La corriente Nueva Izquierda, mejor conocida como Los Chuchos, no tienen de qué preocuparse por la desbandada de figuras históricas del partido y su caída en la credibilidad tras la tragedia en Iguala. Jesús Ortega, el jefe político, y Jesús Zambrano, el segundo mandamás, además del presidente en turno del llamado sol azteca, Carlos Navarrete, siguen teniendo el casi derecho de picaporte en Los Pinos, en el despacho de Aurelio Nuño, jefe de Oficina de la Presidencia, que sigue tejiendo con ellos los acuerdos y las negociaciones con la izquierda. Don Aurelio debía salir a la calle de vez en cuando. Así descubriría el descrédito de sus asociados políticos.