrido el 3 de abril, cuando un auto bomba estalló frente a la comandancia de la policía ciudadana. Fotos: Eduardo Castellanos.

Al mediodía del pasado miércoles 3 de abril, cuatro personas que se hicieron pasar por reporteros, pretendieron estacionar una camioneta con el logotipo de prensa junto al comedor de la Policía Ciudadana de Xaltianguis, un lugar que regularmente es muy concurrido.

Esta acción no fue permitida por los agentes, por lo que los tripulantes del vehículo tuvieron que mover su objetivo y aparcarse a 15 metros frente la base de la policía comunitaria, cerca de un muro que, sin saberlo, contendría una parte de la onda expansiva.

El vehículo estalló al filo de las 4 de la tarde, causando daños severos a media docena de unidades que estaban estacionadas cerca de esta zona. Hubo pocos lesionados, ninguno de gravedad.

De inmediato, la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, negó que se tratara de un acto terrorista ocurrido en el municipio, mientras el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, aseguró que el acto correspondía a dos grupos antagónicos que “se llevan pesado”.

En tanto, el Ejército analizó los restos del auto bomba y encontró que el dispositivo explosivo no era improvisado.

Los responsables colocaron dentro del automóvil un par de tubos metálicos galvanizados de 40 centímetros de largo por 10 centímetros de diámetro con un circuito adosado a un costado, usado como pila con un chip receptor programado para estallar tras una llamada telefónica. La explosión no fue en toda su dimensión, porque falló uno de estos aparatos.

Esta es por lo menos la tercera ocasión en la que estalla un auto bomba en el país. Los primeros incidentes ocurrieron en Chihuahua, en 2010 y 2015, como parte de la guerra de cárteles y contra las autoridades. Pero este es el primer caso ocurrido en Guerrero.

En Xaltianguis no hay dos grupos que se peleen la plaza, “como irresponsablemente dijo el gobernador. Aquí hay una policía comunitaria que resguarda a la población de los embates de los grupos criminales que deambulan libremente por el territorio de Guerrero sin que ninguna autoridad proceda a aprehenderlos, como es su responsabilidad”, aseveró Gallardo Grande.

“Aquí nadie está jugando, no nos llevamos pesado con nadie porque no es un juego; no se trata de bromas porque estamos arriesgando la vida”, enfatizó el mando comunitario, como respuesta a las declaraciones del gobernador, mientras que a la alcaldesa Román la calificó de “mentirosa” por negar que se haya producido un ataque terrorista.

Pronóstico cercano

Ante la reacción de las autoridades civiles que minimizaron la explosión, las autoridades comunitarias se reunieron en asamblea para tomar decisiones sobre su seguridad.

Indicios. Héctor Aguirre Jaimes, comandante provisional de la policía ciudadana de Xaltianguis, presentó ante la asamblea comunal los explosivos encontrados en un cateo que le realizó la policía ciudadana a una casa de seguridad.

Pero los comisarios, profesores, consejeros y líderes naturales, líderes comunitarios que organizaron la asamblea, fueron amenazados de muerte por los mismos que lanzaron el ataque con el carro bomba “para evitar que el pueblo se organice”, mencionó Gallardo Grande.

A todos estos ciudadanos, dijo el líder comunitario, así como a la población de Xaltianguis, estos delincuentes les han dicho que ya tienen listos más carros bomba para hacerlos estallar en la comunidad, sin importar si mueren grandes y chicos, lo que mantiene alarmada a la gente, externó por su parte Héctor Aguirre Jaimes, comandante local de la Policía Ciudadana.

El resultado fue que apenas unas 300 personas asistieron el domingo pasado a la asamblea general, cuando habitualmente hasta cuatro mil personas participan en el esfuerzo de seguridad comunitaria.

Aunque no han recibido apoyo del municipio que preside la morenista Adela Román, desde el día del ataque la comunidad es patrullada por personal militar que, de día o de noche, recorre las calles del pueblo, apoyado a veces por elementos estatales que también ofrecen vigilancia.

Pese a ello, Gallardo Grande comentó que está dispuesto a mover la fuerza de 500 comunitarios desde la región de Costa Chica hacia la comunidad de Xaltianguis para reforzar el resguardo ante un inminente ataque por parte del grupo criminal conocido como Los Dumbos, presuntos autores del ataque del auto bomba.

Aunque algunos comunitarios han caído heridos o muertos, las poblaciones reforzaron sus filas y hasta el momento mantienen de 350 a 500 elementos en ese corredor carretero situado entre los municipios de Acapulco y Chilpancingo, donde los criminales han dejado de operar por la presencia de ciudadanos organizados.

Los Dumbos

El actual conflicto con Los Dumbos, grupo oriundo de Xaltianguis, comenzó en octubre del año pasado, cuando esta banda criminal comenzó a extorsionar a la población.

En diciembre, tras ser desconocido el líder de los comunitarios por la población, se instaló como nuevo jefe comunitario a Héctor Aguirre Jaimes, también conocido como Comandante Teto, actualmente al mando de 130 hombres que resguardan el pueblo.

Indagación. Ernesto Gallardo Grande informó que el material decomisado en la casa de seguridad se le entregó a las autoridades, a quienes exige una investigación del atentado.

Desde el 3 de abril, los delincuentes fueron confrontados por la Policía Ciudadana que logró expulsarlos del poblado sin mayores consecuencias.

Pero en enero de este año, las cosas cambiaron porque los comunitarios establecidos en El Valle del Ocotito, en el municipio de Chilpancingo, encontraron una bodega con más de 14 mil litros de combustible que fueron decomisados y entregados a la Fiscalía General de la República (FGR), junto con un par de detenidos.

Las personas capturadas en flagrancia revelaron que el combustible pertenecía al grupo de Los Dumbos, quienes desde entonces buscaron cobrar venganza contra los policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).

Pero el 3 de marzo pasado, en un ataque con fusiles lanzado contra ciudadanos de Xaltianguis, la banda causó al menos dos muertos, por lo que fueron perseguidos por la base de comunitarios que en la madrugada del día 4 de ese mes sostuvieron un choque armado, provocando un par de bajas al grupo criminal.

El mismo 4 de marzo, un centenar de comunitarios lanzaron un operativo de cateo contra una casa de seguridad del grupo delictivo, ubicada en Tierra Colorada, donde encontraron tubos metálicos galvanizados, mechas, cables y pólvora, tras lo cual dedujeron que los delincuentes tenían intenciones de lanzar un ataque de mayor envergadura.

Aquí hay una policía comunitaria que resguarda a la población de los grupos criminales.” Ernesto Gallardo Grande,comandante regional

Finalmente un mes después, el 3 de abril, cuatro supuestos reporteros fueron a dejar el coche bomba que estallaría en la base de la Policía Comunitaria de la UPOEG.

El dispositivo encontrado en la camioneta, por parte de personal del Ejército especializado es similar a los encontrados un mes antes en la casa de seguridad de los criminales.

Gallardo Grande aseguró que, contrario a la actitud adoptada por las autoridades locales, los hechos provocaron ya la presencia de la Unidad Antiterrorismo de la FGR, que está investigando la procedencia y los implicados en el atentado.

Ante la ausencia de la Policía Preventiva Municipal, las autoridades comunitarias, encabezadas por el comisario municipal Luis Loeza Hipólito, se han hecho cargo de la vigilancia ante las amenazas del grupo criminal en un poblado que sólo está a 50 kilómetros del Puerto de Acapulco.

500 ELEMENTOS

de la policía comunitaria se concentran en el corredor carretero situado entre los municipios de Acapulco y Chilpancingo.

14mil litros

de combustible fueron encontrados por comunitarios de Chilpancingo en enero de este año y que posteriormente fueron decomisados por la FGR.

El Comandante Teto

Ernesto Gallardo Grande es el comandante regional del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC), que es la estructura que aglutina a las policías ciudadanas de Guerrero reconocidas por las autoridades.

Tiene 36 años y fue elegido como el comandante general de la Policía Ciudadana de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), que cuenta con un estado de fuerza de 7 mil hombres en armas, distribuidos en 14 municipios del estado de Guerrero.

Esta fuerza de policías comunitarios ha enfrentado con éxito a diversas bandas delincuenciales como Los Rojos o Los Ardillos, que en distintas ocasiones han atacado con fuego de fusiles las bases de esta guardia comunitaria en el Valle del Ocotito, Buenavista y Xaltianguis, establecidas todas a la vera de la carretera federal México-Acapulco, en el tramo entre el puerto y el municipio de Chilpancingo.