100 días de AMLO y la necesaria reivindicación de la política

18 de Abril de 2024

Hannia Novell

100 días de AMLO y la necesaria reivindicación de la política

La democracia está en riesgo.

La sociedad mexicana ha puesto en entredicho las ventajas de la vida democrática y parece sucumbir, atraída y encantada, ante los afanes de un presidencialismo autoritario y una oposición política inexistente.

El descrédito avasallador que desde hace décadas sufren los gobernantes, representantes populares y autoridades en general tiene su origen en la incapacidad institucional para responder eficaz y oportunamente a las exigencias ciudadanas.

Pero los actores políticos también han contribuido a este desprestigio al protagonizar múltiples escándalos de corrupción y mostrar constante indiferencia con las necesidades básicas de la población, sólo preocupados en ocupar un cargo público para mantener las prebendas del poder político.

El conjunto de todos esos elementos fue lo que alimentó la indignación y hartazgo del electorado que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Y él, un hábil político de cepa, sigue ganando terreno y popularidad azuzando una trasnochada lucha de clases, repartiendo dádivas y eliminando contrapesos y adversarios.

En tanto, los partidos de oposición siguen aturdidos. No logran superar el tsunami de Morena y llegan a los 100 días de la 4T ausentes, paralizados, indefensos.

Insisten en cerrarse al escrutinio público y se niegan a la democracia interna. Lo que es más, reparten cargos y candidaturas sin considerar méritos, esfuerzos, ni trayectorias; sólo están interesados en distribuir canonjías y beneficios entre sus grupos afines, para arrinconar sin clemencia a sus contrincantes.

Hombres y mujeres sin dilemas morales ni vocación de servicio. No están comprometidos con el presente ni con el futuro de México. Se han convertido en profesionales de la política… pero de la mala política.

Reconocerlos no es una tarea difícil. Son aquellos que en distintas coyunturas, acostumbran acomodarse a las condiciones vigentes, con tal de mantener las ventajas de las que han sido beneficiarios durante décadas. Hoy siguen los aires de la izquierda moderada, pero mañana podrían estar en los umbrales de la derecha extrema, todo depende de los vendavales políticos.

Han olvidado que la política es el elemento más útil de la democracia para defender los derechos individuales y colectivos de cualquier sociedad. Han olvidado que la política es el camino más viable para defender lo que la 4T nos quiere arrebatar: los contrapesos del poder, la autonomía de los organismos, el diseño y ejecución de políticas públicas responsables, actos de gobierno transparentes y comprometidos con la rendición de cuentas, así como la continuidad de estadísticas y análisis con métricas comparables.

En esta semana en la que la administración de López Obrador cumple sus primeros 100 días, es urgente reivindicar la política como un instrumento invaluable para el desarrollo de la sociedad y para enfrentar los problemas e imperfecciones de una democracia que está en proceso de consolidación, como la mexicana.

Reivindicar la política para revertir la fuerza del descrédito y la desconfianza ciudadana. Terminar con toda clase

de escándalos y descalificaciones estériles, para ocuparse de los graves problemas que enfrenta la sociedad.

Hacer política es discutir las ideas y contraponer puntos de vista, con libertad, tolerancia y sin miedo; hacer política es cumplir con la palabra empeñada; es actuar con responsabilidad y transparencia; hacer política es, fundamentalmente, actuar con vocación de servicio y luchar por mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.

México necesita de la política.