Uno de los promotores del grupo supremacista blanco y uno de los hombres más cercanos a Trump será impulsor de un cambio en la política exterior de EU, al considerar como aliado a Rusia, porque ambos desean reemplazar el orden global con Estados-nación fuertes
Teo Rocha
Donald Trump comenzará este 20 de enero en la Casa Blanca una batalla que probablemente cambiará la faz de la política exterior como la hemos conocido desde la postguerra fría, armado con un gabinete de multimillonarios, generales y directivos de multinacionales, pero, entre todos ellos, sólo uno con pensamiento propio: el ideólogo antiglobalización y etnonacionalista, Steve Bannon.
De agitador de la derecha extrema desde su conglomerado mediático online, BreitBart News, Bannon pasó a incorporarse desde el pasado agosto, de editor a jefe de la campaña de Trump, donde impuso orden al discurso de un candidato entonces errático, con un reforzado mensaje proteccionista y de un populismo extremo, que fue la melodía que esperaban los oídos de la indignada clase obrera blanca norteamericana.
Estados Unidos ha vivido cuatro grandes revoluciones: la Guerra de Independencia, la Guerra de Secesión, la Gran Depresión y la revolución que encabeza Trump, según Bannon, líder de la llamada derecha alternativa, alt-right, quien se integrará con el nuevo gobierno en el centro de las decisiones de la Casa Blanca, como consejero senior y estratega en jefe de Trump.
Antiestablishment y, sin embargo, egresado de Harvard, banquero de inversiones en Goldman Sachs y productor en Hollywood, Bannon hace lo mismo un periodismo popular y efectista, que lleva a cabo análisis con ideas radicales propias. BreitBart News practica un periodismo estridente, antifeminista, antijudío o que raya en el racismo.
Prueba de ello son los siguientes encabezados: “¿Preferirías que tu hija tuviera feminismo o cáncer?”, “Alta y con orgullo, levanta la Bandera Confederada”, símbolo de los estados esclavistas del sur estadunidense. Un columnista de esa publicación online llamo “judío renegado” a William Kristol, un neoconservador y director de la revista Weekly Standard.
Una cosa que llama la atención en este ideólogo de la extrema derecha es que ve similitudes más que antagonismos con Rusia pese a que, en unas declaraciones a la revista liberal de San Francisco, Mother Jones, aceptó que su sitio en internet constituía una plataforma para el movimiento alt-right, como ahora se rebautizó al grupo supremacista blanco (nazi).
Según Bannon, hay un debilitamiento del orden internacional liderado por Estados Unidos que surgió a raíz de la II Guerra Mundial para preservar las democracias, los organismos creados para reforzar la paz mundial, así como el globalismo, la diversidad y pluralismo que está presente en las reuniones anuales del grupo de Davos.
En unas declaraciones que Bannon hizo en torno a la Conferencia del Vaticano de 2014, propugna porque países de raíces judeocristianas practiquen un capitalismo humano, bíblico, con comunidades culturalmente coherentes. A su juicio, éste ha sido reemplazado por el capitalismo salvaje, de crisis financieras y élites globales.
Las “virtudes tradicionales” han sido reemplazadas por las leyes proaborto y el matrimonio entre parejas gay. Las naciones de occidente, añade Bannon, muestran su decadencia y su vulnerabilidad frente a la confianza y fortaleza que muestra el “islamofascismo” que, a su juicio, represente la principal amenaza a nuestras naciones.
Otro de los razgos de la doctrina Bannon es que choca con los enunciados del establishment de Washington que han permanecido inalterados en política exterior durante las últimas décadas, particularmente en lo que a Rusia se refiere. De acuerdo a Bannon, Vladimir Putin es un aliado ya que, él al igual que Trump, desea reemplazar el orden multirracial, multilingüista y global, con Estados-nación fuertes.
Adicionalmente, Putin sabe cómo luchar en contra del islam radical y defiende ardientemente los valores tradicionales. Pero hay más, Bannon tiene ciertas similitudes con el ideólogo de Putin, Alexander Duguin: uno cree en los valores cristianos y el otro en los ortodoxos; ambos creen en el choque de civilizaciones de carácter apocalíptico, además de que combinan el análisis económico, con el moral y político.
Bannon y Duguin ven su ideología como parte de un movimiento internacional populista que también incluye al Frente Nacional de Francia y a Nigel Farage en Gran Bretaña. Sólo que Trump no es Putin. David Brooks, del New York Times, caracteriza al presidente ruso como un líder teológico, cínico, calculador y experimentado, mientras que Trump aún es una incógnita en política exterior.
›Con toda seguridad Trump guarda simpatías por Bannon y por el general Michael Flynn, su consejero de Seguridad Nacional y connotado antiislamista, pero ante todo estará más preocupado de sí mismo y del estatus que guarde su presidencia.
Más que un pensamiento estratégico de Trump en política exterior cabe esperar miles de tuits y algunos giros tácticos y quizá pocas ideas novedosas. A juicio de analistas, difícilmente el Partido Republicano cambiará su ideología para volverse etnopopulista; sin embargo, hay algo que convence en la ideología de Bannon y eso es su crítica al carácter deshumanizado de la globalización, carente de respuestas a nuestros problemas económicos, morales y culturales.
No hay que olvidar, sin embargo, que los ideólogos tienden a desaparecer en el gobierno cuando sus postulados hacen colisión con la realidad y es entonces cuando se imponen las burocracias y políticas con buenas dosis de pragmatismo. Cabe recordar que Ronald Reagan tuvo seis consejeros de Seguridad Nacional en su periodo de ocho años.
Pero es muy probable que una vez que el aparato de política exterior comience a operar en la administración Trump, los ideólogos den un paso hacia las sombras para que tomen el control los expertos, como el Secretario de Estado, Rex W. Tillerson, exCEO de Exxon Mobile, y el Secretario de Defensa, el General James N. Mattis, responsable para las operaciones en el Medio Oriente y exjefe del Comando Central.
Sean los expertos o los ideólogos quienes lleven la política exterior, lo cierto es que Trump usará su inexperiencia global, su falta de respeto por las normas internacionales imperantes, así como su impredictibilidad, como un arma para amenazar y someter a quien considera los adversarios de Estados Unidos.
Rupturista. El portal Breitbart News, propiedad de Steve Bannon, jugó un papel relevante en la campaña en favor del Brexit, en Gran Bretaña.