El domingo pasado la subsecretaria de Hacienda, Vanessa Rubio, le dio una fuerte estocada al gobernador de Chihuahua, Javier Corral. Pero lo sorprendente no fue el detalle pormenorizado del presupuesto entregado, sino que fuera ella, y no los otros dos subsecretarios, quienes han sido los voceros en el diferendo con Corral, quien lo embistiera. Ahora se empieza a entender el porqué. Doña Vanessa ya se va de Hacienda, pero directamente al equipo de campaña de quien es incondicional, José Antonio Meade, que al final la prefirió cerca y no como titular en Desarrollo Social, donde iban a nombrarla.