La designación de Roberto Campa como nuevo subsecretario de Derechos Humanos en Gobernación, fue recibido como una bocanada de oxígeno, después de que su antecesora, Lía Limón, renunció tras más de dos años de tropiezos y problemas que le generó al titular, Miguel Ángel Osorio Chong. Las cosas en la materia no fueron peor en Gobernación, porque la ex subsecretaria Paloma Guillén, fue la encargada de apagar todos los fuegos que provocaba doña Lía. Paloma se fue a Tamaulipas a continuar su carrera política y Lía se convirtió en herramienta plurinominal de los Verdes. Lo que dicen quienes conocen a Campa, aseguran que es imposible que le vaya mal, cuando menos si se le compara con la Limón.