La izquierda de la Benito Juárez

24 de Abril de 2024

Salvador Guerrero Chiprés

La izquierda de la Benito Juárez

salvador guerrero

Mientras José Antonio Meade es iluminado por la idea de que en su campaña puede incluir, por fin abiertamente, el logotipo “PRI” en un intento de gestualizar espíritu de cuerpo dentro de las filas del tricolor, Morena se apropia paulatinamente de porciones enormes de simpatizantes de los partidos políticos adversarios de Andrés Manuel López Obrador. Una muestra es la delegación Benito Juárez, ahí donde Claudia Sheinbaum, la candidata puntera para ganar la capital del país, determinó colocar su cuartel general y donde este lunes acompañó al también puntero en la contienda por la Presidencia de la República. Durante 17 años gobernada por el PAN, esa demarcación se halla ahora en situación de ser perdida por los “babypanistas” -como los llama despectivamente el hoy candidato delegacional morenista, Fadlala Akabani-, encabezados estatalmente por Jorge Romero. Al cuarto para las doce, a nueve semanas de entregar el más desastroso resultado de la historia de ese partido, el PRI de Meade bobaliconamente balbucea poner el logo identitario original a su campaña. Abundan los entrelazados confusos: el panismo capitalino juguetea a mezclarse ideológicamente en lo que queda del PRD en la capital mientras que, por la derecha, Alejandra Barrales es rebasada por Mikel Arreola disfrazado de conservador desde el PRI. Por una mixtura semejante, en el PRD el desconcierto es semejante al del PRI que lanzó a un fallido aspirante que ni siquiera era de su partido. El festejo del aniversario perredista es encabezado por un aspirante presidencial panista que solía despreciar a sus aliados y el líder real del PRD, el ex jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, busca eludir la justicia electoral y la que estime la opinión pública, refugiándose en una candidatura plurinominal del panismo. En los nuevos juegos de espejos de la política de este 2018 las campañas son una extraordinaria demostración de los límites intelectuales de unos, de sus maniobras básicas y de la persistencia de otros que lograron representar la voz nacional y de la habilidad y compromiso de aquellos que decidieron agregarse a ella. Uso el modo verbal en pasado porque no es posible que de aquí al 1 de julio alguien como Meade o como Ricardo Anaya representen mejor una idea de recuperación nacional, controvertida y debatible tanto como se quiera, semejante a la ya encarnada vivamente por López Obrador. Gabriela Cuevas, Germán Martínez, Paola Soto, otros expanistas y ex priístas son arropados por Morena en la Benito Juárez y en todo el país. López Obrador llama a su apretada audiencia a pensar en la unidad y olvidarse de diferencias previas en su amistoso y legítimamente pragmático “lo pasado, pasado”. Un día antes, mientras las autoridades delegacionales en Benito Juárez desmontaban los juegos del parque De Los Venados para colocarlos en la explanada principal de la delegación y estorbar el mitin de Morena, no hacían sino repetir el síntoma de la campaña: cada ingenuidad de los adversarios del tabasqueño es convertida en ventana de oportunidad por la estructura morenista. En gran contraste con las ocurrencias de los partidos opuestos a Morena, la multitud de sus simpatizantes atiborra la más reducida explanada frente a la delegación de la Procuraduría General de Justicia capitalina en la delegación con más alto promedio de nivel de vida y educación de la capital del país. Según ellos boicotearían el evento y lo único que crearon, -“no hombre unos genios”- es una condición adicional para el éxito de la reunión. En Benito Juárez, nunca gobernada mediante elección directa por un candidato proveniente de un partido de izquierdas, -diría yo de frente amplio- el panismo copia tímidamente el atrincheramiento donde el PRD se refugia con actitudes infantiles o violentas y regresivas al estilo de Venustiano Carranza, Coyoacán, Gusta A. Madero, Iztacalco, o Iztapalapa. “Este es el mitin más grande de la izquierda en la Benito Juárez en toda la historia”, dice un sexagenario y optimista militante. No observa que su optimismo está fundado casi a medias porque el templete es la mitad más uno de antiguos panistas. Justamente bienvenidos en la tarea de replantear el futuro nacional. confianzafundada.mx