Con el cariño de siempre... desmienten a Trump

25 de Abril de 2024

Con el cariño de siempre... desmienten a Trump

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Hasta 2015 las inversiones estadunidenses en México alcanzaban los 93 mil mdd

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Las empresas nacionales tienen inversiones por 36 mil millones de dólares en EU y muestran un mayor crecimiento que las firmas estadunidenses instaladas en México, lo que pone en duda la retórica del presidente Trump, quien afirma que el mundo se ha aprovechado de su país

Francisco Pazos

En 12 años la inversión directa de empresas mexicanas se ha cuadruplicado en Estados Unidos, en prácticamente todos los sectores estratégicos de ese país, alimentario, construcción, financiero, minero, petroquímico, telecomunicaciones, automotriz y de desarrollo tecnológico, en los que al menos 30 empresas nacionales encabezan las inversiones.

Los lazos económicos que atan el destino comercial de México y Estados Unidos tienen un valor de 17 mil millones de dólares, cifra que hasta 2015 han invertido empresas nacionales en territorio estadunidense.

›El monto total de la inversión mexicana directa en la Unión Americana se catapulta más del doble, hasta 36 mil millones de dólares, si el análisis se amplía a las empresas estadunidenses que han recibido inversión mexicana, tal como lo considera el Buró de Análisis Financiero de Estados Unidos, dependiente del Departamento de Comercio, para determinar la inversión que un país hace en su territorio.

La investigación del Mexico Institute del Woodrow Wilson Center que arroja estas conclusiones también ofrece un análisis de las inversiones estadunidenses hechas en México entre 1990 y 2009, y establece que por cada 10% que una compañía estadunidense amplió su operación en México, en Estados Unidos creció 1.3% el empleo, 1.7% las exportaciones y 4.1% el gasto en investigación y diseño.

“Ciertamente hay casos en que una fábrica que se gana en México es una fábrica perdida en Estados Unidos”. Sin embargo, la investigación demostró que existe “una clara relación entre las inversiones en el extranjero” con el crecimiento del empleo y el gasto doméstico, lo que sugiere que “en la mayoría de los casos, una fábrica que se gana en México conlleva una nueva fábrica o un laboratorio de investigación en Estados Unidos”, sostiene el documento.

Sectores estratégicos

Un ejemplo de la incursión empresarial en el vecino del norte es la panificadora Bimbo, propiedad de la familiar Servitje, que se ha posicionado como la única empresa con una producción industrial de gran escala con presencia en 50 estados de Estados Unidos, de costa a costa, con 70 panificadoras y dos platas en los que se emplean 27 mil trabajadores.

Bimbo mantiene inversiones en 12 marcas de origen estadunidense que generan ventas anuales calculadas en más de 100 millones de dólares en el vecino país del norte. Empresas_en EU_Bimbo_ejecentralLa influencia del empresariado mexicano es fundamental en las cadenas de valor estadunidenses, ya que desde 2005, la inversión directa se ha cuadruplicado, impulsada por los lazos comerciales creados a partir de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), destacó una investigación realizada por el Mexico Institute. El sector alimentario es el rey de las inversiones mexicanas directas en el mercado estadunidense, aunque no es el único, pues la presencia mexicana también es visible en las cadenas productivas y laborales de sectores como el de la construcción, financiero, de telecomunicaciones, minero, petroquímico, automotriz y de desarrollo tecnológico, en los que al menos 30 empresas nacionales encabezan las inversiones.

›Como lo ha hecho Bimbo, otras empresas mexicanas como Gruma se han consolidado en el mercado estadunidense con marcas como Mission Foods, que es la mayor productora de harina y productos para tortilla en ese país, con 22 plantas repartidas de costa a costa. Gruma también tiene presencia en el mercado de la Unión Americana a través de inversiones dirigidas por Azteca Milling, con la que opera otras seis plantas.

La investigación demostró que la expansión del mercado alimentario mexicano en Estados Unidos estuvo relacionada con la alta migración de connacionales hacia Estados Unidos que ocurrió entre 1970 y 1990. La migración dirigió la inversión del empresariado mexicano en una primera etapa de la expansión. La primera empresa subsidiaria de Gruma en Estados Unidos fue abierta en la década de los años setenta en California, “que ha sido el destino tradicional de muchos migrantes mexicanos”, y que sigue siendo un estado con una alta población de descendientes de mexicanos que ya nacieron del otro lado de la frontera, pero que mantienen hábitos de consumo particulares.

Un caso similar, destaca la investigación, es el de Bimbo, que aterrizó en Estados Unidos con un mercado objetivo enfocado en las comunidades mexicanas que habían migrado. Sin embargo, la apertura comercial a partir del TLCAN y la expansión de los mercados estadunidenses que siguió entre 1980 y 1990, abrieron la puerta para que la panificadora se consolidara como la mayor fabricante en Estados Unidos, incluso en estados con niveles bajos de migración.

›Si bien el sector alimentario ha logrado ampliar su presencia con la llegada de otras empresas como Arca Continental, Bachoco, Elamex, Lala y Sigma, las inversiones mexicanas en Estados Unidos también buscaron sectores como el de la construcción en el que Cemex lleva mano con 13 plantas productoras de cemento, 381 plantas de concreto premezclado, 77 canteras de agregados y 42 terminales de distribución en territorio estadunidense.

Banorte es otra entidad mexicana que incursionó en el mercado financiero estadunidense con una inversión de 405 millones de dólares en la compañía Inter National Bank, un holding con sede en Texas, con la que ofrece servicios de banca privada, administración patrimonial, de remesas y negocios internacionales a través de Banorte Ixe-Securities International y UniTeller.

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Aunque en menor medida, el sector automotriz ubicado en el corredor industrial estadunidense también ha recibido inversión mexicana a través de las empresas Rassini, enfocada a la manufactura de sistemas de frenos y suspensiones, Grupo Kuo y Grupo Proeza, fabricantes de autopartes y de ensambles estructurales metálicos para vehículos.

La incursión de estas y otras decenas de empresas mexicanas en Estados Unidos no sólo es la consecuencia de una vecindad fronteriza, sino el resultado de una integración económica entre ambas naciones que resultó de una “compleja” combinación entre la inversión bilateral y el crecimiento del intercambio comercial entre ambas naciones.

La investigación del Woodrow Wilson Center concluye que el crecimiento, competitividad y prosperidad de los mercados en ambos lados de la frontera depende de que estos lazos comerciales se mantengan y fortalezcan más allá de la simple posición geográfica.

El beneficio se queda en casa

La competitividad y la integración del mercado norteamericano no podría entenderse sin la inversión transnacional compartida entre México y Estados Unidos, apunta el reporte Creciendo juntos: los lazos económicos entre Estados Unidos y México, en el que se detalla que las inversiones entre ambas naciones suman 109 mil millones de dólares, con un crecimiento de seis veces su valor desde 1993.

Aunque las inversiones estadunidenses en México siguen siendo mayores en comparación con las mexicanas en Estados Unidos, y hasta 2015 alcanzaban los 93 mil millones de dólares, casi cinco veces más que las nacionales; sin embargo, éstas “crecen rápidamente” y cada vez son más importantes para la estabilidad económica de la región, destaca el documento.

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“El destino de los trabajadores y accionistas de las empresas con cadenas de suministro regionales y operaciones en ambos lados de la frontera está estrechamente vinculados”, por lo que la consolidación del empresariado nacional beneficia el éxito económico en ambas naciones, agrega el análisis hecho por Christopher Wilson, investigador del Woodrow Wilson Center.

El fortalecimiento de los lazos económicos de empresas mexicanas y estadunidenses, no sólo tiene reflejo en la ampliación de marcas, la creación de distribuidoras y de plantas productivas, sino también como entidades de participación como acreedoras de deudas soberanas. De acuerdo con la investigación, entidades estadunidenses mantienen inversiones por 146 mil millones de dólares en México, mientras que las empresas mexicanas han crecido su participación en deuda y patrimonio por 157 mil millones de dólares en Estados Unidos.

›Lo anterior muestra que los beneficios de la relación comercial son contrarios “en gran parte de la retórica” de la política que el presidente Donald Trump ha expresado sobre un presunto “aprovechamiento” mexicano en detrimento del fortalecimiento económico nacional, de las empresas y sus inversionistas; así como de los puestos de trabajo para los estadunidenses que se pierden en favor de trabajadores mexicanos.

Sin embargo, para los investigadores del Woodrow Wilson Center, las amenazas que el presidente Trump ha hecho a empresas de capital estadunidense que han invertido en México no tienen sustento, pues trasladar las inversiones de Estados Unidos a México, no siempre resulta en un impacto negativo para el sector en ese país.

Hasta 2013, la inversión de las empresas estadunidenses en México había generado un millón 100 mil puestos de trabajo, principalmente en el sector manufacturero automotriz, y había producido bienes y servicios calculados en 227 mil millones de dólares. El sector automotriz ha sido el que más amenazas e intimidaciones ha recibido desde la Casa Blanca durante la actual administración, incluso, empujando la cancelación de una inversión de mil 600 millones de dólares que Ford tenía planeada ejecutar en el estado de San Luis Potosí.

socios. Las inversiones estadunidenses en México son mayores que las mexicanas en EU. Hasta 2015 alcanzaban los 93 mil millones de dólares.