Adán también baila flamenco

A pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha cansado de cuestionar a las empresas españolas que tienen operaciones en nuestro país —además de que solicitó al rey Felipe VI que pidiera perdón a los pueblos originarios de México por los abusos cometidos durante la Conquista— su dizque hermano, Adán Augusto López, hace oídos sordos. Dicen los que saben que el extitular de Segob anda más que feliz con Abraham Mendieta y un grupo de consultores españoles que se incrustaron en su campaña.

No crea que se refieren al politólogo Juan Carlos Monedero. Como lo comentamos anteriormente en este espacio, en Palacio Nacional han leído como pisotean, denigran y faltan el respeto a cuanto compañero se atreve a cuestionar sus métodos o estrategias de estos asesores. Nombres como César Yáñez, Leonel Godoy y César Hernández han pasado al banquillo de los acusados.

Curiosamente, tras los constantes balconeos y caída en las encuestas, la presión es mayor contra los consultores mexicanos, a quienes atribuyen temas tan básicos como las fotos en las que no sonríe el candidato, así como la supuesta poca colaboración en la campaña.

Estos abusos prometen exponerlos en alguna mañanera y directamente desde el fuego amigo.